jueves, 1 de mayo de 2014

Santos y Beatos del 1-4 de mayo.

                                                                          Mayo

       María, Madre de la Misericordia

                                             (Sábado de la II Semana de Pascua)

              La primera referencia que se tiene sobre el título de María como Madre de misericordia es la de San Odón ( 942),  abad de Cluny. Escribe que María, Madre de Misericordia, da a luz al salvador del mundo que por medio de ella se manifiesta al mundo (Vita Odonis, en PL 133,47). También San Lorenzo de Brindis escribe en un sermón de su obra «Marial» sobre la misericordia de María. Existe en la Familia Franciscana la Congregación de las Franciscanas Hijas de la Misericordia, que nace en Pina (Mallorca. España) en 1856, y desarrolla su misión en los campos de la Educación, la Acción Social, la Sanidad y en colaboración con las parroquias donde está inserta. Actualmente está presente en España, Italia, Bolivia, Perú, México y Texas (USA). En el presente, las Franciscanas Hijas de la Misericordia, al cumplirse el 150 Aniversario de la Congregación, disciernen sobre nuevos campos de misión acordes con las exigencias de la Iglesia y de las culturas donde están insertas.

                                                   Común de Santa María Virgen

              Oración. Oh Dios, cuya misericordia no tiene límites, concédenos, por intercesión de la Virgen María, Madre de misericordia, conocer tu bondad en la tierra, para alcanzar tu gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lecturas

                                            «Dios, rico en misericordia»

           El Apóstol comprueba un mundo sometido a las fuerzas diabólicas que tienen sumidas al hombre en la perdición y desesperanza (cf. Rom 3,23; 2Cor 4,4; Col 2,13; 3,7). El primer paso para la conversión y vislumbrar el mundo nuevo que Dios nos ofrece en Cristo Jesús es ser consciente de esta situación. Entonces es cuando es posible dejarse influir por Dios, vislumbrar que Él tiene la potencia amorosa para sacar al pecador de su estado y situarse a su lado para guiarlo y acompañarlo en su vida. Y la actitud que se acentúa de Dios es un amor pleno de misericordia que reconcilia consigo al pecador y a los hombres sumidos en la oscuridad de su lejanía, pues Él es la luz.

              Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios     2,4-10

              Salmo responsorial                                       Sal 102,1-4.6.8.13.17
             
              El creyente padece una grave enfermedad, que en la mentalidad del AT es fruto del pecado. Dios le cura y al curarle le perdona el pecado. Todo se debe a su misericordia, misericordia que actúa el amor y la ternura de Dios para con sus hijos.

              V. La misericordia del Señor dura por siempre.
           R. La misericordia del Señor dura por siempre.

                                          
              Aleluya

           Aleluya. Aleluya.
           Dios te salve, Madre del Señor, Madre de misericordia,
consuelo del mundo y esperanza de los desgraciados.
           Aleluya.


           Evangelio

                                                    «Dichosa tú, que has creído»

          
María lleva en su ser al Hijo de Dios. Dios se ha fijado en ella y la ha agraciado con este don; ella se ha fiado del Señor, no obstante la propuesta fuera inaudita. Es lo que expresa Isabel cuando recibe la visita de María: «Dichosa tú que has creído». La bendice por dos veces, porque Dios ha puesto su mirada en su corazón, porque ella ha depositado su vida en Él, confiando plenamente en su plan de salvación. Por eso es bienaventurada, dichosa, feliz. La respuesta que da María a la felicitación de Isabel por haberse fiado de Dios, es la de un alma sencilla y humilde, que entona los cantos propios de su pueblo que camina al encuentro del Señor. Utiliza el cántico de Ana (cf. 1Sam 2,1-10) y comprueba la actitud misericordiosa del Señor, que se abre a toda la humanidad (cf. Is 41,1-9), y en concreto hacia ella, precisamente por su humildad.

           Lectura del santo Evangelio según San Lucas           1,39-55
          
                                                           Para meditar

           «María es Madre de misericordia porque Jesucristo, su Hijo, es enviado por el Padre como revelación de la misericordia de Dios (cf. Jn 3,16-18). Él ha venido no para condenar sino para perdonar, para derramar misericordia (cf. Mt 9,13). Y la misericordia mayor radica en su estar en medio de nosotros y en la llamada que nos ha dirigido para encontrarlo y proclamarlo, junto con Pedro, como «el Hijo de Dios vivo» (Mt 16, 16). [...] María es también Madre de misericordia porque Jesús le confía su Iglesia y toda la humanidad. A los pies de la cruz, cuando acepta a Juan como hijo; cuando, junto con Cristo, pide al Padre el perdón para los que no saben lo que hacen (cf. Lc 23, 34), María, con perfecta docilidad al Espíritu, experimenta la riqueza y universalidad del amor de Dios, que le dilata el corazón y la capacita para abrazar a todo el género humano. De este modo, se nos entrega como Madre de todos y de cada uno de nosotros. Se convierte en la Madre que nos alcanza la misericordia divina. (Juan Pablo II, Veritatis Splendor, 118.120). 
           «Madre de misericordia. ¡Cuán dulce es el nombre Madre! No es posible expresarlo, es imposible comprenderlo. Ahora bien, la Virgen Santísima es llamada no sólo Madre, sino Madre de misericordia, esto es, misericordia en extremo, Madre tiernísima, amantísima» (San Lorenzo de Brindis, Marial, 416).



Divina Pastora,  Madre del Buen Pastor

(Sábado después del III Domingo de Pascua)

En el año 1703 se le aparece la Virgen al padre Isidoro de Sevilla, Franciscano Capuchino, vestida de pastora. Al poco la da a pintar a Alonso Miguel de Tovar con los siguientes rasgos: sombrero pastoril, un manto azul terciado al hombro, un bastón en su mano izquierda y en su alrededor varias ovejas pastando. Y el 8 de setiembre, fiesta de la Natividad de María, del mismo año saca la imagen en procesión en un estandarte. Se concreta así una devoción que al menos está en San Pedro de Alcántara y San Juan de Ávila. Francisco Ruiz Gijón hace una escultura y se hace una procesión con ella en el año 1705. El  beato  Diego José de Cádiz extiende la devoción por toda España, y su imagen preside todas sus misiones populares. El papa Pío VI instituye la fiesta de la Madre del Divino Pastor el 1 de agosto de 1795.

Común de Santa María Virgen

Oración. Señor Jesucristo, Pastor bueno, que entregaste la vida por tus ovejas, y, elevado en la cruz, nos diste a la Virgen por Madre; concédenos, por su intercesión poderosa, seguirte ahora como Pastor nuestro en la tierra, y llegar después a la Pascua eterna en el cielo. Tú que vives y reinas.

Lecturas

                       «Venid a mí los que me amáis, y saciaos de mis frutos»

           La sabiduría aparece cada vez más como personificación de la presencia divina en la historia humana y en Israel. Y la tradición cristiana la aplica con frecuencia a la Virgen María. Ella es, con la respuesta positiva al mensaje de Gabriel, la que hace posible que la sabiduría del Padre, que es Cristo, se encarne en la historia (cf. Jn 1,14). Y, por otro lado, una vez que ha seguido a su Hijo en el ministerio por Palestina, María es la que está presente en el nacimiento de la Iglesia como garantía de la misión apostólica.


           Lectura del libro del Eclesiástico                      24,3-4.8.12.18-22

          
Salmo responsorial                                                               Salmo responsorial                           Sal 30,2-6.15-16.20

           El justo atrapado por el mal, eleva su súplica al que no sólo le ha traído a la vida, sino garantiza su conservación y su desarrollo en paz. No puede la persona aislarse de las vicisitudes de esta vida. De ahí la necesidad de permanecer siempre bajo la protección de Aquel que nos quiere más a nosotros que ningún otro ser.


           V. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
           R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
          
Aleluya                                                          Jn 19,27

           Aleluya. Aleluya.
           «Ahí tienes a tu madre», —dice el Señor.
           Aleluya.


           Evangelio

                                  «Mujer, ahí tienes a tu hijo»

          
El testamento de Jesús en la cruz, poco antes de morir, es integrar a su madre en el discipulado que debe llevar a cabo la predicación del Reino por todas las naciones. Y María se incorpora plenamente en la comunidad cristiana de Jerusalén como madre, no sólo del discípulo amado, sino de todos los bautizados en su hijo Jesucristo (cf. Hech 1,12-14). Pero, a la vez, los cristianos con Juan, debemos acoger a María para que aprendamos a cuidar a Jesús, a amarle y a hacerle crecer en nuestras vidas por sus relaciones con Dios, por sus relaciones con los hermanos.


            Lectura del santo Evangelio según San Juan            19,25-27

                                             
                   Para meditar

           «Vino, pues, el Hijo para hacerse un vestido de lana de oveja, es decir, de la Virgen, llamada oveja por su inocencia. Esta es nuestra Raquel, que quiere decir oveja, que el verdadero Jacob encontró junto al pozo de la humildad, como se dice en el libro del Génesis (29,10). O también, la oveja fue Adán, del cual se dice: Anduve errante como oveja descarriada (Sal 119,176). Dicen las Ciencias Naturales que, si de la lana de oveja despedazada por el lobo se hace un vestido, en el vestido se crían gusanos [...] Para purificarnos de la mancha de la carne y del espíritu, Cristo recibió la lana incorrupta que la oveja poseía antes de que el lobo la hubiese desgarrado. Por lo cual, dice de él Isaías: Comerá manteca y miel (7,15). Recuerda que la oveja produce dos alimentos: mantequilla y queso. La mantequilla representa la inocencia de la naturaleza, tal como era antes del pecado; el queso, los sufrimientos y aridez que sucedió al pecado. La tierra, que es la carne, será maldita en tus obras, es decir, por tus obras de pecado. Te producirá espinos y abrojos (Gén 3,17-18), o sea, pinchazos mayores y menores. Mas Cristo no comió queso, sino mantequilla, que quiere decir, asumió nuestra naturaleza tal como la tuvo Adán antes del pecado. De hecho, recibió no sólo el saco, sino también el mérito del saco; el pecado no, pero sí la pena del pecado» (San Antonio de Padua, Sermones Dominicales y Festivos: «Anunciación de la Santísima Virgen María», 9).


1 de mayo

Petronila de Troyes (1300-1355)

          
La beata Petronila, de la Orden de Santa Clara, pertenece a la familia de los Condes de Troyes (Champaña-Ardenas. Francia). De joven ingresa en el monasterio de Santa Catalina de Provins (Seine et Marne. Champaña). Felipe el Hermoso, rey de Francia, funda un convento dedicado a San Juan Bautista en la ciudad de Oncel, vecino al Puente de Santa Majencia en la diócesis de Beauvais.  Comienza su construcción en 1309, pero hasta 1336 no se termina. Es elegida como abadesa la beata Petronila ante los reyes Felipe de Valois y Juana de Borgoña. Dirige el nuevo monasterio ocho años, los suficientes para iniciar una escuela de oración, de penitencia y de fraternidad, características de las hermanas contemplativas franciscanas. La beata  Petronila acentúa su amor a Cristo en la Eucaristía y su devoción especial a la Virgen María. Muere el 1 de mayo de 1355 y el papa Pío IX aprueba su culto el 11 de mayo de 1854.

                                   Común del Vírgenes
          
Oración. Escúchanos, Dios, Salvador nuestro, para que en la alegría de la fiesta de tu virgen Petronila te alabemos y demos gracias en la Eucaristía y aprendamos a servirte con amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lecturas

«El pan es uno, y así nosotros, formamos un solo cuerpo»

           Pablo manda a los Corintios no pactar con la idolatría, como lo había recomendado la comunidad cristiana de Jerusalén (cf. Hech 15,22-29). Y argumenta con la costumbre cristiana de la unión con Cristo por medio de la bendición sobre el vino y pan que se realiza en la Eucaristía. Pero no queda sólo aquí. La unión con Cristo hace que todos formemos un sólo cuerpo cuando se comulga. La comunidad cristiana es tal en la medida que participa toda ella en la Eucaristía. La unión con el Hijo de Dios hace que todos nos convirtamos en hermano suyo y hermanos entre sí.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios  10,16-17

Salmo responsorial                          Sal 77,3-4.7.23-25.54

           Con el recuerdo de los hechos salvadores de Dios que realiza a lo largo de la historia de Israel (cf. Éx 16,9-35; Dt 4,9), el creyente aumenta su confianza en él y desconfía en las fuerzas humanas que aspiran a salvar al hombre. No obstante las apariencias sean contrarias, como el pan y el agua en el desierto, Dios nunca falla, sobre todo cuando se trata de sus elegidos.


           V. El Señor les dio un trigo celeste.
           R. El Señor les dio un trigo celeste.

           Aleluya                                                                                  Jn 6,51

           Aleluya. Aleluya.
           «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor—;
el que coma de ese pan vivirá para siempre».
           Aleluya.

           Evangelio
                                              «Yo soy el pan bajado del cielo»

          
Jesús cita el texto anterior del Éxodo sobre el don del maná que el Señor les dona para alimentarlos en la larga travesía del desierto. Los oyentes no dan crédito a sus ojos, porque piensan en las raíces humanas conocidas de Jesús: el hijo de María y José, no puede ser la Palabra hecha carne (cf. Jn 1,14). Sin embargo, Jesús es el Hijo de Dios que se entrega para dar vida a los hombres; es el pan que alimenta; el nuevo árbol que da la vida (cf. Gén 3,22; Prov 3,18), porque por su muerte, venida por una entrega sin límites de amor, ha venido la vida al mundo.

Lectura del santo Evangelio según San Juan                                               Lectura del Evangelio según San Juan                        6,41-51

                        Para meditar
          
«¡Alégrate, pues, también tú siempre en el Señor (cf. Filp 4,4), carísima! No consientas que nuble tu corazón sombra alguna de tristeza, ¡oh señora amadísima en Cristo, gozo de los ángeles y corona de tus hermanas (cf. Filp 4,1). Aplica tu mente al espejo de la eternidad, deja que tu alma se sumerja en el esplendor de su gloria, endereza tu corazón a aquel que es la figura de la divina sustancia (cf. Heb 1,3) y transfórmate totalmente, por la contemplación, en la imagen de su divinidad (cf. 2Cor 3,18). Así probarás tú lo que experimentan los amigos cuando saborean la dulzura escondida (cf. Sal 30,20), que el mismo Dios tiene reservada desde el principio para sus amadores (cf. 1Cor 2,9).
           No te pares siquiera a mirar a las seducciones, que acechan a los ciegos amadores de este mundo falaz, y ama sin reservas a aquel que se te ha dado por amor. El sol y la luna admiran su belleza; sus prendas son de precio y grandeza infinitos (cf. Sal 144,3). Me refiero al Hijo del Altísimo, que la Virgen dio a luz, sin dejar por ello de ser virgen. Llégate a esta dulcísima Madre, que engendró un Hijo que los cielos no podían contener (cf. 1Re 8,27), pero ella lo acogió en el estrecho claustro de su vientre y lo llevó a su seno virginal» (Santa Clara de Asís, Cl3C 10-19).


                   4 de mayo



            Vivaldo de San Geminiano (1250-1320)


El  beato Vivaldo, de la Orden Franciscana Seglar, nace en San Geminiano (Siena. Italia); pertenece a la familia de los Stricchi, de hondas raíces cristianas. Le instruyó en la fe un sacerdote ejemplar: el  beato  Bartolo de San Geminiano, que al contagiarse de la lepra tiene que retirarse de sus labores pastorales en el año 1280. Se recluye en el lazareto de Cellole, vecino a su ciudad. Allí le acompaña y le sirve Vivaldo, que cuida también de los demás leprosos durante 20 años. Poco después de la muerte del  beato  Bartolo, toma el hábito franciscano y se oculta en el eremitorio de Boscotondo de Camporena. Y aquí estará aislado durante otros 20 años, llevando una vida de austeridad y penitencia extremas. Es sepultado en la iglesia de Montaione. El papa Pío X lo beatifica el 13 de febrero de 1908.

                                   Común de Santos Varones

Oración. Señor y Dios nuestro, que llamaste a una vida de soledad y penitencia al  beato  Vivaldo de San Geminiano, concédenos por su intercesión que sepamos negarnos a nosotros mismos para amarte a ti sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                  Lecturas

                                  «Dios ha escogido lo más débil»

           San Pablo está bien formado en las tradiciones judías y en el saber griego. De hecho confía por un tiempo en la capacidad racional para explicar la potencia salvadora del mensaje y vida de Jesús (cf. Hech 17,22-31). Vistos los resultados, se aparta del camino racional (cf. Rom 1,22-23; 1Cor 3,20; Ef 4,17-19) y desarrolla la fe como la unión con Cristo crucificado, que es el que hace posible nacer de nuevo (cf. Jn 3,3-4). De ahí la necesidad de la humildad que hace a la persona vaciarse de sí misma y la sencillez necesaria para el encuentro verdadero con Cristo a fin de acceder al Señor.


Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios  1,24-31


Salmo responsorial                                                  Sal 145, 17-18.19-20.21

El Señor siempre corresponde a los que le son fieles. Y corresponde, porque es justo y bondadoso en todas sus relaciones. Si es misericordioso con los pecadores, ¡cuanto más será con los que cumplen su voluntad! Y es fiel cuando caminamos en la vida en paz y cuando le invocamos para que nos salve de los constantes peligros que entraña la vida y la sociedad humanas. El Señor siempre acompaña a sus hijos en la historia.

V. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.


Aleluya                                                                     Mt 5,3

                       Aleluya. Aleluya
Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de lois cielos.                                                Aleluia.


           Evangelio

«Vosotros, que habéis dejado todo y me habéis seguido, recibiréis vcien veces más »

A este párrafo evangélico le precede la advertencia de Jesús sobre la imposibilidad de unir riqueza con su seguimiento, sobre todo cuando la riqueza se hace a costa del hambre de la gente, o su explotación, o su esclavitud (cf. Mt 19,23-26). El Reino exige libertad de todo aquello que condiciona para la mal la vida humana; liberación de las actitudes y de los compromisos que enfrentan a los hombres o los destruyen. Esta liberación para seguir a Jesús entraña la austeridad, la pobreza, la entrega total de si a la causa del reino; etc. pero, al final, el Señor será más generoso con nosotros de lo que nosotros podamos imaginar.

            Lectura del santo Evangelio según San Mateo  19,27-29

Para meditar
          
«La excelencia de nuestra ánima es que no vea como el cuerpo, porque toda ella es clara, no ve más adelante que atrás. Toda es capaz de recibir las influencias divinas, como lo es el ojo corporal de recibir la luz exterior. Pues como Dios sea universal a todas las partes del ánima más que lo es el sol a los corporales ojos, así por todas partes, y en cualquiera que ella le contempla, goza de él, y se incorpora en él, y se le comunican sus influencias, sin que quede alguna cosa de ella obscura ni sin aquella satisfacción que suele quedar en aquellos que en espíritu y en verdad adoran y contemplan a Dios [...] Si piensas en Dios, no te estreches considerándole aquí o allí, sino estándote metido en tu corazón, y desterrada toda comparación de grandeza, de tiempo, de hermosura, de poder, etc., considera una cosa infinita, inmensa, incomprensible, etc., y en quien se hallan perfecciones infinitas, y en ese abismo te sosiega y reposa, sin divertirte a investigar ni buscar alguna cosa fuera de él [...] Si hicieras experiencia de esto y perseveras, aunque sientas dificultades, hallarás un tesoro que no tiene precio, con que enriquecerás tu ánima, y tu espíritu se ensanchará y se hará capaz para recibir y retener en sí a Dios y fácilmente se desasirá de las criaturas, contento sólo con el Criador» (Juan de los Ángeles, Manual de Vida Perfecta, Diál. 4,3).



                           4.1 de mayo

                                                                 

              Julián del Valle de Istria   ( 1349)


           El beato Julián nace en el seno de la familia Cesarello perteneciente al Condado de Istria (Croacia). Ingresa en la Orden en el convento de San Miguel Arcángel. Adquiere una amplia formación en Filosofía y Teología y lucha por la paz entre güelfos y gibelinos. Alterna la vida contemplativa con la activa. En todas sus predicaciones transmite los centros de la piedad franciscana: el seguimiento de Jesucristo pobre y crucificado, la devoción a la Eucaristía y a la Madre de Dios. No descuida su amor y ayuda concreta a los pobres. Muere hacia el año 1349 en el mismo convento donde ingresó y vivió durante toda su vida. Cuando la Orden cierra el convento en el año 1418, los habitantes de Porec roban el cadáver y lo trasladan a la Colegiata del Valle de Istria, en la que se le venera como un santo. El papa San Pío X lo beatifica el 23 de febrero de 1910.

                                   Común de Santos Varones

           Oración. Dios de misericordia, que hiciste admirable al  beato Julián por su temor y amor a ti, concédenos por su intercesión alejarnos de los males de este mundo y desear los bienes del cielo. Por Nuestro Señor Jesucristo.

                                              Lecturas

«El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz»

           No todo transcurre en paz en las primeras comunidades cristianas como relata Lucas en los Hechos (2,24); también hay tensiones de todo tipo (cf. 1Cor 1,10; 2Cor 12,20; Flp 1,17), que provienen del egoísmo y la soberbia. Éstas anidan en los corazones de los fieles que no desarrollan con fortaleza el amor y la paz provenientes de la experiencia creyente. Cuando la fe anida en el corazón es entonces cuando se descubre el mundo nuevo del Dios de Jesús que se visibiliza en la misericordia, paz, comprensión, etc. Y es el mundo del Señor el que debe prevalecer en las comunidades cristianas (cf. Mt 5,9; Flp 1,11).


Lectura de la carta del Apóstol Santiago                                                     Lectura de la carta del Apóstol Santiago                   3,13-18


Salmo responsorial                                      Sal 84, 9.11-12.13-14

No todo es alegría y júbilo con la vuelta del destierro. La salvación y el pastoreo del Señor necesitan de la cooperación del hombre y sólo está iniciado en esta historia humana que vivimos. Como Pablo dirá después: «Hemos sido salvados en esperanza» (Rom 8,24; cf. 5,1-11). Quedan muchas deficiencias históricas experimentadas, muchos sufrimientos personales que aún necesitan ser aliviados o consolados por el Señor. Y la paz es uno de sus dones más apetecidos por el hombre.

           V. Dios anuncia la paz a su pueblo.
R. Dios anuncia la paz a su pueblo


           Aleluya                                                          Lc 6,36
                                                         
           Aleluya. Aleluya.
           «Sed misericordiosos,
como vuestro Padre celestial es misericordioso»,
dice el Señor,
Aleluya.


           Evangelio

«Si amáis sólo a los os aman, ¿qué mérito tenéis?»

La generosidad llega a su plenitud cuando se da la vida por los demás; cuando el amor se experimenta sin fronteras, sin límites. Jesús rompe el círculo cerrado de su pueblo. Israel sólo se quería a sí mismo, a su prójimo, al que pertenece a la misma raza, religión, sociedad o cultura. Por el contrario, la experiencia de Dios de Jesús le descubre un Dios universal, que hace salir el sol a todo el mundo. Este amor universal de Dios es el que enseña Jesús que practiquemos. Es el «plus» que tiene el cristianismo a cualquier amor religioso o humano. Este «exceso» de amor, es la generosidad que pide Dios para hacer valer su Reino; es la gran revelación de la vida y doctrina de Jesús.

           Lectura del santo Evangelio según San Lucas           6,27-38

Para meditar

           «Y es de ver que, naturalmente y muy conforme a razón, se ha de temer de los justos el infierno, pero su temor no ha de ser por la penalidad de los tormentos, ni en los muy contemplativos es por esto, mas porque los atormentados no tienen conformidad con la voluntad de Dios, antes están pertinaces en su maldad. De manera que, por esta pertinacia, por este no conformarse con el querer de mi Dios los que están en el infierno, por esto le han los justos de temer.
           Mas porque el amor que los tales tienen (por la gran bondad de Dios) en el amor infinito les quita todo el temor y les da seguridad y la verdadera esperanza en la inmensa caridad, que nunca se han de apartar de querer lo que Dios quiere, no les queda qué temer. Porque la muerte y la vida, la enfermedad y la salud, las consolaciones prósperas, todo está puesto en las manos de aquel querer infinito que siempre nos vaya bien. De manera que aquesta fidelidad que el alma enamorada tiene con su amantísimo amor y la verdadera fe con su infinita bondad del Señor le es pronta y verdadera ocasión para que todo retoque de cualquier penalidad que apunte por dondequiera, todo lo convierta en dulcedumbre de amor» (Bernardino de Laredo, Subida al monte Sión, 3, 31, en MF II 391).


                 4.2 de mayo


                                                   

      Eduardo José Rosaz (1830-1903)

           Eduardo José Rosaz nace en Susa (Turín. Italia) el 15 de febrero de 1830. En 1847 ingresa en el seminario y en 1853 en la Orden Franciscana Seglar. Es ordenado presbítero el 10 de junio de 1854. Después de una intensa vida pastoral dirige como Rector el seminario de Susa desde el 1874. Tres años más tarde es nombrado obispo de Susa, siendo consagrado el 24 de febrero de 1878. Como Pastor de la Diócesis se entrega sin límites a los cristianos, visita las parroquias, renueva y potencia la evangelización y, sobre todo, cuida de los más pobres y desfavorecidos. Por otro lado, atiende con esmero la vida y misión de los sacerdotes, comenzando por el seminario. Mantiene una relación entrañable con San Juan Bosco. Funda las «Terciarias de San Francisco de Susa» el 8 de diciembre de 1874,  llamadas después «Franciscanas Misioneras de Susa». Muere el 3 de mayo de 1903 y el papa Juan Pablo II lo beatifica el 14 de julio de 1991 en Susa.


                                              Común de Pastores

Oración. Dios y Señor nuestro, que por tu amor has querido que tu obispo  beato  Eduardo José Rosaz anunciara a su pueblo la riqueza insondable del Evangelio; concédenos, por su intercesión, crecer en el conocimiento de Cristo, dando fruto abundante de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                               Lecturas

«Los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos»

           Hay dos tendencias en la persona que la divide interiormente y la enfrenta a los demás. El mal y el bien, con todos sus derivados, lo siente el hombre en su corazón y la realidad externa lo excita. La ley del AT no basta para desarrollar la bondad; es más, descubre el mal que hacemos y no da la gracia para superarlo. Por el contrario, quien tenga el Espíritu posee toda la potencia para caminar por el vía del bien y desplegar todas los dones, frutos y virtudes que genera el amor para el desarrollo de la humanidad.


           Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Gálatas     5,16-25

           Salmo responsorial                                                              Sal 61,6-7.9

           El creyente eleva su corazón a Dios pleno de confianza en su protección y ayuda. Su vida, su tarea descansa en la potencia divina que anida en su corazón, y es correa de transmisión de la salvación que tiene su origen exclusivamente en Dios. Esta experiencia personal la desea y la traslada a todo el pueblo para que sienta a Dios también de esta forma.

           V. De Dios viene mi salvación y mi gloria.
           R. De Dios viene mi salvación y mi gloria.

           Aleluya                                                                                  1Ped 1,25

           Aleluya. Aleluya.
           «La palabra del Señor permanece para siempre;
y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos».
           Aleluya.

           Evangelio

                                  «Vuestra paz descansará sobre ellos»

           Lucas presenta a Jesús enviando a los Doce a las ovejas descarriadas de Israel (cf. Lc 9,1-6; Mc 6,7-13) y al grupo mayoritario de discípulos a todas las gentes (cf. Lc 10,1-12). El mensaje de la presencia del Reino es tan apremiante que no deben llevar nada para el camino; y el contenido del mensaje es tan importante que deben andar a la intemperie. No necesitan de nada; lo primordial es anunciar a Dios y su salvación. La pobreza, como desapego del yo y de las cosas que se suelen poseer para afianzar la vida, aparece como una actitud básica para la credibilidad del anuncio, además de darle libertad al mensajero. El discípulo de Jesús ofrece el Evangelio, no lo impone a la fuerza. Por eso se acepta o se rechaza. En este caso, el hombre debe ser consciente de la autodestrucción que entraña el egoísmo, la soberbia, el quitarle la mirada al amor.


Lectura del santo Evangelio según San Lucas                                                                     Lectura del Evangelio según San Lucas           10,1-12

                                              Para meditar

           «Yo soy el buen pastor. Dichoso el prelado de la Iglesia que puede decir con verdad: Yo soy el buen pastor. Para ser bueno es necesario que sea semejante al Hijo del hombre y que esté en medio de los siete candelabros de oro, de los cuales dice San Juan: Vi siete candelabros de oro (Ap 1,13). Indican estos candelabros las siete cualidades necesarias a un prelado de la Iglesia: pureza de vida, conocimiento de la Sagrada Escritura, facilidad de expresión, oración, misericordia para con los pobres, disciplina para con los súbditos, cuidado solícito del pueblo que le fue confiado» (San Antonio de Padua, «Segundo domingo después de Pascua», 1,6. Sermones Dominicales y Festivos, I,391).


               4.3 de mayo



Mártires de Inglaterra ( 1679)

           Enrique VIII se separa de la Iglesia Católica y se erige como jefe de la fe de los cristianos de Inglaterra. Con la separación inicia una persecución contra aquellos cristianos que permanecen fieles al Papa. Entendemos por mártires de Inglaterra a todos los católicos que mueren por su fidelidad a la Iglesia de Roma, no sólo en el tiempo de Enrique VIII, sino también en el tiempo que reinan y gobiernan Eduardo VI, Isabel Tudor, Juan I y Carlos II Estuardos. Entre los mártires hay franciscanos. El papa Juan Pablo II beatifica  el 22 de noviembre del año 1987, entre otros muchos, a estos cinco religiosos franciscanos martirizados entre los años 1642 y 1679. Son: Tomás Bullaker (1604 ―† 12 de octubre de 1642), Enrique Heath (1600 ―† 17 de abril de 1643), Arturo Bell (1590 ―† 11 de diciembre de 1643), Juan Woodcock (1603 ―†7 de agosto de 1646) y Carlos Meehan-Mahonei (1639 ―† 12 de agosto 1679).

                                               Común de Mártires

           Oración. Dios eterno,  que concediste a los mártires Tomás, Enrique, Arturo, Juan y Carlos la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad para que, así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                              Lecturas

           «Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo»

           El seguimiento de Cristo que conduce a los cristianos a proclamar y testimoniar  los valores evangélicos chocan muchas veces con los intereses provenientes de la riqueza, el poder y la vanagloria, las tentaciones que Jesús padeció en el desierto (cf. Mt 4,1-11). Ello origina persecuciones sin cuento y mártires por la fe, y, a la vez, para el perseguido la prueba palpable que está diciendo la verdad (cf. Mt 11,12; Lc 12,12), aun siendo acusados, como el mismo Jesús, de poner en peligro la sociedad en la que viven (cf. Mt 10,21-22). La respuesta del cristiano es perseverar en el bien y en el perdón, siguiendo a Jesús (cf. Lc 23,34).

           Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 4,12-19

Salmo responsorial                                                               Salmo responsorial                           Sal 96,1-2.5-6.11-12

           El creyente espera el día en que Dios se manifestará a todo el mundo por medio de un juicio justo. Allí impondrá la justicia y el derecho que le corresponden a todo el mundo y descubrirá la intención y actuación de los malvados. El justo piensa en este día y se alegra desde lo más profundo de su ser, porque Dios colocará a cada ser en su sitio según sus obras.

           V. Alegraos justos, con el Señor
           R. Alegraos justos, con el Señor.

          
Aleluya                                                                                               Aleluya                                   1Pe 4,14        

           Aleluya. Aleluya.
«Si os ultrajan por el nombre de Cristo,
dichosos vosotros, porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros».
           Aleluya

           Evangelio

           «No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros»

           La incomprensión del ministerio de Jesús por parte de las autoridades religiosas judías hace que le entreguen al poder civil para que le ajusticie. Su mensaje no es una cuestión del Dios «verdadero». Los mártires de Inglaterra les pasó lo mismo: los entregan a la muerte creyendo hacer un bien para salvar la libertad del pueblo. Pero así como ocurre con los primeros mártires de la comunidad cristiana, así sucede en todos los tiempos: el Espíritu habla y comunica cuál es el motivo profundo de dar la vida por Cristo: morir por una humanidad mejor, más fraterna y más digna.


Lectura del santo evangelio según San Mateo        10,17-22


Para meditar

Los mártires de Inglaterra han confirmado su testimonio de la Verdad con el martirio de su vida. Ser testigo de la verdad y de la vida es el significado del martirio de Cristo crucificado y resucitado. Su misterio pascual revela su propio rostro en la muerte redentora de los mártires sufrió para dar testimonio de la Verdad.
Esta fiesta de Cristo Rey proclama que todo poder terrenal viene de Dios y que su reino es nuestro primero e imperecedero y que la obediencia a sus leyes es más importante que cualquier otra obligación o lealtad.
Tomás Moro, el más Inglés de los santos, confesó en el patíbulo : "Muero como buen servidor del rey, pero, ante todo, como un siervo de Dios. "De esta manera, fue testigo de la primacía del reino.
Hoy hemos beatificado otros ochenta y cinco mártires de Inglaterra, Escocia y Gales y uno en Irlanda. Cada uno de ellos optaron por ser "siervo de Dios, en primer lugar. " A sabiendas y voluntariamente abrazaron la muerte por causa de Cristo y de la Iglesia. Ellos también eligieron el reino por encima de todo. Si el precio iba a ser la muerte le pagaron con coraje y alegría. (Juan Pablo II, Homilia, 22 noviembre de 1987)


              4.4 de mayo



    Ceferino Giménez Malla, “El Pelé” (1936)

           El  beato Ceferino Giménez Maya, de la Orden Franciscana Seglar, llamado «el Pelé», nace en Fraga (Huesca. España) el 26 de agosto de 1861. Se gana la vida vendiendo cestos que hace él mismo. Se casa, al estilo gitano, con Teresa Giménez Castro, de Lérida, y se establece en Barbastro; en 1912 celebra el sacramento cristiano.  Al no tener hijos, adopta a una sobrina de su mujer llamada Pepita. Practica los Jueves Eucarísticos, la Adoración Nocturna, pertenece a las Conferencias de San Vicente de Paúl y en el año 1926 ingresa en  la Orden Franciscana Seglar en un grupo de 114 cristianos; es elegido consejero de la fraternidad.  Es detenido por salir en defensa de un sacerdote que llevan a la cárcel en Barbastro y por encontrarle un rosario en el bolsillo; en la cárcel  reza todos los días el rosario con muchos presos; le llegan a ofrecer la libertad a cambio de dejar de rezar el rosario, a la que no accede por su fidelidad a Jesús y María. En la madrugada del 9 de agosto del año 1936 lo fusilan, muriendo con su rosario en la mano.  El papa Juan Pablo II lo beatifica el 4 de mayo de 1997.

                                   Común de Santos Varones

           Oración. Señor Dios, tú nos has revelado que toda la ley se compendia en el amor a ti y al prójimo; concédenos que, imitando la caridad y el amor al Rosario del  beato Ceferino, podamos ser un día contados entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.


Lecturas

«A los vencedores los sentaré en mi trono»

Los mensajes del Apocalipsis van dirigidos a toda la comunidad cristiana. Cristo se ha encarnado, ha vivido entre los hombres y después de su pasión y cruz ha sido resucitado por el Padre, llevándolo a su gloria. Es el Cristo que llama a las puertas del corazón de cada creyente y de las comunidades cristianas. Y es Cristo glorificado quien juzga a las comunidades. Quiénes hayan sido fieles y hayan llevado una vida de amor y servicio tendrán su recompensa en la gloria del Padre, como la ha tenido Él.


Lectura del libro del Apocalipsis                                                      Lectura del libro del Apocalipsis 3,14b.20-22

Salmo responsorial                                                                           Salmo responsorial               Sal 122,1-2.3-5.6-7.8-9.Gál 6,16

           Este Salmo expresa la alegría del peregrino cuando parte de su casa y viaja con su familia hacia el templo situado en Jerusalén. Va al encuentro del Señor, que habita en el espacio que los hombres le han reservado en la tierra. Esta alegría es la que tiene el que en la historia humana ha vivido intensamente unido al Señor por la oración, y en la medida que ora crece en su interior el deseo de encontrarse definitivamente con Él.

           V. La paz y la misericordia sean sobre el Israel de Dios.
           R. La paz y la misericordia sean sobre el Israel de Dios.
          
          
           Aleluya                                                                                  1Cor 2,2

           Aleluya. Aleluya.
           «Nunca entre vosotros me precié de saber otra cosa
que a Jesucristo, y éste crucificado».
           Aleluya.

Evangelio

« El que escucha mis palabras y las pone por obra se parece a uno que edifica una casa sobre roca»

           Dios se da en el templo y en la ley, pero con Jesús también se da en la vida, en la historia, donde se realiza la Palabra que salva, porque ama. Jesús advierte que no se pueden tener posturas dobles para entrar en el Reino, tampoco vale decir una cosa y hacer otra, y menos dar por buenas todas las actitudes y actos que perjudican al prójimo. La coherencia de vida que proviene de asentarla sobre el amor y que une pensamientos, actitudes y actos y palabras hace que la relación humana establezca unas bases de convivencia sólidamente fundadas en Cristo Jesús.


            Lectura del santo Evangelio según San Lucas                      6,43-49

                                              Para meditar

«A vosotros os llamo amigos» (Jn 15, 15). También en Barbastro el gitano Ceferino Giménez Malla, conocido como «el Pelé», murió por la fe en la que había vivido. Su vida muestra cómo Cristo está presente en los diversos pueblos y razas y que todos están llamados a la santidad, la cual se alcanza guardando sus mandamientos y permaneciendo en su amor (cf. Jn 15, 11). El Pelé fue generoso y acogedor con los pobres, aun siendo él mismo pobre; honesto en su actividad; fiel a su pueblo y a su raza calé; dotado de una inteligencia natural extraordinaria y del don de consejo. Fue, sobre todo, un hombre de profundas creencias religiosas. La frecuente participación en la santa misa, la devoción a la Virgen María con el rezo del rosario, la pertenencia a diversas asociaciones católicas le ayudaron a amar a Dios y al prójimo con entereza. Así, aun a riesgo de la propia vida, no dudó en defender a un sacerdote que iba a ser arrestado, por lo que le llevaron a la cárcel, donde no abandonó nunca la oración, siendo después fusilado mientras estrechaba el rosario en sus manos. El beato Ceferino supo sembrar concordia y solidaridad entre los suyos, mediando también en los conflictos que a veces empañan las relaciones entre payos y gitanos, demostrando que la caridad de Cristo no conoce límites de razas ni culturas. Hoy «el Pelé» intercede por todos ante el Padre común, y la Iglesia lo propone como modelo a seguir y muestra significativa de la universal vocación a la santidad, especialmente para los gitanos que tienen con él estrechos vínculos culturales y étnicos. (Juan Pablo II, Homilía, 4 mayo 1997)