martes, 24 de marzo de 2015

PERSECUCIÓN DEL SIGLO XXI

                      Reflexión sobre la gran persecución del siglo XXI

                                                                                         Magdalena Cánovas
                                                                                         Instituto Teológico de Murcia OFM          


“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar”.

(Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller)

Es Realmente  espantoso y a la vez increíble que la historia se repita cada vez con más frecuencia. Hemos estudiado las grandes y terribles persecuciones del hombre hacia el propio hombre que se han dado a lo largo de la historia, prácticamente desde que tenemos noticias del hombre
Las últimas, grandes y vergonzantes persecuciones han sido en el siglo XX especialmente durante la Segunda Guerra mundial, el exterminio nazi y en el estalinismo. Siempre ha habido hombres perseguidos por otros hombres, todo ello fruto del odio y de la incultura. Pero ha habido períodos especialmente virulentos.  Son los de las persecuciones con mayúsculas. Las de los cristianos han sido las mayores, tanto por su duración como por su ensañamiento. En el Imperio Romano hubieron diez persecuciones contra la Iglesia y el cristianismo. Desde la mitad del siglo I hasta el año 313 aunque no fueron todas de la misma intensidad. Comenzó la de Nerón  que prácticamente no salió de Roma. Pero por ejemplo  la de Diocleciano fue una de las más terribles, pues su finalidad era exterminar al cristianismo  en todo el Imperio  llegando a acuñar una moneda en la que se leía: “Diocleciano, emperador que destruyó el nombre cristiano”
Pues bien, en la actualidad se abre otra gran persecución, sobre los cristianos en el mundo, hay 11 países donde se persigue a los cristianos de forma sistemática:  China,  la India,  Nigeria, Corea del Norte, donde la persecución es absoluta, Afganistan y otros países de Oriente Medio. Pero es en Irak y Siria donde la persecución es más cruel, violenta e implacable.  Los terroristas del Estado islámico, se han propuesto como se propuso Diocleciano exterminar a los cristianos no sólo en estos países sino en el resto del mundo. Quizá quieran acuñar también una moneda en la que rece que acabaron con el cristianismo. 
Los terroristas son hombres malintencionados que deben de verse a sí mismos como los  emperadores romanos. Escudándose en su equivocada forma de religarse con Dios, y digo equivocada porque han arrancado de si toda la huella de Dios, han caído en un odio radical. Odian todo aquello que no son ellos y además tienen la desfachatez de hablar en nombre de Dios y, manejan a su antojo a toda una masa de criaturas ignorantes e insatisfechas que son muy fácilmente manipulables. 
Siempre que el hombre se ha apartado de Dios le ha ocurrido una gran desgracia. No es que Dios castigue al hombre como se decía antaño (fruto también de la incultura y la falta de formación), no,  Dios que es Amor y absoluta Misericordia,  no castiga. Nos castigamos nosotros cuando queremos ocupar su lugar, cuando nos empeñamos en “matarlo”, cuando matamos todo lo que hay de amor y misericordia en nosotros. Entonces viene a ocupar su lugar el odio absoluto. Y en esto están esos hombres desgraciados, en el odio más absoluto.
Ellos no hacen distinciones entre creyentes, ateos o agnósticos. Para ellos todos los occidentales son cristianos y por lo tanto no creyentes en Alá, entonces hay que perseguirlos y exterminarlos.  ¡Como si Dios no fuera el Creador de todos y por lo tanto el mismo para todos!
Una cosa que me ha dejado perpleja es el atentado contra Charlie Hebdo, que como cualquier atentado es despreciable y condenable. Es terrible que ocurran estas cosas. Pero en Siria, Irán y otros países de África están masacrando a la población, sobre todo a los cristianos, hay más de un millón de ellos que han salido huyendo de Siria concretamente, sin nada, dejando toda su vida atrás, con miedo, con hambre…
Todos los países “civilizados” sobre todo en Europa se han hecho eco de la terrible noticia de Charlie, y han salido en masa a la calle señalando “Charlie c’set moi”. Prácticamente los medios de comunicación de todo el mundo han publicado la noticia. Pero ¿quién publica lo que está pasando a los cristianos en el norte de África?, ¿quién comenta la terrible persecución que se está llevando a cabo?, claro, son cristianos, son gente pobre e insignificante, ¡son creyentes!. Los mismos que se rasgaban las vestiduras con lo de Charlie, son ahora los que están más callados, esto no va con ellos. ¡Pero más de un millón de personas sólo en Siria no tienen donde ir,  han perdido todo y miles de ellas hasta la vida en una cruel y sangrienta persecución en el siglo XXI. ¿Qué dicen las grandes potencias mundiales?  Poco, o casi nada, solución bombardeos a bulto.  Algunos medios publican los videos de los asesinatos de periodistas y cooperantes, pero de los cristianos hablan tímidamente. Sólo se cuenta en la prensa cristiana y en las redes sociales lo que está pasando, pero esto no sale a los grandes medios de comunicación, no llega al gran público, no se hacen en Occidente grandes manifestaciones sobre este tema sangrante, y cuando llega se pasa como de puntillas. ¿Qué pasa en Occidente?, ¿Qué pasa con el laicismo?, ¿Es que realmente piensan que no es un problema de ellos?
 Estamos metidos de lleno en una gran persecución  explícitamente contra los cristianos y, por ende contra el mundo occidental  que tiene sus daños colaterales en todo aquel que les afee la conducta y les plante cara, en todo aquel que no piense como ellos.  Hasta ahora el laicismo ha sido más tolerante con ellos que con los cristianos, sobre todo con los católicos, no sé si porque a ellos les temen y a los católicos no, pero desde lo de “Charlie” parece que los más avispados han visto claro que el problema no se va a quedar sólo en África, que  el problema afecta a toda persona de bien sea de la religión que sea, sea creyente, ateo o agnóstico.