domingo, 7 de septiembre de 2014

«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo?»

          DOMINGO XXIV (A)


            «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo?»     

Lectura del Santo evangelio según san Mateo 18,21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: “Págame lo que me debes”. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano»

1.- El Señor. Cuando observamos las enseñanzas y la conducta de Jesús con sus conciudadanos podemos comprender la actitud misericordiosa del Señor. Jesús le enseña a Pedro que tiene que perdonar siempre, transmite en las parábolas de la misericordia del capítulo 15 de San Lucas que Dios sale en busca del pecador, que se alegra de encontrarlo y que le devuelve la identidad de hijo al que renunció a su relación filial para perderse en el mundo. Nos dice que perdonemos para que comuniquemos el perdón que hemos recibido del Padre. Pero la actitud de Jesús va más allá de la posición del rey de la parábola, que sólo perdona una vez, y de la correspondencia del perdón de los demás para que el Señor se muestre con misericordia de nosotros. Es experimentar que nuestros pecados son perdonados siempre si acudo a su regazo para acogerme a su amor.  Por eso lo invocamos todos los días en el Padrenuestro y Jesús termina su vida pidiéndole que perdone a sus verdugos.

2. La familia. El perdón se aprende en la familia y en la familia que tiene raíces cristianas. Y se prolonga en la Iglesia, como el papa Juan Pablo II lo hizo en el jubileo del año 2000. Nadie tiene la verdad absoluta en todas sus dimensiones en nuestra historia personal y colectiva, porque el Señor no “cabe” en ella. De ahí los errores, que tantas veces debemos corregir. Nadie tiene la vida plena y sin fin en el espacio y en el tiempo. De ahí las maldades que cometemos y los egoísmos en nuestras elecciones, experiencias y criterios de vida. Por eso, desde pequeños, en las enseñanzas y correcciones de los padres y abuelos; en las catequesis y comunidades cristianas, debemos crecer pidiendo perdón y ofreciendo perdón, porque no hay familia y comunidad cristiana perfecta. Es así cuando la fe introduce en nuestra vida al Señor entendido como amor misericordioso. «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36)

3.- El creyente. La liberación de la culpa personal y colectiva es tan importante que Jesús la sitúa después de la petición de los bienes para el sostenimiento diario de nuestra vida. Vivir no es sólo comer, beber, formarse y tened salud, sino también convivir, y para hacerlo desde la perspectiva del Señor es necesario experimentar el perdón divino. Porque en la situación en que estamos nadie es un ángel; somos humanos capaces de amar y rechazar a los demás. Somos contingentes, finitos y pecadores. El perdón divino es necesario para rehacernos como personas y poder trasladarlo al perdón de los hermanos.  De lo contrario no hay salida posible a la relación personal y social. Como ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la fe cristiana fue capaz de sentar de nuevo en una mesa a ingleses, franceses, alemanes e italianos, así debe ocurrir en las sociedades y familias que están fracturadas por un sinfín de intereses egoístas; porque un mundo sin perdón es un mundo de locos y un mundo corroído por la venganza; la ley es insuficiente para salvar la convivencia y construcción de una familia y de una sociedad.




«¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti»

          DOMINGO XXIV (A)


      «¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti»

Lectura del Santo evangelio según san Mateo 18,21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: “Págame lo que me debes”. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

1.- Texto. Pedro sabe que el rabinismo de su tiempo permite perdonar tres veces. Él es más generoso y amplía a más del doble la oferta de perdón. La respuesta de Jesús es contundente: debes perdonar siempre; el perdón no tiene límites. Y ni siquiera se necesita el arrepentimiento del que ofende, como afirma Lucas (7,4). El perdón lo ilustra Jesús con una parábola que tiene tres partes: 1ªEl perdón del rey al siervo, porque siente compasión de él; 2ª la falta de compasión del siervo hacia compañero que le exige que pague lo que le debe; 3ª lo compañeros observan la escena escandalizados y comunican al rey lo sucedido, pues la lógica exige que el que ha recibido y sabe lo que es la compasión debe aplicarla a los demás; el rey condena al siervo. Termina la parábola con un corolario. Como se supone el perdón del Señor a todos nuestros pecados y faltas, se colige que debemos perdonar con la misma actitud divina a nuestros hermanos, que son sus hijos.

2.- Mensaje. Dejando aparte el contexto eclesiológico del perdón (Mt 20,21-22.34-35), se presenta un amo que por bondad perdona la deuda a un siervo, y éste no es capaz de hacer lo mismo con un compañero y por una cantidad ridícula, costumbre normal en la economía de entonces. El contraste de las dos actitudes hace que los compañeros le denuncien al amo, y entonces se manifiesta la postura de Dios con relación a la justicia normal entre humanos. La compasión que nace del amor y la justicia son dos mundos diferentes que no tienen término de comparación ni un terreno común donde encontrarse. Por eso la única salida es que la bondad de Dios cambie a la persona introduciéndola en el nuevo espacio divino que se ha insertado en la historia. Pero esa bondad de Dios exige una actitud igual en las relaciones humanas del que ha experimentado la salvación. Ya no vale sólo la justicia que establecen las leyes de la convivencia y de la economía, sino la vida como es alimentada por la raíz bondadosa que la sustenta. Si esto es posible, entonces toda existencia es salvable en desde cualquiera de sus ángulos; sea cual fuere su situación.

3.- Acción. Dios actúa siempre perdonando, y la familia y la Iglesia nos enseñan a convivir desde el amor y el perdón  ―por eso el final de Mateo no se equipara exactamente al rey a Dios que sólo perdona una vez al siervo―. Hay que advertir que las actitudes cristianas  no se pueden transferir, sin más, a la sociedad, regida desde los parámetros de la ley, y de la ley justa. Porque perdonar siempre, como enseña Jesús, cuando se aplica a una sociedad plural en todos los sentidos se debe contemplar la dimensión de la pena ―en la culpa se debe usar siempre el perdón―. Si no aplicamos la pena daríamos vía libre a los corruptos, a los que explotan a los débiles, a los que roban a los pobres y abusan de los niños; a los que miran hacia otra parte cuando ven la violencia, la muerte y la explotación de la gente sin entrañas, como el siervo del Evangelio. Y esto supondría la destrucción de la sociedad. Lo que aspiramos es que se viva de la justicia y la libertad para que sea posible la convivencia. Los asesinatos en masa de inocentes en Irak y Siria, o en Centro África para repartirse sus riquezas, hay que frenarlo, como dice el Papa, o denunciarlo como hizo Jesús con los fariseos y sumos sacerdotes, cuando usaban a Dios para esclavizar al pueblo. Perdonar siempre con relación a la pena y a la culpa es cuando se dan relaciones personales de amor; las que se inscriben en la familia, en las comunidades, etc.



Una cristología existencial II.

               Jesús y el Logos. Una cristología existencial

           II

             La forma-figura radiante de gracia sobrenatural.


                                                           
                                   Jacinto Choza
                                   Facultad de Filosofía
                                        Universidad de Sevilla

            En la cultura cristiana llega a generarse un sentido tan despectivo de cualquier otra religión que llega a imponerse la idea de que la gracia es siempre sobrenatural, y que si no es sobrenatural, no hay gracia. Pero como se acaba de ver, ni la percepción y valoración de la gracia, ni el nombre de la gracia “charis”, ni el culto a ella, ni el calendario y la vida toda (el santoral) organizados en torno a la gracia son  valores judeocristianos. El cristianismo los adopta de Grecia y de Roma y los difunde por todo el mundo, y poco a poco, a lo largo de sus veinte siglos de existencia, va generando la convicción de que la gracia es solo y siempre la gracia del Dios cristiano, de Cristo, del Dios redentor.
            Cuando a lo largo del siglo XX empieza a sentirse como anticuada y obsoleta la cristiandad, a sentirse el desfase histórico de ese precipitado cultural generado por el cristianismo en Roma y en la Europa romanizada, y vigente en el mundo occidental durante veinte siglos, a experimentarse como estrecho y asfixiante, entonces vuelven a abrirse espacios culturales y mentales a-cristianos. En esos espacios el cristianismo puede tomar conciencia de la religión como dimensión humana natural, y de sí mismo como religión sobrenatural, que puede dialogar con ellas, asumirlas y apreciar todo lo sobre-natural que hay en ellas.
            Entonces la atención de los occidentales puede volverse otra vez  a las formas y a las figuras no cristianas  de la religión, y puede pensarlas, es decir, nombrarlas y representarlas, con nombres y figuras no-cristianas. Entre esas formas y figuras se encuentra también la gracia, que puede volver a percibirse y designarse como se había hecho antes del cristianismo, y a diferenciarse de formas específicamente cristianas de la gracia, pero ahora con mucha experiencia histórica a las espaldas.
            A efectos de orden y claridad de las nociones utilizadas aquí, se va a entender por religión y gracia “naturales” las que derivan del reconocimiento de Dios creador y se refieren a él, y por religión y gracia “sobrenaturales” las que derivan del reconocimiento de Dios redentor y se refieren a él.
            A efectos metodológicos se puede suponer que lo natural es el universo creado por Dios para que retorne a él y le dé gloria, en lo cual consiste la felicidad completa de las criaturas, y que lo sobrenatural es ese mismo universo creado por Dios que el Hijo asume y lleva a plenitud en sí mismo, para regalarlo al Padre en una efusión de amor íntimo entre Padre e Hijo.
            La puesta en escena de la religión sobrenatural o intra-trinitaria es, ciertamente, la selección de un grupo humano para constituirlo en “pueblo de Dios”, con objeto de que el Hijo pueda asumir la totalidad de la creación en la forma de persona humana. Eso es la puesta en escena remota. La próxima e inmediata, es la Anunciación, la Encarnación.
           
Estos episodios tienen ciertamente forma y figura, y lo que se da y se percibe en ellos es la gracia sobrenatural. Cuando María recibe el anuncio de Gabriel tiene un aspecto y un recogimiento en los que aparece irradiando la gracia sobrenatural (trinitaria, generada en la relación con una de las tres personas divinas). Irradian gracia sobrenatural el ángel, ella, la casa y las palabras del diálogo. Y esa irradiación de la gracia sobrenatural es lo que pretende representar La Anunciación de Giotto, o al menos Giotto pretende pintar una imagen en la que pueda percibirse eso. E igualmente es lo que pretenden Fra Angelico, Leonardo, Rafael, y otros,
           
De modo análogo, cuando Jesús en la cena da a comer su cuerpo y a beber su sangre a los discípulos e instituye la eucaristía como prenda de salvación eterna, ahí también se produce una irradiación de la gracia sobrenatural, y esa irradiación tiene forma y figura representables. Esa promesa de salvación eterna, de eternidad compartiendo la íntima efusión del amor del Padre por el Hijo y del Hijo por el Padre, es lo que pretende representar la cena de Leonardo, Tiepolo, Dalí y otros
           
Lo que se pretende representar en la anunciación y en la cena de los pintores consagrados se pretende representar también en los himnos litúrgicos del canto gregoriano, en el Magnificat de Bach o en la Misa de la Coronación de Mozart.
            Cuando en el siglo XX se hace patente la diferencia entre cristiandad y cristianismo y se produce la disociación entre ellos, o bien cuando se produce la disolución de la cristiandad,  las representaciones artísticas de la gracia sobrenatural empiezan a resultar ineficaces en cuanto presentaciones de lo sagrado, tanto de lo sagrado sobrenatural como de lo sagrado natural.
Como había dicho Hegel en su filosofía de la historia universal, el arte se muestra incapaz de expresar lo absoluto en formas sensibles el espíritu absoluto, incapaz de representar artísticamente el espíritu absoluto, y el arte sagrado pierde su valor referencial.  Entonces el culto protestante pone en circulación formas musicales como el Soul y el Espiritual Negro y otras, y tras un intenso debate teológico-litúrgico, el culto católico recoge formas plásticas y musicales de artistas contemporáneos en los que encuentra destellos de gracia.
            Si se puede diferenciar la experiencia de la relación con Dios creador de la experiencia de la relación con Dios Padre a través de Dios Hijo, y ciertamente se puede, entonces seguramente es posible  diferenciar las expresiones de un evento y las del otro. Es posible que la experiencia natural y la experiencia sobrenatural de Dios, tengan variaciones históricas, que el tipo de diferencia entre ambas, y sobre todo de su expresión y comprensión, difiera a su vez de unos periodos a otros.
Esto es quizá lo que ocurre. Quizá lo que ocurre es que en el presente momento histórico, el espíritu religioso del mundo globalizado cancela esa diferencia en su sensibilidad, para recuperarla más adelante, cuando la gracia sobrenatural pueda expresarse en términos más multiculturales, más perceptibles e inteligibles globalmente.
Es posible que la expresión artística de la gracia sobrenatural, quede en la cristiandad vinculada a las formas de su expresión conceptual, a las formulaciones dogmáticas, que se recogen en las letras de los himnos litúrgicos y en las figuras de las artes plásticas, y que tenga un débil valor representativo de la Gracia sobrenatural para otras culturas o para los propios cristianos que viven en periodos de disolución de la cristiandad o en medios culturales en los que la cristiandad ha quedado disuelta pr completo.    
           
En el momento actual de inicio de la globalización, es posible que se perciba mejor a Dios, a quien no se ve, en el hermano al que se ve, en el pobre y en el enfermo, que en las representaciones artísticas del medievo y la modernidad europeas. En ese caso es posible que  la alegría de la buena nueva y la unión de  Dios con los hombres, se exprese con más eficacia representativa en la música y la letra de Bob Dylan, que es la que de hecho se usa en la eucaristía en numerosas iglesias católicas españolas.
Es posible que los sentimientos de María y de la humanidad en relación con Dios creador y Dios redentor se expresen con más eficacia representativa mediante el rostro de Sharbat o de Juliette Binoche. Que la gratitud se exprese con más eficacia representativa a través de, una canción como “Gracias (My Thanks)” de Connie Francis de 1959, o que la compasión por el hombre se exprese con más eficacia representativa mediante otros cantantes y grupos que llenan los estadios deportivos, o mediante los poemas de Pessoa o de Cesar Vallejo.   
Como es natural, ello no es obstáculo para que un compositor como Oliver Messiaen (1908-1992) pretenda expresar a través de su música la relación entre el Hijo y el Padre y, por tanto, la gracia sobrenatural en su plenitud, que un compositor como Arvo Pärt (1935-) pretenda hacer de su música un acto de culto religioso, y que algo parecido pretendan en sus lienzos Rouault, Miró y Tapies.
El arte del siglo XX y el del siglo XXI dejan abierta la cuestión de si en ellos mismos se encuentra una discriminación entre las expresiones de la gracia natural y de la gracia sobrenatural, que tenga eficacia representativa al margen de las aclaraciones conceptuales de sus autores. Porque esas expresiones conceptuales pertenecen a la teología dogmática de los académicos o bien a la experiencia religiosa personal de sus autores. En ambos casos, se trata de lenguajes privados que no tienen validez artística si no conducen al espectador a una cierta relación con el orden sagrado natural o el sobrenatural.  
Antes se ha dicho que ciertamente hay diferencia entre la experiencia de la relación natural con Dios y la experiencia de la relación sobrenatural con el Padre y el Hijo. Y ahora hay que añadir que la hay y que se dan en la mayoría de las religiones calcolíticas y post-calcolíticas , o sea, en las religiones posteriores al judaísmo (en otro lugar se aclara esta tesis: J. Choza, Filosofía de la religión, en preparación).
Precisamente porque esa diferencia es real y corresponde a experiencias diferenciadas en numerosas religiones pos-calcolíticas, el mundo global aspira y apunta a expresiones artísticas de la gracia sobrenatural, porque las expresiones de la cristiandad medieval y modernas resultan demasiado eurocéntricas, como repetidas veces señala R. Panikkar (especialmente en La plenitud del hombre. Una Cristofanía, Madrid: Siruela, 1999).  
Si esto es así, entonces la vía más transitable hacia lo sagrado, la forma-figura de mayor eficacia representativa para los hombres del siglo XXI, es la forma-figura en que irradia la gracia natural. Entonces queda para la reflexión académica la cuestión de por qué y cómo fue posible en otras épocas menos universales y en comunidades más pequeñas, la elaboración de formas-figuras representativas de la gracia sobrenatural, la cuestión de si esas expresiones tenían eficacia representativa o no en virtud de su vinculación con formulaciones conceptuales, o sea, dogmáticas, y la de si tal eficacia les venía completamente de tal vinculación o no.
Es posible que estas consideraciones tengan utilidad para la actividad pastoral en general, y especialmente para la de quienes lamentan que las masas del siglo XXI adoren a personalidades demasiado profanas como las de  cantantes, deportistas, periodistas y otras figuras mediáticas. Quizá esas figuras se veneran tanto porque la gracia irradia en ellas de algún modo.  
Estas cuestiones sobre la figura de Jesús, sobre la percepción de lo sagrado en otros tiempos y ahora, no afectan a la manera en que puede entenderse conceptualmente que Jesús crecía en edad, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres, pero sí a la manera en que se puede expresar ahora de modo conceptual y de modo no conceptual y con eficacia representativa, el crecimiento en gracia delante de los hombres.
            Quizá el intento de entender quién era y es, y cómo era y es, cómo lo pueden visualizar y entender los hombres del siglo XXI, suministre claves para saber cómo se entendía y cómo se entiende él a sí mismo.



Santos y beatos: 8-14 setiembre

8 de setiembre

Natividad de Santa María Virgen

Oración. Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo.

8.1 de setiembre
Mártires de la Orden Franciscana Seglar del Japón (1622-1632)
La persecución religiosa asesina a miles de cristianos entre sacerdotes, religiosos y seglares en Japón entre los años 1622 y 1632. La mayoría son japoneses, españoles y portugueses, cuyos estados tienen fuertes relaciones diplomáticas y comerciales con Japón. El emperador Leyasu, instigado por los bonzos y los fundamentalistas calvinistas holandeses, emprende una persecución muy violenta. Doscientos cinco de estos mártires son beatificados por el papa Pío IX el 7 de julio de 1867. Pertenecen a la Orden Franciscana Seglar (martirizados el 10 de setiembre 1622): LEÓN SUTSUMA Y LUCÍA FREITAS. 25 agosto 1624: LUIS BABA. 1 de agosto de 1627: MARTÍN GÓMEZ, LUIS Y JUAN MAKI Y TOMÁS TZUGI. 17 de agosto de 1627: TOMÁS O JINEMON, FRANCISCO HUHYOE, MIGUEL CHIZAYEMON, LUCAS CHIEMON, LUIS MATZUO, GASPAR Y MARÍA VAZ, CAYO JIYEMON. 8 de agosto de 1627: LUIS NIFACHI y sus hijos FRANCISCO Y DOMINGO, JUAN TOMACHI y sus hijos DOMINGO, MIGUEL, TOMÁS Y PABLO, MATEO ÁLVAREZ, MIGUEL JAMADA y su hijo LORENZO, JUAN ROMÁN Y JERÓNIMO DE LA CRUZ.
Común de varios Mártires
Oración. Señor Dios, escucha nuestras súplicas en la celebración del martirio de los Franciscanos Seglares del Japón y concédenos imitar con gozo su constancia en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
9 de setiembre

Serafina Sforza (1434-1478)
La beata Serafina Sforza nace en Urbino (Pésaro. Italia) hacia 1434; es hija de Guido Antonio y Catalina Colonna, sobrina del papa Martín V. Muertos sus padres, viaja a Roma y contrae matrimonio con Alejandro Sforza el 9 de enero de 1448. Obligada por su marido y su cuñado el Duque de Milán, ingresa en el convento de las clarisas del Corpus Christi en Pésaro. Profesa en 1457 con la dispensa del Papa Calixto III. Inicia una vida de oración y penitencia, asistiendo a sus hermanas en las enfermedades. Es elegida abadesa en 1475. Tiene la dicha de ver convertido a su marido. Muere 8 de septiembre de 1478 a la edad de 44 años. El papa Benedicto XIV aprueba su culto el 17 de julio de 1754.
Común de Santas Mujeres
Oración. Señor Dios, que cada año nos alegras en la fiesta de la beata Serafina, concede a los que celebramos su memoria imitar también los ejemplos de su vida admirable. Por nuestro Señor Jesucristo.

10 de setiembre
Mártires Franciscanos del Japón (1617-1632)
En el año 1614 los católicos de Japón sufren una persecución de parte del emperador Ieyasu. Forzados a vivir en la clandestinidad, a lo largo de los años siguientes, muchos cristianos, religiosos, sacerdotes y laicos son apresados y martirizados. Entre los miles asesinados, la Iglesia ha reconocido el martirio de los que ha tenido pruebas: 205 víctimas. Fueron beatificados por el papa Pío IX el 7 de julio de 1867, de los que 28 son franciscanos: 17 pertenecen a la Primera Orden y 11 a la OFS (cf. supra día 8). Los nominamos según el orden temporal de sus martirios: PEDRO DE LA ASUNCIÓN (†1617), de Cuerba (Toledo. España). Superior de la misión de Waklayama. Decapitado el 22 de mayo de 1617. JUAN SANTAMARTA (1578-1618), de Prades (Tarragona. España). Superior de la misión de Fushimi. Decapitado el 16 de agosto de 1618 en Omura. Son quemados en la Colina de Nagasaki el 10 de setiembre de 1622 los siguientes religiosos: RICARDO DE SANTA ANA (1585-1622), de Ham-sur-Heure (Ainaut. Bélgica). Misionero en Manila en 1611 y en Japón desde 1614. PEDRO DE ÁVILA (1590-1622), de Palomeras (Ávila. España). Misionero en Manila y Japón desde 1620. VICENTE DE SAN JOSÉ (1597-1622), de Ayamonte (Huelva. España). Hermano laico. Misionero desde 1619. Quemado el 10 de setiembre de 1622. Son martirizados el 12 de setiembre: APOLINAR FRANCO (1570-1622), de Aguilar de Campoo (Palencia. España). Viaja a Filipinas en 1600 y en 1602 a Japón. Es apresado el 7 de julio de 1617. FRANCISCO DE SAN BUENAVENTURA (†1622), de Mushahi (Japón), catequista del P. Apolinar. Es encarcelado al protestar al Gobernador, y el P. Apolinar lo admite al noviciado y a la profesión en la Orden franciscana en la cárcel. En las mismas condiciones que Francisco, está PABLO DE SANTA CLARA (†1622), de Arima, región de Sagyo (Japón), catequista, profeso de la Regla de San Francisco. FRANCISCO GÁLVEZ (1576-1623), de Utiel (Valencia. España). Guardián de la fraternidad de Sakai. Martirizado el 4 de diciembre de 1623. LUIS SOTELO (1547-1624), de Sevilla (España), Maestro de Postulantes en Dilao. Funda la misión de Wakayama. Martirizado el 25 de agosto de 1624. LUIS DE SAN FRANCISCO (1613-1624), de Yendo (Japón). Primer Franciscano Japonés. Martirizado el 25 de agosto de 1624 en Shimabara. FRANCISCO DE SANTA MARÍA (†1627), de Montalvanejo (Toledo. España) . Misionero desde 1605. Martirizado el 16 de agosto de 1627. BARTOLOMÉ LAUREL (†1627), del Puerto de Santa María (Cádiz. España). Misionero desde 1622. Muere en Nagasaki el 16 de agosto de 1627. ANTONIO DE SAN FRANCISCO (†1627), joven japonés que completa su año de noviciado en la cárcel, martirizado en Nagasaki el 17 de agosto de 1627. DOMINGO DE SAN FRANCISCO (†1628), de Nagasaki (Japón), catequista, hace el noviciado y profesa en la cárcel, y martirizado el 8 de setiembre de 1628. GABRIEL DE SANTA MAGDALENA (1566-1632), de Sonseca (Toledo. España). Misionero en Japón desde 1606, médico, martirizado el 3 de setiembre de 1632.
Común de varios Mártires
Oración. Dios providente y eterno que otorgaste a los Mártires Franciscanos de Japón la gracia de dar la vida por amor a Cristo; ven en ayuda de nuestra debilidad con tu poder divino para que, así como ellos no vacilaron en morir por ti, nosotros podamos confesarte valientemente con el testimonio de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

11 de setiembre

Buenaventura de Barcelona (1620-1684)
El beato Buenaventura nace en Riudoms (Tarragona. España) el 24 de noviembre de 1620, perteneciente a una familia de agricultores. Después de cumplir los estudios escolares obligatorios, se dedica a las tareas del campo, alternándolas con una vida de piedad recia. De hecho, los fines de semana pasa las noches en vigilia ante el Santísimo. Contrae matrimonio; fallece su esposa a los dieciséis meses. Poco después ingresa en la fraternidad de San Miguel de Escornalbou, donde toma el hábito el 14 de julio, fiesta de San Buenaventura. Trabaja de cocinero y limosnero, oficios que continúa en el convento de Mora, perteneciente a la Reforma francis-cana. Es destinado a Tarrasa, Roma (Ara Coeli, San Mauricio, San Buenaventura), Capránica (Viterbo). Tiene especial devoción a la Virgen María y comparte las limosnas que recoge entre los religiosos y los pobres. Muere el 11 de septiembre de 1684. El papa Pío X lo beatifica el 10 de junio del año 1906.
Común de Santos Varones
Oración. Oh Dios, que nos llamas a la santidad y otorgaste al beato Buenaventura de Barcelona la gracia de perseverar en la imitación de Cristo pobre y humilde, concédenos, por su intercesión, que, viviendo fielmente nuestra vocación cristiana, alcancemos la perfección que nos propusiste en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.

12 de setiembre

Dulce Nombre de María
La fiesta del Nombre de María se celebra después del nacimiento de la Virgen. Sus padres, Joaquín y Ana, le impusieron el nombre de María, el nombre que aparece en los Evangelios para citar a la madre de Jesús de Nazaret.
Común de Santa María Virgen
Oración. Te pedimos, Señor, que a cuantos celebran el nombre glorioso de Santa María Virgen, ella les consiga los beneficios de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo.

12.1 de setiembre

Catalina de Génova (1447-1510)
Santa Catalina Fieschi nace en Génova (Liguria. Italia) en el año 1447; es hija de Jaime Fiesco y Francesca di Negro, nieta de Roberto, hermano del Papa Inocencio IV. Inspirada por su hermana Limbania, religiosa agustina, desea ingresar en la vida monástica, pero por su edad, 13 años, no se le deja. A los 16 años contrae matrimonio con Giuliano Adorno. Experimenta un arrobo místico el 22 de marzo de 1473, que le cambia la vida. Ora, comulga diariamente y se entrega a los pobres y enfermos. Le ayuda también su esposo, que se convierte al observar el estilo nuevo de vida de Santa Catalina. Los dos profesan en la Orden Franciscana Seglar. Su marido muere en 1477. Con las hermanas de la Compañía de la Misericordia sirve a los leprosos del hospital de San Lázaro y, en especial, a los apestados durante la plaga que asola a Génova de 1497 a 1501. Funda la Compañía del Divino Amor para ayudar a los pobres y reformar las costumbres y hábitos de la vida cristiana. Muere el 15 de setiembre de 1510. El papa Clemente X la beatifica en 1675 y Clemente XII la canoniza el 16 de junio de 1737.
Común de Santas Mujeres
Oración. Señor Dios, que cada año nos alegras en la fiesta de Santa Catalina de Génova, concede a los que celebramos su memoria imitar también los ejemplos de su entrega a los pobres y a los enfermos. Por nuestro Señor Jesucristo.


13 de setiembre

Juan Crisóstomo (349-407)
San Juan Crisóstomo –boca de oro– nace en Antioquía (Siria) en el año 349. Patriarca de Constantinopla en el año 397. Es condenado varias veces al destierro. Sobresale por ser un gran orador y un comentarista extraordinario del Nuevo Testamento . Muere en el 407 en Comana (Ponto. Turquía). El papa Pío V lo declara doctor de la Iglesia en 1568, y Pío X, patrono de los predicadores.
Común de Doctores de la Iglesia
Oración. Oh Dios, fortaleza de los que esperan en ti, que has hecho brillar en la Iglesia a San Juan Crisóstomo por su admirable elocuencia y su capacidad de sacrificio, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos llene de fuerza el ejemplo de su valerosa paciencia. Por nuestro Señor Jesucristo.
13.1. de setiembre
Francisco de Caldarola (1430-1507)
El beato Francisco Piani nace en Caldarola (Macerata. Italia) alrededor de 1424. Ingresa en la Orden y después de cursar los estudios eclesiásticos es ordenado sacerdote alrededor del 1449. Preparado bien en retórica, se dedica a la predicación por los pueblos y ciudades de su Región de las Marcas y del resto de Italia. Corrige las especulaciones que conducen a la usura en las relaciones comerciales. Funda, entonces, con Bernardino de Feltre, los Montes de Piedad para combatir la usura que tanto daño hace a las capas más pobres de la sociedad. Es el año 1400. Por su devoción a la Virgen María, predica muchas veces en la iglesia de Santa María de la Misericordia, donde funda la Fraternidad de la Misericordia, cuyo objetivo es la piedad interior cristiana y la ayuda a los pobres. Dirige el hospital de la ciudad de Caldarola. Muere en el convento de Colfano en 1507. El concilio de Letrán aprueba los Montes de Piedad. El papa Urbano VII lo declara beato en 1634.
Común de Pastores o de Santos Varones
Oración. Dios providente, que consagraste este día con la fiesta del beato Francisco Piani, concédenos, por tu bondad, mantener con firmeza y consolidar con obras de caridad la fe que proclamó por medio de María Vir-gen. Por nuestro Señor Jesucristo.
14 de setiembre

Exaltación de la Santa Cruz
«Cambiado perfectamente en su corazón, a punto de cambiar también en su cuerpo, anda Francisco un día cerca de la iglesia de San Damián, que estaba casi derruida y abandonada de todos. Entra en ella, guiándole el Espíritu, a orar, se postra suplicante y devoto ante el crucifijo, y, visitado con toques no acostumbrados en el alma, se reconoce luego distinto de cuando había entrado. Y en este trance, la imagen de Cristo crucificado -cosa nunca oída-, desplegando los labios, habla desde el cuadro a Francisco. Llamándolo por su nombre: «Francisco -le dice-, vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo». Presa de temblor, Francisco se pasma y como que pierde el sentido por lo que ha oído. Se apronta a obedecer, se reconcentra todo él en la orden recibida», 2Cel10; cf. LM 2,1: TC 13.
                                                                          Misa propia
 Oración. Señor, Dios nuestro, que has querido realizar la salvación de todos los hombres por medio de tu Hijo, muerto en la cruz, concédenos, te rogamos, a quienes hemos conocido en la tierra este misterio, alcanzar en el cielo los premios de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo.