lunes, 25 de agosto de 2014

Santos y Beatos del 25 al 31 de agosto

     25 de agosto

                                                          
        Luis IX (1214-1270)

San Luis, rey de Francia, nace en Poissy (París. Francia) el 25 de abril de 1214. Al morir su padre, Luis VIII, es coronado rey de Francia bajo la regencia de Blanca de Castilla. Toma posesión el 5 de abril de 1234, año en que contrae matrimonio con Margarita, hija del conde de Provenza. Imparte justicia en Francia; atiende las quejas de los pobres y crea comisiones para saber la situación real del país. En 1254 escribe las Ordenanzas, donde se detallan los derechos y obligaciones del reino. Lucha por la paz y estabilidad de los pueblos. Colabora en las cruzadas para rescatar la tierra del Señor. En Damieta lo apresan los sarracenos junto a su hermano Carlos de Anjou el 6 de abril 1248. Liberado, fortalece Palestina construyendo murallas durante cuatro años. De regreso a Francia, apoya las órdenes mendicantes. Participa de nuevo en la cruzada declarada por el papa Clemente IV en 1270. Muere el 25 de agosto en Cartago (Túnez). El papa Bonifacio VIII lo canoniza el 11 de agosto de 1297.

Común de Santos Varones

Oración. Oh Dios, que has trasladado a San Luis, rey de Francia, de los afanes del gobierno temporal al reino de tu gloria, concédenos, por su intercesión, buscar ante todo tu reino en medio de nuestras ocupaciones temporales. Por nuestro Señor Jesucristo.

         25.1 de agosto

María Cabanillas del Tránsito (1821-1885)

La beata María del Tránsito Eugenia de los Dolores nace el 15 de agosto de 1821 en Santa Leocadia, actual Carlos Paz (Córdoba. Argentina); es hija de Felipe Cabanillas Toranzo y Francisca Antonia Luján Sánchez. Estudia en Córdoba, donde se queda a vivir con su familia cuando fallece su padre en 1850 e ingresa en la Orden Franciscana Seglar en 1858, emitiendo el voto de virginidad perpetua. Desea fundar un instituto para la instrucción cristiana de la infancia pobre y abandonada. Pero prefiere formar parte de una comunidad carmelitana promovida por Isidora Ponce de León el 19 de marzo de 1873. Una enfermedad la conduce a abandonar la clausura. En 1874, unida a Teresa Fronteras y Brígida Moyano, crea la Congregación de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas de la Argentina. Edifica colegios, crea centros de asistencia a los pobres y desarrolla el nuevo instituto con inteligencia y una entrega sin límites. Muere el 25 de agosto de 1885, en San Vicente de Córdoba (Argentina). El papa Juan Pablo II la beatifica el 14 de abril del 2002.

Común de Vírgenes

Oración. Señor y Dios nuestro, te pedimos que la beata María del Tránsito, virgen, tu fiel esposa, encienda en nuestro corazón la llama de la caridad divina que ella suscitó en otras vírgenes, para gloria perpetua de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.


           27 de agosto

                                                                  Mónica (331-387)

Santa Mónica nace en Tagaste (África) en el año 331. Casada con Patricio, es madre de San Agustín. Ora a Dios para la conversión del que, después, será Obispo de Hipona y uno de los mayores pensadores del cristianismo. Muere en Ostia (Italia) en el año 387.

Común de Santas Mujeres

Oración. Oh Dios, consuelo de los que lloran, que acogiste piadosamente las lágrimas de Santa Mónica impetrando la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por intercesión de madre e hijo, la gracia de llorar nuestros pecados y alcanzar tu misericordia y perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.


          28 de agosto

Agustín de Hipona (354-430)

San Agustín nace el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste (Numidia. África). Su padre se llama Patricio y su madre Mónica, que por largo tiempo pide a Dios la conversión de su hijo. Agustín escribe que es «hijo de las lágrimas de su madre». En el año 383 viaja a Roma y es nombrado Maestro de Retórica en Milán. Asiste a las catequesis de San Ambrosio. Estudia el Neoplatonismo por medio de Simpliciano y profundiza en los textos paulinos, sobre todo las afirmaciones sobre la salvación por gracia. El 23 de abril de 387 es bautizado en Milán por San Ambrosio. Regresa a Tagaste, lleva una vida de penitencia y oración. En el 391 viaja a Hipona, es ordenado sacerdote y en el 395 es consagrado obispo. Combate las herejías de su tiempo (maniqueos, donatistas, arrianos, pelagianos, etc.), participa en los Concilios III de Hipona del 393, III de Cartago del 397 y IV de Cartago del 419, donde se sanciona el Canon bíblico propuesto antes por el Papa Dámaso I en Roma en el Sínodo del 382. Muere en Hipona el 28 de agosto de 430. Es el Maestro indiscutible, junto con la Escuela de San Víctor, de todos los pensadores franciscanos del Medievo; su influencia se deja sentir mucho en su teología y filosofía.

Común de Doctores

Oración. Renueva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu que infundiste en tu obispo San Agustín, para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de ti, fuente de la sabiduría, y te busquemos como el único amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo.


             29 de agosto


           Juan Bautista, Martirio

«En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos: «Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús» (Mt 14,1-12)

Oración. Señor, Dios nuestro, tú has querido que San Juan Bautista fuese el precursor del nacimiento y de la muerte de tu Hijo; concédenos, por su intercesión, que, así como él murió mártir de la verdad y la justicia, luchemos nosotros valerosamente por la confesión de nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo.


     31 de agosto

                                                        
    Ángel de Chivasso (1411-1495)

El beato Ángel Carletti nace en el año 1411 en Chivasso (Turín. Italia). Estudia derecho en Bolonia. Es senador y magistrado en su ciudad natal. A los 33 años, muertos sus padres, reparte su fortuna entre los pobres, e ingresa en los Franciscanos Observantes de Génova. Ordenado de sacerdote, se dedica a la predicación y a la dirección de almas. Escribe la «Summa Angélica», de teología moral. Fomenta los Montes de Piedad para librar a los pobres de los usureros. Sixto IV le encomienda predicar la cruzada en 1480. Es nombrado Vicario general de los Observantes. Muere en el convento de Cuneo (Piamonte. Italia) el 11 de abril de 1495. El papa Benedicto XIV aprueba su culto el 25 abril de 1753.

Común de Pastores o santos Varones

Oración. Dios nuestro, que llamaste al beato Ángel para que buscara tu Reino en este mundo por la defensa de los pobres y por la práctica de la caridad perfecta, concédenos que, fortalecidos por su intercesión, avancemos por el camino del amor con espíritu gozoso. Por Jesucristo nuestro Señor.


«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga»

           DOMINGO XXII (A)

«Si alguno quiere venir en pos de mí, tome su cruz y me siga»  

Lectura del santo evangelio según San Mateo 16,21-27

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios». Entonces dijo a los discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

1.- El Señor. Después de la crisis de Galilea, donde herodianos y fariseos se ponen de acuerdo para matar a Jesús (cf. Mc 3,6), es posible que le vaya rondando la idea de que su final pueda ser trágico. La predicción de la pasión que aparece en el texto, aunque sea ex eventu, va en ese sentido. En Jerusalén se enfrenta con los sumos sacerdotes sobre la función y el sentido del templo de Israel. Porque Jesús defiende, aunque sea indirectamente, un templo abierto a todos los pueblos, porque el Dios que experimenta en un Dios de todos: de judíos y de gentiles. Pero no tiene nada que hacer frente a los poderes religiosos y políticos. Pierde en el choque. Cuando se convence de su muerte, no obstante la protesta a Dios que tiene en el huerto de los Olivos, da un sentido a su dolor y a su muerte en cruz. El sentido es mantener su vida de entrega y servicio a los demás. Es compartir su bondad con todos.- Y ¿cuál es la actitud de Dios? Dios no está de acuerdo que su Hijo, que un justo, que cualquier criatura sufra, y menos sufra a manos de, al menos teóricamente, sus “hermanos”. La afirmación de que Dios quiso la muerte de su Hijo para salvarnos es una barbaridad. Dios nunca puede estar de acuerdo con cruz alguna, ni para su Hijo ni para todos sus hijos. Pero Dios no es el que resuelve nuestros los errores, ni extirpa las maldades que hacemos los humanos. Somos nosotros los que, desde su amor, debemos destruir los frutos de la soberbia, del odio y del poder, que es exclusivamente nuestro, y como tal debemos afrontar sus consecuencias. Dios se implica en esta historia de pecado nuestra y mía en su Hijo. Y Jesús nos enseña cómo llevar la cruz desde el amor, cómo sufrir perdonando, cómo rescatar desde la invitación a vivir en una relación de amor en libertad, y también nos enseña que nunca debemos huir de la realidad.
2.- La Iglesia. Pedro tienta a Jesús, no sólo de sacarle de la historia, con lo que tiene de bien y de mal, sino de proyectar un mesianismo triunfalista, donde todo esté bien, donde todo vaya bien, donde la vida sólo sea bella y feliz. Esto no es vivir, o no saber cómo se juega la existencia en un mundo de amor, pero también de pecado y de muerte. Lo peor que puede suceder a la comunidad cristiana es negar la Encarnación, salirse de la vida y, encerrada en un castillo, que casi siempre es de naipes, dé la espalda a la historia humana. Y, mirando al infinito, es decir, a nadie, hable de la ayuda a los pobres, de compartir el sufrimiento con los perseguidos y enfermos, de la justicia, de la libertad y de la relación de amor con un Dios que es amor. La vida es experiencia, y la experiencia tiene mucho de evidencia, donde la lógica del Logos hecho carne hace que los cristianos hablemos de nuestra fe en nuestras actitudes fundamentales y en nuestras obras. Después puede venir la palabra y los sermones que aclaren los hechos. Pero lo primero son los hechos de bondad compartidos.
3.- El cristiano. El morir para que viva Dios también contempla el ofrecer la vida materialmente. No es cuestión sólo de ser infiel a sí mismo, infidelidad a los intereses humanos, sino de morir físicamente como sacramento de un morir permanente que desarrolla el amor como servicio. Es la entrega total y por entero de la vida. Es el don de sí pleno. Sucede lo mismo que con la destrucción del yo asentado en la soberbia. El sufrimiento que conlleva despojarse de esta actitud y situación, no es un deseo de Dios ni siquiera un bien en sí. Sufrir por sufrir es un sin sentido, o, a lo más, una psicopatía. El sufrimiento que refiere el dicho evangélico es el que emana de la condición histórica del hombre. Lo mismo sucede con el morir físico. Quien es portavoz de una proclama que mina y arruina los cimientos del poder que se ha forjado el hombre en su vida, está expuesto a que lo aparten y liquiden del entramado social donde se sustenta dicho poder. Y con ello debe contar el discípulo, como le pasa a Jesús, en las condiciones históricas en las que se desenvuelve la existencia.




«Quien pierda su vida por mí, la encontrará»

     DOMINGO XXII (A)

                                                  

«Quien pierda su vida por mí, la encontrará»

Lectura del santo evangelio según San Mateo 16,21-27

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios». Entonces dijo a los discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?  Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

1.- Texto. El Evangelio forma unidad con el del domingo pasado sobre la profesión de fe mesiánica de Pedro y la promesa que Jesús le hace de conducir a la comunidad cristiana con el único criterio del amor (cf. Mt 16,16-19).  En el texto propuesto tiene dos partes: Pedro persuade a Jesús de que evite los acontecimientos criminales que le sucederán en Jerusalén. Jesús experimenta en la invitación la mano diabólica, que le aparta de la voluntad del Padre, como las tentaciones satánicas que sufre Jesús en el desierto (cf. Mt 4,10). A continuación invita a los discípulos a seguir su camino de sufrimiento, que implica la negación de sí, pero es un camino que alcanza la resurrección como prenda de gloria que el Señor tiene prometido a los que le aman (cf. 1Cor 2,9).

2.-  Mensaje. «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga» Negarse a sí mismo es prescindir de uno mismo, de su yo. Y se prescinde para tomar la cruz. La cruz hace referencia directa a la cruz personal que simboliza el sufrimiento diario que entraña el testimonio del Reino. Está en la línea que escribe Lucas: «Quien quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo» (Lc 9,23). El orden lógico, negarse y cargar con la cruz, no corresponde a la sucesión temporal. El hecho de seguir lleva consigo la renuncia de sí para aceptar las cargas del nuevo estilo de vida, que lo traza, no sólo cumplir los mandatos de Jesús y escuchar su palabra, sino también reproducir su experiencia de Dios y asumir su destino lleno de dolor y sufrimiento. Es lo que significa la cruz como muerte horrible aplicada a los rebeldes políticos que con frecuencia contemplan los judíos en Palestina bajo la ocupación romana: un cuerpo desnudo fijado al madero perdiendo la vida entre horribles dolores.- Por consiguiente, renunciar a uno mismo es demoler los cimientos sobre los que se alza la vida en el ámbito familiar, religioso y social. Prescindir de estas bases tiene la finalidad de que aflore la debilidad personal sobre la que Dios pueda colocar la roca (Lc 6,47-49; Mt 7,24-27), la historia de Jesús, para construir la vida nueva a la que lleva el seguimiento. Renunciar a uno mismo supone cambiar la clave de la afirmación personal que da el poder personal y social, y dejarse invadir por el Dios de la bondad para que la existencia respire dicha bondad. La bondad, que para el discípulo se sacramentaliza en el servicio, recrea la vida, con lo que surge la oportunidad para insertar en la sociedad a los marginados por cualquier causa. Y todo esto requiere sufrimiento. El fundamento lo coloca Jesús en su testimonio: «...que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45).

3.- Acción.-  Por consiguiente, el seguimiento de Cristo también contempla perder la vida, como él nos acaba de afirmar. Jesús ya ha advertido con la expresión de tomar la cruz y seguirle. Perder la vida se basa en primer lugar en que la vida perdurable o la auténtica existencia se funda en la actitud personal dicha antes, y por la cual se sustituyen los parámetros en los que se encuadran las legítimas aspiraciones humanas por la fidelidad a la palabra de Jesús y por seguirle en su destino histórico y experiencia religiosa. No se refiere Jesús a la contraposición clásica entre alma y espíritu y cuerpo y materia, ni siquiera entre la vida eterna y la vida contingente y finita. Más bien afirma que sobre la base de la existencia humana, limitada y perecedera, se empieza a construir aquella vida auténtica, creada y sostenida por Dios, que nadie puede destruir. Y se alcanza por medio del seguimiento que indica el servicio y la entrega de sí a los demás como signo de amor que es el norte al que debe apuntar el hombre. Se impone, pues, la convicción de que después del tiempo, después de la muerte física, es posible una vida interminable que no se asegura ni con el esfuerzo humano ni con sus beneficios. Que la vida no tenga fin es cuestión del que puede hacerlo: Dios (cf. Sal 49,16), y no de los bienes. Y el único bien que reconoce Dios es el suyo, es decir, el amor. Quien lo hace real es Jesús y el Reino; es la buena noticia que anuncia.

domingo, 24 de agosto de 2014

El futuro de Europa

                                        
                                
                             Alemania y el futuro de Europa


                                                    Antonio López Pina
                                                                 Facultad de Derecho
                                                                                      Universidad Complutense


   
Desde el comienzo de la crisis del euro, se glosan mucho las reservas a la solidaridad y la tentación de una Alemania, que no está dispuesta a  seguir pagando por los demás. Se reprocha a la Canciller que constantemente haya retrasado las iniciativas necesarias. Se detallan con ansiedad las prevenciones de la coalición de gobierno. Con inquietud se pone de relieve, que para muchas empresas exportadoras  de entre el Rhin y el Elba y para los jóvenes ambiciosos que se sienten cómodos con la mundialización, la Europa del Sur ya sólo es un grillete que les lastra. Se observa en qué medida  Alemania,  que tanto aspiraba a la “normalización”, no acaba de sentirse cómoda  en su papel de potencia hegemónica continental, y hasta qué extremo le cuesta asumir las responsabilidades anejas a su estatuto de potencia hegemónica.
  
J. I. Torreblanca observa que, superada  la crisis del euro, nos estamos adentrando en una muy preocupante fase de crisis política. Porque si las tensiones en torno al euro han remitido, las tensiones políticas están aumentando, especialmente en lo que se refiere al papel de Alemania, cada vez más objeto  de la crítica.
   Las autoridades alemanas han montado en cólera por un Informe del Departamento del Tesoro norteamericano sobre política económica y política monetaria exterior: aquél   sostiene que “el enorme superávit por cuenta corriente  de Alemania en su balanza comercial es nocivo e introduce un sesgo deflacionario en la  Eurozona, así como en la economía mundial”.
  
La reacción alemana ha sido de estupor: “En Alemania no existen desequilibrios que requieran una corrección de nuestra política económica y fiscal orientada al crecimiento”, según un portavoz del ministerio federal de Economía. Con posterioridad, la Comisión  ha iniciado  un procedimiento de vigilancia especial sobre los riesgos que para la eurozona se derivan del desproporcionado   superávit comercial alemán.
  
No obstante, en cuanto concierne a la crisis de la Eurozona, Alemania continúa haciendo oídos sordos. La potencia hegemónica   considera que los sufrimientos en los países en crisis si bien pueden resultar severos,  son  inevitables, como efecto  de sus propios errores y derroches pasados. Schäuble ha acusado a los críticos de la política del gobierno alemán, de no ver lo bien que están funcionando sus recetas políticas. “Lo mismo que – aunque pudiera estar arruinando a sus socios – no es objetable   que Alemania tenga  continuos  superávits de cuenta corriente dentro de la Unión Monetaria, nada hay de malo tampoco,  en que la Eurozona intente reproducir el modelo alemán de la Agenda 2010”, por más que puedan quejarse “los despilfarradores norteamericanos”. En la visión de Schäuble, nada podría ser más de color de rosa: “el que la austeridad fiscal interna alemana se compense con continuos superávits comerciales es tan sólo una prueba de competitividad y la base tanto de la estabilidad financiera como  de la prosperidad económica” .
   El enfrentamiento es político: para muchos alemanes, resulta  el colmo de la insensatez, ser criticados por ahorrar y exportar en exceso por vecinos o aliados desestabilizadores, presos  de su  consumo ostentatorio y de su endeudamiento.  ¡A nosotros, que somos el  modelo económico ortodoxo y exitoso del Continente!
  
Paul Krugman señala: “Alemania  empujó a los países endeudados a una austeridad rigurosa, que acabó con sus déficits comerciales. Pero algo no salió bien. La reducción de los desequilibrios comerciales tendría que haber sido simétrica, y los superávits de Alemania  se deberían haber reducido al mismo tiempo que los déficits de los deudores. En lugar de eso, Alemania  evitó cualquier tipo de ajuste; los déficits de España, Grecia y otros países se redujeron, pero no así el superávit alemán.
   Esto ha tenido consecuencias nefastas para Europa, porque la negativa alemana a realizar ajustes ha multiplicado los costes de la austeridad. Pongamos el caso de España, el país con el mayor déficit antes de la crisis. Era inevitable que se viese abocada a años de escasez, cuando tuvo que aprender a vivir dentro de sus posibilidades; pero no lo era que el desempleo llegase a casi el 27%, y casi el 57% entre los jóvenes. El inmovilismo alemán ha contribuido en buena medida al sufrimiento español”.
  
El caso es que,  extramuros del Rhin y de los Alpes,   crece el desasosiego  con una Alemania que no sólo estaría beneficiándose extraordinariamente  de la moneda única, sino que, a la vez, bloquea  de forma sistemática cuantas  medidas  permitirían despejar el camino hacia la salida de la crisis. Paradójicamente, se presenta una y otra vez a sí misma  como una víctima potencial del asalto a sus finanzas de los derrochadores del sur. También en la Comisión  y en el Parlamento Europeo crece la resistencia contra la política europea de la Canciller Merkel: representantes de ambas instituciones   presumen la existencia de toda una  instrumentalización   de Europa al servicio   de los intereses nacional-alemanes.
  
Y… que nadie piense que el proyecto nacional-alemán es un programa a la defensiva. Como muestra la reacción del Süddeutsche Zeitung al giro del Presidente  Hollande, en la conferencia de prensa del 14 de enero de 2014, se trata de un proyecto a expandir. ¡Que no vaya a vacilar ideológicamente la Canciller!, para Alemania, ha llegado el momento  de seguir una Machtpolitik! Retorna, pues,  la política de poder de los grandes Estados como en la Europa que siguió  al Congreso de Viena, en 1815.

En cualquier caso,  tampoco  cabe negar que,  en el imaginario nacionalista en que vivimos, alguna razón  asiste  a los alemanes que, de un lado, se escudan en   el riesgo moral (moral hazard) de una actuación irresponsable de los Estados del sur; y, de otro,  se niegan a aceptar  otra referencia que el propio país -- el contribuyente medio alemán o el  Dr. Weidmann (Presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de gobierno del Banco Central Europeo), sin ir más lejos. Ahora bien, desde la perspectiva de una determinada idea  de vocación cívica universal (Kant) de Europa, no es de recibo   la rotunda oposición alemana a una comunitarización europea de la deuda soberana de  los  Estados en situación crítica  así como  el desdén de la Canciller por la cuestión social.  La Unión Europea ha creado progreso durante décadas. Su “modelo social”, una alianza de crecimiento económico y de mejora sostenible de las condiciones de vida y de trabajo,  está ahora  debilitado y amenazado. A la postre, la “dimensión social” continúa  siendo sólo un adorno  decorativo  para la  política de  austeridad, impuesta por la Canciller,  rechazada por la mayoría de los europeos.
   Podríamos seguir con el concepto de “pacto de competitividad”,  diseño de futuro y  punta de lanza del actual discurso nacional-alemán. No deja de ser irónico, que en vez de plantear de una vez un seguro europeo de desempleo, sólo se piense en un instrumento de adicionales reformas estructurales que únicamente  va a agudizar el drama social  en los Estados endeudados. Pero ésa es otra historia

Hacia el futuro. En Europa somos legión quienes hacemos nuestras las palabras de Borrell: “el actual status quo muestra una doble  flaqueza: la escasa representación del interés general europeo y la debilidad política del ejecutivo comunitario. El papel de la Comisión es muy limitado y el Parlamento Europeo no acaba de encontrar el suyo. La política sigue siendo nacional y las decisiones de aportar recursos o de tomar decisiones de ajuste corresponden a  los Parlamentos estatales”. Cada uno de ellos actúa inspirado por  su interés nacional: ¡cómo  podríamos  reprocharles  que desempeñen tal  papel!  Y ya hemos constatado que ese interés se percibe de forma muy distinta desde Berlín o desde Madrid.
   ¿Habrá aún que recordar que deberemos  completar la  Unión Económica y Monetaria en términos de sus carentes instrumentos en las dimensiones financiera, presupuestaria, económica y social? En medio de los fragores de la mundialización, nos estamos jugando la supervivencia de Europa como proyecto. Hay que completar la arquitectura institucional: la Unión Europea no podrá sobrevivir a) sin un  gobierno federal con unos presupuestos suficientes basados en los propios recursos fiscales y  un Tesoro responsable para emitir y gestionar deuda pública;  b) sin las institucioners políticas y democráticas que  la sustenten y sin abordar prioritariamente la cuestión social, la única que, según Habermas, puede legitimar el proyecto de una federación europea de Estados-nación y que, desde la Agenda 2010, del Gobierno Schröder, anda huérfana de una política institucional que  vele por  ella.
La lucha por la igual libertad de todos, tan cara a Carlos de Cabo, está empeñada con  voluntad de ser, justo,  la negación   al  status quo de poder  de la política nacional-alemana  de la crisis.



















  

SOBRE LA EUCARISTÍA

                                        SOBRE LA EUCARISTÍA

                                              
                                                  Jacinto Choza
                                               Facultad de Filosofía
                                                             Universidad de Sevilla

Con el término “Logos” voy a designar a Dios Hijo en su relación con el Padre y la creación. Con el término “Verbo” voy a designar a Dios Hijo en su relación con los hombres y la redención, es decir, en su relación con María, Jesús y los hombres.

La misa, en la forma del sacrificio de la caza del oso y de la pipa de la paz, es la eucaristía natural, la relación de donación, posesión y fusión en que consiste el amor (Historia de los Sentimientos, HS), entre la creación y el creador, entre el hombre y Dios.
La misa, en la forma de la eucaristía cristiana (católica), es la relación de amor paterno-filial o materno-filial, entre el padre y el hijo, entre la madre y el hijo.
Hay dos formas extremas de eucaristía, la menos íntima, menos familiar, más natural, mas ‘externa’ o más de la creación, y la más íntima, familiar, más intra-trinitaria y más de la redención.
Hay muchos grados intermedios entre estos dos tipos de eucaristía, que quizá se muestran en las diversas religiones.
Seguramente estas diferentes formas de eucaristía se corresponden con diferentes formas de filiación, de relación paterno-filial y relación materno-filial. Hay una filiación natural y una filiación adoptiva, como dice San Pablo, y otras filiaciones.
Además de las relaciones de la eucaristía filial,  con el padre, con la madre y con los dos a la vez,  están las relaciones de la  eucaristía esponsal, que es la del esposo con la esposa y que es la de Cristo con la Iglesia, como dice Pablo
Como la eucaristía es amor, donación gratuita, pues eso significa en griego “eucaristía”,  hay muchas formas de eucaristía filial entre Dios y el hombre (que seguramente tienen su expresión en las diferentes religiones), y seguramente hay muchas formas de  eucaristía esponsal, entre Jesús-Verbo y las comunidades.
Quizá hay mucha diferencia entre la eucaristía filial y la esponsal, porque la eucaristía filial se basa en la encarnación, en la unión hipostática, pero la eucaristía  esponsal no. Aunque se pueda hablar metafóricamente de una “encarnación” o de “una unión hipostática” de Jesús-Verbo con la polis o con la comunidad cultural, de una “comunidad-inmaculada concepción”, de un “hacer el amor a  la comunidad”, “engendrar en la comunidad”  o de “gestar por parte de la comunidad”, se trata de metáforas, que se pueden pensar detenidamente para aclarar las relaciones del Logos creador de Jesús-Verbo y del Padre con la comunidad. 
Una comunidad es la Iglesia católica, y hay además muchas otras comunidades: las iglesias particulares, con sus diversas modalidades, las comunidades ortodoxas, las islámicas, las comunidades monásticas, etc.
Seguramente hay un punto de unión entre la eucaristía filial del eremita y la eucaristía esponsal de las iglesias domésticas. El eremita quizá no forma comunidad y la iglesia doméstica ya sí.
Seguramente hay muchas formas de eucaristía esponsal y de iglesias domésticas, según las diversas formas de estar unidos el varón y la mujer.
El Logos y Jesús-Verbo mantienen una relación permanente de entrega, gozo y frutos en todas las formas de eucaristía filial y de eucaristía esponsal. No importa que unas comunidades rechacen y condenen a otras, y no importa que las iglesias cristianas rechacen y condenen a las no cristianas (lo mismo que las diferentes comunidades judaicas e islámicas). Jesús-Verbo respeta todo eso y no se mete en eso: mantiene siempre sus principios y promesas: “lo que atéis en la tierra será atado en el cielo, y lo que desatéis…”, incluso cuando eso lleva a unas tremendas guerras de religión y de matanzas de “infieles”.
Pero aunque Jesús-Verbo respeta todo eso, como se verá en otro momento (Teología de la historia, TH), ninguna de esas exclusiones, excomuniones, etc., cancela ninguna eucaristía filial ni ninguna eucaristía esponsal. Jesús-Verbo mantiene sus relaciones eucarísticas con todos los individuos y con todas las comunidades, de un modo “clandestino” por así decir. Por mucho poder que tengan las comunidades y las iglesias, no tienen poder para reducir a ningún individuo ni a ninguna comunidad a la condición de “huérfano”, para anular la relación de eucaristía filial o de eucaristía esponsal, sea natural, adoptiva o del tipo que sea.
Hay una diferencia y una cierta autonomía de las relaciones entre Dios Creador, Jesús-Verbo y las comunidades eucarísticas con los hombres individuales y las comunidades.

1.- Dios-Logos creador
A.- Hombres individuales y comunidades
2.- Jesus-Verbo
A.- Hombres individuales y comunidades
3.- Comunidad eucarística-Iglesia
A.- Hombres individuales y comunidades

Esto lleva a la Teología de la historia (TH) . Aquí lo que se trata ahora son las relaciones entre Jesús y el Verbo (JV).

La gradación que va desde la eucaristía más externa a la más interna viene dada por el modo en que Jesús vive y hace vivir la misa a cada persona en relación con a diversísima gama e sus actividades.
Jesús puede presentar al Padre “este pan y este vino fruto de la vid y el trabajo del hombre”  y el Padre acogerlo de muchas maneras y los hombres pueden experimentar de muchas maneras el gozo “porque nos haces digno de servirte en tu presencia”, de muchas maneras, con muchas de esas cosas.
Pero “esas cosas” son todas: tomar el café del desayuno, soportar el dolor de cabeza,  mirar cómo juega la hija, despachar los tomates en la tienda, hacer el amor en la alcoba por la noche o por la mañana, disfrutar del sexo, de la comida, del aguacate, la chirimoya y las cerezas, conducir una Harley Davidson a 200 km/h, cosechar la uva chardonet, etc., etc. También cosas que en determinadas comunidades son pecados y en otras no. Jesús-Verbo tiene una moral personalista con los personalistas y kantiana con los kantianos, porque, mucho más que Pablo, se hace todo con todos para salvarlos a todos, para celebrar la eucaristía con todos.
Esto no es relativismo ni abolición de la moral ni del pecado. Es pecado lo que cada comunidad establece que es pecado y cada conciencia individual lo asume así, y Jesús se atiene a ello.  Y llora con pecador y le concede la gracia del arrepentimiento al pecador tal como lo refieren los evangelios. Porque ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento consta que esos libros sagrados tengan que ser interpretados en sentido kantiano  ni que Jesús sea kantiano (Metamorfosis del cristianismo).