lunes, 31 de agosto de 2015

                                  Leer a Francisco y Clara de Asís.
          Sus escritos. Introducción general e inducción metodológica.



                                                                Fernando Uribe

           
Por Francisco Henares
Instituto Teológico de Murcia OFM

          La base de este libro comenzó por un folleto (Santiago de Cali, 2006) y “sufrió serios percances en su proceso editorial”, nos dice el A/, franciscano, colombiano,  profesor en el Antonianum (Roma) y fallecido en julio pasado. Aquí, en el Teológico OFM, de Murcia se publicaron algunas obras suyas: Introducción a las hagiografías de S. Francisco y Sta. Clara de Asís (siglos XIII y XIV); y San Francisco. Letra y espíritu (2006).
            El citado folleto se ha convertido ahora en una obra en cinco capítulos, tres apéndices, y una extensa bibliografía. La pepita se hizo árbol, y aprovechó pedagogías y metodologías, “aplicadas con éxito a lo largo de la experiencia docente”, se nos anuncia. De ahí el subtítulo de la obra en lo tocante a inducción. Pregunta básica para empezar: “¿Cómo fueron compuestos los escritos?”. Son los aspectos histórico-críticos de los escritos de Francisco (capº. 1), a saber, autenticidad, destinatarios, transmisión, colecciones de manuscritos, clasificación, escritos perdidos, la famosa Oración por la paz y su autenticidad. Otra pregunta: ¿conviene llamar a todo esto opúsculos o escritos? Y dos apuntes ya admitidos hoy: no se puede decir que la oración Absorbeat y la de Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, figuren entre los textos de Francisco. Sin embargo, algo está claro: la inspiración franciscana de esta última. Dice el A/ que no se ha hecho todavía, y no sería tan difícil, un estudio profundo comparándola con el tema de la paz y las oraciones innegables de Francisco.
           
El  capº. segundo se centra en las características y contenido de los escritos de Francisco. Con buen criterio se busca al escritor Francisco, a su cultura en la época, a las fuentes posibles, y a la presencia de la Biblia, y de escritores eclesiásticos. De lo primero indicado no se ha llegado a conclusiones indiscutibles. Más bien, los rastreos trabajan de modo general en torno al siglo XIII, Italia, y su Centro y Norte. Se ha escrito bastante acerca de que Francisco se llame a sí mismo idiota. Puede ser equívoca tal palabra. De ahí que A. Mattioli escribiera (El Santo (1987), bajo interrogante: Idiota. Mancanza di culture o amore di ritiratezza? Nota di lessicografia francescana. Curiosamente, Uribe se detiene ante Francisco escritor con un interés que no suele verse en otros investigadores. Ha sido mayor en éstos pararse en las citas de la Escritura, dada su importancia.
           
Las páginas correspondientes al Francisco de los escritos (81- 111) son admirables acercamientos del A/, tanto al estilo cuanto a la fuerza y fervor puesta por Francisco. Sermo humilis,  accesible, pero elevado en contenidos y objetivos buscados. En el capº.  tercero entra Sta. Clara y nos movemos bajo una citada estructura de estudios, o sea, aspectos históricos y críticos de los escritos de aquélla. Puntos valiosos son los de la complementariedad entre los carismas de ella y Francisco; los influjos mutuos en el proceso vocacional de ambos; la dependencia parcial de los escritos de Clara respecto de Francisco. Todo lo demás revive el esquema del capº. primero (autenticidad, transmisión, etc.). El influjo mutuo es digno de reseñarse, porque podría peligrar una visión en la que Francisco se lleva toda la parte. Más que peligro. Escribe el A/ que tal relación no se redujo a la admiración de ella por él (que era evidente), sino que “se tradujo en la paulatina conformación de la forma de vida”, es decir, el femenino con una marca destacada en un mundo, el clerical, repleto de hombres que deciden casi todo oficialmente. Y esto a pesar de que Clara, por humildad, decía que las Pobres de San Damián eran obra de Francisco. No fue clérigo éste, hablando estrictamente. El femenino actuando tiene su punto álgido cuando Francisco titubea ante dedicarse en exclusiva a la oración o también a la predicación. La respuesta de ella es palmaria: no sólo vivir para sí mismo, sino para el servicio a los otros. Así, escuetamente dicho, no deslumbra, sin embargo, pero sí por lo más valioso, escondido: el acompañamiento femenino, una de las virtudes más propias de la vida espiritual de todos los cristianos. Acompañar para mejor discernir. He ahí la aportación de Clara.
           
El capº. cuarto se escribe con un guión ya mentado (cultura de Clara, fuentes, influjos, etc.) Muy práctico es el capº. quinto  y último. Se trata de un taller de lectura y análisis ante los textos franciscanos de Francisco y Clara. La hermenéutica es materia recia hoy y siempre en cualquier literatura. Cita el A/ a Lázaro Carreter y a E. Correa, muy conocidos ambos en I.E.S. y universidades españolas en punto a cómo se comenta un texto. No falta investigación franciscana ahora y metodología. Comentar un texto de hace 800 años se convierte en mirada pluridisciplinar obligadamente. Aprovecha el A/ para presentar los tres métodos clásicos que hoy brillan, y los tres modos de abordar un texto (diacrónico, sincrónico, y temático). Es un capítulo este que algunos lo miran con recelo (como si fuera sólo para profesores), pero aquí se presentan ejercicios y aplicaciones muy útiles, fruto de una larga experiencia en el aula del A/. Los Apéndices (tres muy indagadores) servirán mucho para leer con calma, puesto que lo banal no tiene aquí sitio. Culminar esta obra con tales páginas es una compenetración entre contenido y forma. Se alegrarán en ejercitarse franciscanos y no franciscanos.                                                          



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