domingo, 8 de junio de 2014

Libros. Sobre la Trinidad

                                                Desde la Trinidad. 

                      El advenimiento de Dios entre historia y profecía.


                                                                                                      De Piero Coda

El profesor P. Coda es Director del Instituto Universitario de Sophia (Loppiano. Italia), centro de estudios del Movimiento de los Focolares. Es consultor de los Consejos Pontificios de Ecumenismo y de los Laicos. Ha publicado varias obras sobre la Trinidad. Entre otras tenemos en español: Acontecimiento Pascual. Trinidad e Historia (Salamanca 1994) y Dios Uno y Trino. Revelación, experiencia y teología del Dios de los cristianos (Salamanca 2010). Es uno de los grandes pensadores del Misterio Trinitario, entre teólogos como K. Barth, A. Cordovilla, A. Cozzi, G. Greshake , L. F. Ladaria, J. Moltmann,  K. Rahner, J. M. Rovira Belloso, J. A. Sayés, etc. Como se observa, la teología del siglo XX ha profundizado una y otra vez en el Misterio central de la fe cristiana.
            La obra que presentamos comprende cinco partes, o etapas del camino de acceso al Señor, como las llama el autor. En la primera se trata de un acercamiento al Misterio desde los estudios e investigaciones ofrecidos en nuestro tiempo. El estudio propiamente dicho abarca las  tres partes siguientes. Se comienza con la memoria de la relación del Señor con la historia humana, desde Israel hasta Jesucristo, quien es la última y definitiva revelación de Dios al hombre para regenerarlo y recrearlo, toda vez que se alejó, desde su libertad, de la obediencia divina. El autor muestra un conocimiento exhaustivo de la Escritura y Tradición conciliar y teológica de la Trinidad en los Padres, en el Teología Escolástica  con Ricardo de San Víctor, Tomás de Aquino, Buenaventura, que recoge la experiencia de Francisco de Asís sobre su seguimiento de Cristo crucificado que le introduce en  la inmensidad del Padre. El cristocentrismo franciscano conduce a Buenaventura a comprender a Cristo como mediador universal y definitivo entre Dios y sus criaturas y entre éstas y Dios, llegando a ser un Padre que establece relaciones filiales con todo lo existente. Cristo es el recapitula toda la historia humana y la creación en su relación con el Padre; se sitúa en el centro, en el medio de todas las relaciones de Dios y los hombres y de los hombres entre sí, porque como Logos ya está en el centro de las relaciones de las Personas que constituyen la Trinidad. Como  Francisco piensa, sobre todo a raíz de Pedro Juan Olivi, la historia es la traducción temporal y contingente de las relaciones eternas entre las Personas divinas, lo que conlleva una orientación de la vida esencialmente trinitaria. Escoto, de una forma histórica —el Logos no es centro de las relaciones, sino Jesús de Nazaret— continúa y profundiza el cristocentrismo franciscano, que, no obstante,  «lo ve todo desde Dios» (490). El autor prosigue su andadura histórica con los místicos castellanos, idealistas alemanes, teologos del siglo XX, terminando con la mística trinitaria de Clara Lubich (569-588).
            Es muy interesante la última parte. Es donde se expone cómo ilumina el Misterio Trinitario nuestra cultura e historia contemporánea, dando respuesta a los importantes desafíos que afectan a todos. Estamos aprendiendo a pensar de una forma global, porque las propuestas que nuestras culturas ofrecen tienen repercusiones universales. Los medios de comunicación y los intereses económicos son tan potentes y entrelazados, que nos vemos todos implicados en un destino común y avocados a resolver conjuntamente nuestros problemas. Entonces caemos en la cuenta que la Trinidad, el centro de nuestra fe, no es una cuestión personal, íntima, donde sólo nos afecta como seres individuales. La fe trinitaria atañe a las relaciones con los demás, a las relaciones entre los grupos y culturas, y éstas situadas en un universo cósmico cada vez más presente en la vida humana. Y desde la Trinidad se aborda lo que ya Pablo alumbra en Efesios, Colosenses, etc.,  como un camino de amor, en cuanto Dios mismo se nos da en Jesús y ambos permanecen presentes en la historia por su Espíritu, la relación de amor que mantiene a la creación entera unida a Ellos. La Trinidad influye a la persona, pero también a la historia y al cosmos. Dios Padre, al decir de Rahner, que ha generado al Otro de sí , el Hijo/Verbo y por amor ha creado a todo lo que existe fuera de sí, se implica con su Espíritu en reconciliar a todos los seres consigo mismos y con Él. No es extraño pensar desde el ámbito cristiano, que el principio de lo que existe y su término (alfa y omega) es trinitario (648).



Secretariado Trinitario, Salamanca 2014, 712 pp., 14 x 22 cm.