lunes, 18 de agosto de 2014

«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».

         DOMINGO  XXI (A)

                         «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo»
                                                      

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,13-20

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
            Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

1.- Texto. Jesús con sus discípulos parte de Betsaida  (cf. Mc 8, 22), camina por el valle del Jordán hacia el norte y llega a la región de Cesarea de Filipo, situada en la falda del monte Hermón.  Jesús les pregunta la opinión de la gente sobre su identidad. Pedro,  haciéndose eco de lo que ellos han respondido antes,  da en la clave de su ser y función: «el Mesías, el Hijo del Dios vivo». Aquí se sitúa la línea de separación entre el pueblo que le sigue y aclama y los discípulos. Es una ventaja que la da el mismo Señor al revelárselo. Pedro, como los discípulos antes (cf. Mt 14,33), se abren a la revelación divina y van captando poco a poco quién es Jesús, hasta que le comprendan de todo, según los parámetros de la historia, con la Resurrección y Pentecostés. La respuesta de Jesús a la afirmación de Pedro se asienta en cuatro afirmaciones fundamentales que sostienen a la comunidad cristiana: Dios mira con bondad a Pedro, y en él a los Doce ―diríamos hoy al Colegio Apostólico: todos los obispos y al Papa como obispo de Roma―; le dice a quién realmente sigue y acompaña: a su Hijo. Pedro es el que guía a la comunidad cristiana en nombre de Jesús, que ha vencido en nombre del Señor al poder diabólico ―«Vi a Satanás caer como un rayo del cielo» (Lc 10,18)―, y le transfiere Jesús el poder que ha recibido del Señor: discernir el bien y el mal según la revelación divina sobre la colectividad humana y cada persona.
2.- Mensaje. Jesús coloca la primera piedra para construir un nuevo pueblo en el que quepa todo el mundo, no sólo a las ovejas descarriadas de Israel (cf. Mt 10,6). A la Iglesia pueden pertenecer todos los pueblos: El Señor es un Padre-Madre cuyo Hijo hace posible que los hombres, sus hermanos, lo puedan confesar como su Creador, Providente y Salvador. El ministerio de Pedro, el obispo de Roma, el primero entre los iguales del Colegio Apostólico, tiene tres dimensiones. Pedro es la «roca», es el cimiento sobre el que Jesús construye el nuevo templo donde habita el verdadero Dios y cabe el nuevo pueblo; Pedro es el que dará la unidad a toda la comunidad cristiana al confesar a Jesús como el Enviado y como Hijo de Dios. El que tiene más poder que los hombres, como es el diablo y su mundo, nunca podrá vencerle, es decir, que la Iglesia en bloque pueda traicionar a Jesucristo ―ella posee el Espíritu, que le impide separarse de él, por infieles que seamos los cristianos. Nos recuerda otro ejemplo de Jesús: «Vinieron las lluvias, se desbordaron los ríos y los vientos soplaron violentamente contra la casa; pero no cayó, porque estaba construida sobre un verdadero cimiento de piedra» (Mt 7,25). Por último, Pedro ―como todo el Colegio Apostólico, Mt 18,18―tiene capacidad para indicar el camino de amor que Jesús ha indicado con su vida y doctrina, y tiene capacidad para señalar también qué no es cristiano, qué no es amor como reflejo de la presencia divina en la vida humana, como resume el mismo Evangelista (cf. 25,34-46): «Venid benditos de mi Padre….». Y no olvidar lo que meditamos en el episodio de la barca que zozobra (cf. Mt 14,22-33): «Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular» (Ef 2,20).
3.- Acción. El poder dado a Pedro se fundamenta en su confesión de fe, es decir, en la relación que mantiene con Jesús, no en su capacidad de gobierno y en sus cualidades humanas. Los Evangelios lo han dejado bien claro: Pedro expresa la voluntad diabólica cuando invita a Jesús a que no sufra, que no se someta a la maldad humana ―«¡apártate de mí Satanas!» (Mt 16,23)―. Pedro promete defender a Jesús contra sus enemigos, le sigue en su proceso y niega conocerlo tres veces, incluso jurando (cf. Mc 14,66-72). Pero es capaz de llorar, cuando Jesús le mira con amor a la salida de la casa de Anás (cf. Lc 22,61-62). Arrepentido, le profesa su amor otras tres veces (cf. Jn 21,15-17). La relación de Pedro con Jesús, es la relación de cada uno de nosotros con él. Sin tener su máxima responsabilidad y misión de la Iglesia, todos somos responsables de alguien o de algo en nuestra comunidad cristiana, empezando por nuestra responsabilidad de amar y servir a los hermanos, y todos debemos seguir su camino de fidelidad a Jesús, como de arrepentimiento cuando nos separemos de él.


«Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»

              DOMINGO  XXI (A)



                                                      



              «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,13-20

Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: —«¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas » Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en
los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.» Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo.

1.- El Señor.- Hace dos domingos escuchábamos la confesión de fe en Jesús de todos los discípulos en la barca, una vez que lo vieron caminar sobre las aguas: «Realmente eres Hijo de Dios» (Mt 14,22-33). Hoy escuchamos la de Pedro, porque la función que le va a conferir el Señor sólo se puede llevar a cabo desde la fe en el Hijo de Dios. Si Pedro piensa en sí mismo, zozobra y se hunde en el lago. Debemos estar convencidos de que el Cristianismo es obra de Dios revelada en la vida y doctrina de Jesús. Y si participamos en la vida cristiana, es por la fe que hace presente al Señor. La salvación, que comienza en nuestra vida personal y colectiva, parte de la relación creyente que nos une y adentra en la vida divina. Si la existencia la fundamos en la fe en Cristo, nuestra verdadera roca (cf. Ef 2,20), podemos estar seguros que nada ni nadie nos separará del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús. Es el convencimiento de Pablo (cf. Rom 8,31-39).
2.- La Iglesia.- Mateo descalifica al Israel de los escribas, de los fariseos, de los sumos sacerdotes. A partir de este texto comienza a fundar el nuevo pueblo de Dios  con unas bases que nada tienen que ver con el pueblo elegido de la Alianza del Sinaí. Este pueblo está basado en la fe en Cristo y en la capacidad de servir (cf. Mc 10,45; Jn 13,1-19). Para que esta nueva dimensión divina se haga real en nuestra vida, Jesús ha capacitado a Pedro y a los demás discípulos (cf. Ef 2,20; Mt 18,18). Y Pedro, el primero del Colegio Apostólico, es el que debe velar para que la comunidad cristiana ni se separe de Cristo ni traicione su mandato de amar y servir. Por eso los cristianos debemos velar, como lo han hecho muchos otros con anterioridad, para que el mesianismo de Cristo que presenta la Iglesia, no sea el mesianismo del poder, de las dignidades humanas, de la acumulación de riquezas. Que el Reinado de Cristo que proclama la Iglesia sea un reinado como reza el prefacio de su fiesta: «Reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia; el reino de la justicia, el amor y la paz »; y no el reino que se ampara  y vive de los que se apropian el dinero y el poder en esta tierra.

3.- El creyente.- «Y tú ¿quién dices que soy yo?», podría ahora preguntarnos Jesús. O si pensamos en nosotros mismos: «Y yo ¿qué es lo que pienso de Jesús?». El problema que sucede en la actualidad no es que no contestemos a la pregunta, o digamos que es Nadal o Messi o Tieger Wood, etc, u otro de los iconos actuales de la ciencia, el arte o el deporte. El problema es que no escuchamos la pregunta. La vida la tenemos tan llena, tan ocupada, tan distraída, que no es posible en medio de tanto ruido interior y exterior escuchar a Jesús, y menos situarnos ante él. Y si nos llega alguna vez el eco de su voz, entonces decimos cualquier figura de nuestra sociedad, es decir, un actor, un cantante, un futbolista, un balocentista, un tenista, un motorista, un ciclista, un atleta, un nadador, un golfista, etc. Y sin embargo, para responder a Jesús, en el caso de que le oigamos, necesitamos toda una vida de servicio, de apertura a los demás para hacerles el bien, tener la honda sensación interior que somos amados por Dios. No se formula la pregunta según hemos iniciado este párrafo: ¿qué pensamos de Jesús?, pues estamos capacitados para responder incluso mejor que sus discípulos, después de dos mil años estudiándolo con la presencia del Espíritu en la Iglesia. La pregunta, es ¿qué experimentamos de él? ¿Qué aporta al sentido global de mi vida? ¿Cómo avanza mi relación con él en las diferentes etapas que ya he vivido y vivo de mi existencia?


SOBRE DIOS PADRE

                                                           Xabier Pikaza




V

En el camino de Jesús, Dios Madre-Padre

Desde ese fondo podemos decir que Jesús ha recorrido el camino de Dios Madre-Padre de manera descendente y ascendente: Jesús desciende (viene de) Dios Madre-Padre; y, al mismo tiempo, asciendo, buscando su presencia.

‒ Camino descendente. Yahvé como Padre. El Dios de Jesús es Imma-Abba (Madre-Padre), porque alimenta, sostiene y ofrece un futuro de vida a los niños y, con ellos, a todos los humanos que aparecen de esa forma como hermanos. Es Padre materno, que alienta la vida de los hombres. Filón había interpretado a Dios como Padre cósmico, creador y ordenador de cielo y tierra, dentro de un esquema ontológico, distinguiendo nítidamente las funciones de padre y madre. En contra de eso, Jesús le presenta como madre-padre de los pobres y excluidos de la sociedad, niños y necesitados.


‒ Camino ascendente, Jesús sube y nos lleva a Dios Abba-Imma, en unión con los hermanos (Ahim). El modelo para hablar de ese Dios Padre no son los grandes varones patriarcalistas (sacerdotes, rabinos, presbíteros y sanedritas), sino aquellos varones y mujeres que, como Jesús (por estar bien fundados en un madre-padre), han abierto un espacio de vida para los demás, para los hermanos (en especial para los pobres), que son hijos de Dios. En ese contexto de simbolización paterna ha de entenderse la nueva visión que Jesús ha tenido del matrimonio, entendido como espacio permanente de fidelidad, donde varones y mujeres compartan un mismo camino de amor, en gesto de intimidad y de compromiso liberador. 
18 de agosto

Paula Montaldi (1443-1514)

La beata Paula Montaldi nace en Volta Mantovana (Mantua. Italia) en 1443. Ingresa en el monasterio de las Hermanas Clarisas de Santa Lucía de Mantua, en 1458. Lleva una vida de oración permanente, sigue a Cristo pobre y crucificado. Abadesa por muchos años, la devoción a Jesús y a la Eucaristía la acompaña con severas penitencias que en nada se reflejan en sus relaciones fraternas, pues es extremadamente cariñosa, servicial y fiel en la ayuda permanente a las hermanas. Escribe varios opúsculos dedicados al nombre de Jesús. Muere el 18 de agosto de 1514, a la edad de 71 años, de los que 56 pasa en el monasterio. El papa Pío IX aprueba su culto el 6 de septiembre de 1876.

Común de Vírgenes

Oración. Padre, escucha nuestras súplicas, para que, cuantos celebramos con devoción el seguimiento de Cristo pobre y crucificado de la beata Paula, virgen, permanezcamos en tu amor y crezcamos en él hasta la muerte. Por nuestro Señor Jesucristo.


18.1 de agosto

Nicolás Factor (1520-1583)

El beato Pedro Nicolás Factor nace el 29 de junio del año 1520 en Valencia (España). Ingresa en la Orden en 1537. Realizados los estudios eclesiásticos, es ordenado sacerdote en 1544. Colabora en la restauración de la fe católica en España, aplicando el Concilio de Trento y potenciando la vida mística, en auge en esta época. Es tiempo de los grandes fundadores y místicos españoles. Es superior de las fraternidades de Santo Espíritu (Gilet. Valencia), Chelva, Val de Jesús, Murviedro (Sagunto), de los recoletos de Bocairent y también maestro de novicios. Franciscano de vida de oración y penitencia, predica a Jesús crucificado y confiesa a innumerables almas que acuden a él para recibir consejo y a comunidades religiosas. Reside un tiempo en el fraternidad recoleta de Onda (Castellón. España) y en los Capuchinos de Barcelona. En 1583 regresa a la fraternidad observante de Santa María de Jesús. Muere el 23 de diciembre de 1583 en Valencia, enfermo y extenuado. El papa Pío VI lo beatifica el 27 de agosto de 1786.

Común de Pastores o Santos Varones

Oración. Padre misericordioso, que has extendido tu Iglesia por el fervor religioso y la solicitud apostólica del beato Pedro Nicolás Factor, por su intercesión concédele crecer siempre en la fe y en la santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.


18.2 de agosto

Mártires Franciscanos de la Revolución Francesa (†1794)

Durante la Revolución Francesa encarcelaron a los sacerdotes y a los religiosos que se negaron hacer el juramento por la libertad e igualdad del pueblo y abjurando de su fe católica. Entre el 11 de abril de 1794 y el 7 de febrero de 1795 fueron detenidos 827, de los que murieron 542 a consecuencia de los malos tratos y las condiciones inmundas de las prisiones. Las cárceles eran dos barcazas llamadas “Les Deux Associés” y el “Washington”, ancladas en Rochefort, en la desembocadura del río Charente en el mar, en la región de La Rochelle. El papa Juan Pablo II beatifica el 1 de octubre de 1995 a 64 mártires, entre los cuales se encuentran los siguientes Franciscanos Conventuales y Capuchinos.
JUAN LUIS LOIR (1720-1794), OFM CAP., nace en Besanzón (Doubs. Francia) el 11 de marzo de 1720, ingresa en la Orden capuchina en Lyón en mayo de 1740. Detenido en 1791 es deportado a Moulins, después a Rochefort en 1793. Muere el 19 de mayo de 1794. LUIS ARMANDO ADAM (17411794), OFM CONV., nace en Ruán (Alta Normandía. Francia) el 19 de diciembre de 1741. Entra en los franciscanos conventuales el 1 de septiembre de 1761. Sacerdote. Es arrestado el 12 de abril de 1793. El 6 de marzo de 1794 es deportado a una de las barcazas Les Deux Associés. NICOLÁS SAVOURET (1733-1794), OFM CONV., nace en Jonvelle (Alto Saona. Francia) el 27 de febrero de 1733. Doctor en Teología. Es director espiritual de las clarisas de Moulins. Es arrestado el 18 de mayo de 1794 en Moulins. Enviado a Rochefort, fallece el 16 de julio del mismo año. PROTASIO BOURDON (1747-1794), OFM CAP., nace el 17 de abril de 1747 en Séez (Orne. Francia); profesa el 27 de noviembre de 1768. Ordenado sacerdote en 1775. Arrestado en Ruán el 10 de abril de 1793, muere de tifus en la noche del 23 al 24 de agosto. SEBASTIÁN VERNESON (1749-1794), OFM CAP., nace en Nancy (Lorena. Francia) el 17 de enero de 1749. El 24 de enero de 1768 ingresa en la fraternidad de Saint-Michel. Evangeliza en varias parroquias de la diócesis de Metz. He-cho prisionero el 9 de noviembre de 1793, llega a Rochefort el 28 de abril de 1794 y muere el 10 de agosto del mismo año.


Común de varios Mártires

Oración. Padre de misericordia, que has manifestado el poder de la resurrección de tu Hijo en el martirio de los beatos Juan Luis y compañeros, concédenos, por su intercesión, ser fieles a la vocación cristiana y saber perdonar a nuestros enemigos. Por nuestro Señor Jesu-cristo.


18.3 de agosto

Sancha Szymkowiak (1910 -1942)

La beata Sancha Szymkowyak nace en Mozdzanów (Polonia) el 10 de julio de 1910. Estudia lengua y literatura en la Universidad de Poznan. Se incorpora a la institución de caridad Sodalicio Mariano. Después de una peregrinación a Lourdes en 1934, ingresa como religiosa en las Hermanas Oblatas del Sagrado Corazón en Montluçon (Allier. Francia). Dos años después regresa a Polonia y se hace de la Congregación de la Bienaventurada Virgen María Dolorosa, conocidas como «Hermanas Seráficas» en Poznan. En la ocupación alemana, las religiosas quedan bajo arresto domiciliario y padecen trabajos muy duros. Con una paciencia infinita lo soporta todo, ayuda a los prisioneros ingleses y franceses, sirviendo además de traductora. Emite los votos perpetuos el 6 de julio de 1942 y fallece el 29 de agosto del mismo año. El papa Juan Pablo II la beatifica el 18 de junio de 2002.

Común de Vírgenes

Oración. Padre, escucha nuestras súplicas, para que, cuantos celebramos con devoción los méritos de la beata Sancha, virgen, permanezcamos en tu amor y crezcamos en él hasta la muerte. Por nuestro Señor Jesucristo.

19 de agosto

Luis de Tolosa (1274-1297)

San Luis de Anjou nace en el año 1274. Su madre, María de Hungría, es sobrina de Santa Isabel y hermana de tres reyes santos: Esteban, Ladislao y Enrique. Su padre, Carlos II de Anjou, rey de Nápoles, es sobrino de San Luis de Francia. Es testigo, en sus primeros años, de las sangrientas luchas que oponen a su familia con los reyes de Aragón y con los sicilianos. Vive en cautiverio durante siete años en Barcelona. En este tiempo estudia con el franciscano Jacques Deuze, después papa con el nombre de Juan XXII. Sigue a Jesús crucificado y es devoto de la Virgen Santísima. Cuando le dejan libertad para pasear por Barcelona, sirve a los leprosos y a los pobres. Liberado, renuncia a la corona de Nápoles en favor de su hermano Roberto en 1296. Ingresa en la Orden, emite sus votos en la fraternidad de Ara Coeli (Roma); se ordena en Nápoles el 20 de mayo de 1296. El papa Bonifacio VIII le nombra obispo de Tolosa (Francia), donde reforma el clero, y renueva la diócesis con sínodos; atiende a los pobres. Camino de Roma para asistir a la canonización de su pariente San Luis de Francia, enferma en Brignoles y muere el 19 de agosto de 1297. El papa Juan XXII lo canoniza en 1317.

Común de Pastores o Santos Varones

Oración. Concédenos, Dios Padre nuestro, que imitemos el ejemplo de San Luis, obispo, que antepuso el reino de los cielos al poder temporal; y, como él se distinguió en la virtud de la castidad y en el amor a los pobres, así nosotros usemos debidamente de las cosas de este mundo para alcanzar el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

20 de agosto

Bernardo de Claraval (1090-1153)

San Bernardo nace en el castillo de Fontaine-les-Dijon (Borgoña. Francia) en 1090. Al fallecer su madre, ingresa en la Orden del Císter a los 23 años de edad. En el año 1115, funda el monasterio de Claraval; nombrado abad, ejerce su cargo hasta el final de su vida. Erige 68 monasterios en Fran-cia, Alemania, Inglaterra, Italia y España. Influye en la creación y expansión de la Orden del Temple, aprobada en el Concilio de Troyes, en 1128. Defiende a Inocencio II en el Cisma del antipapa Anacleto en 1130. En 1145, Eugenio III, discípulo de Bernardo, es elegido Papa, el primero de la Or-den del Císter. Fracasa en la promoción y apoyo de la Segunda Cruzada. Influye en la Orden Franciscana con su defensa de Tierra Santa, la devoción a la Virgen María y la imitación de los santos. Muere en 1153. El papa Alejandro III lo canoniza el 18 de junio de 1174, siendo declarado Doctor de la Iglesia por Pío VIII en 1830.


Común de Doctores

Oración. Señor, Dios nuestro, tú hiciste del abad San Bernardo, inflamado en el celo de tu casa, una lámpara ardiente y luminosa en medio de tu Iglesia; concédenos, por su intercesión, participar de su ferviente espíritu y caminar siempre como hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo.

21 de agosto

Pío X (1835-1914)

San Pío X (José Melchor Sarto), de la Orden Franciscana Seglar, nace el 2 de junio de 1835 en Tiese (Treviso. Italia); es hijo de Juan Bautista Sarto y Margarita Sanson. En 1850 ingresa en el seminario de Padua. El 18 de septiembre de 1858 es ordenado sacerdote en Castelfranco Véneto. Es designado párroco de Tómbolo (Treviso), en 1867 arcipreste de Salzano y canónigo de la catedral de Treviso y en 1875 rector del seminario. En 1884 el papa León XIII lo nombra obispo de Mantua y en el consistorio del 12 de junio de 1893 es creado cardenal. Tres días después es proclamado patriarca de Venecia. Es elegido Papa el 4 de agosto de 1903. Sufre los envites del laicismo y las tendencias modernistas en la exégesis bíblica y dogmática. Abre la Eucaristía a la participación del pueblo al permitir la práctica de la comunión frecuente, fomenta el acceso de los niños con la celebración de la primera comunión; promueve el estudio del catecismo y la reforma el Código de Derecho Canónico. Muere en Roma el 20 de agosto de 1914 y es canonizado por el papa Pío XII el 29 de mayo de 1954.

Común de Pastores
Oración. Señor, Dios nuestro, que, para defender la fe católica e instaurar todas las cosas en Cristo, colmaste al papa San Pío de sabiduría divina y fortaleza apostólica; concédenos que, siguiendo su ejemplo y su doctrina, podamos alcanzar la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

22 de agosto

Santa María Virgen, Reina

Jesucristo constituye a su Madre Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y de los ángeles. Cuando el Concilio de Éfeso proclama a la Virgen «Madre de Dio», se inicia la devoción a María como Reina. La Iglesia del Medievo impulsa y desarrolla esta devoción, invocándola con las palabras: «Salve, Reina de los cielos y Señora de los Ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz… ».. Son las palabras del himno pascual de la Santísima Virgen María. Se felicita a María por la resurrección de su Hijo Jesucristo. Sustituye el rezo del Angelus durante el tiempo pascual. Los Franciscanos comienzan a rezar y cantar el himno en el siglo XIII después del oficio de Completas, y lo extienden por toda la Iglesia. «La Virgen Inmaculada [...] asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial fue ensalzada por el Señor como Reina universal, con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte», nos dice el Concilio Vaticano II (Lumen gentium, 59). El papa Pío II instituye la fiesta en la octava de la Asunción. De esta forma se relaciona la realeza de María y su asunción a la gloria del Padre.

Común de Santa María Virgen

Oración. Dios misericordioso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.

22.1 de agosto

Timoteo de Monticchio (1444–1504)

El beato Timoteo nace en Monticchio (Aquila. Italia) en el año 1444 en el seno de una familia dedicada a la agricultura. Ordenado sacerdote, es nombrado Maestro de novicios en Campli (Téramo). Su vida es un reflejo de los renovadores de la Observancia Franciscana, como San Bernardino de Siena, San Jaime de la Marca, San Juan de Capistrano, etc. De Campli se le destina a la fraternidad de Santo Ángel de Ocre sita en Fossa (L’Aquila. Italia) . En este convento permanece durante toda su vida, dedicado a la oración, a la meditación de la pasión de Cristo y a María. Asiduo al confesionario, transmite la paz evangélica y franciscana. Predica por todos los pueblecitos de la región. Muere el 22 de agosto de 1504 a la edad de 60 años. El papa Pío IX aprueba su culto el 10 de marzo de 1870.

Común de Santos Varones

Oración. Dios nuestro, que otorgaste al beato Timoteo la gracia de imitar a Cristo y a su Madre María pobres y humildes, concédenos por sus ruegos que, viviendo con fidelidad nuestra vocación, podamos alcanzar aquella perfección que tu Hijo nos propuso con su ejemplo. Que vive y reina contigo.

23 de agosto

Bernardo de Offida (1604-1694)

El beato Bernardo (Domingo Peroni) nace el 7 noviembre de 1604 en Villa de Appignano, vecina a Offida (Áscoli Piceno. Italia). Pertenece a una familia dedicada a la agricultura. Trabaja en el cuidado del ganado bovino y lanar, además de las tareas propias del campo. A los 15 años, ingresa en los Franciscanos Capuchinos el 15 de febrero de 1626 en la fraternidad de Corinaldo. Destinado a Fermo, permanece veinte años trabajando en el huerto, la cocina, portería, sacristía, además de limosnero. Estos oficios los desempeña en Áscoli y otras fraternidades a que le destina la obediencia. Regresa a Offida donde vive cuarenta y cinco años hasta el día de su muerte acaecida el 22 agosto de 1694. El papa Pío VI lo beatifica el 25 de mayo de 1795.

Común de Santos Varones

Oración. Dios misericordioso, que has compendiado tus mandamientos en el amor a ti y a los hermanos, haz que, a imitación del beato Bernardo, dediquemos nuestra vida al servicio del prójimo, para recibir tus bendiciones en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.

24 de agosto

Bartolomé, Apóstol

San Bartolomé, originario de Caná de Galilea, conoce a Jesús por medio del apóstol Felipe. Según la tradición, predica el Evangelio en la India, donde es martirizado.

Común de Apóstoles

Oración. Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que él creyó, y predicar lo que él enseñó. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén