lunes, 9 de noviembre de 2015

Domingo XXXIII (B).

DOMINGO XXXIII (B)


            Lectura del santo Evangelio según San Marcos 13,24-32.

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —En aquellos días, después de una gran tribulación, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblarán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, del extremo de la tierra al extremo del cielo.
            Aprended lo que os enseña la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, sabéis que la primavera está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. El día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.

           
1.- Marcos nos revela cuál es el final de nuestra vida y de toda vida creada. Es una afirmación que nos da seguridad a los que intentamos relacionarnos desde la bondad de nuestro corazón. No describe la vida futura ni cómo será la eternidad. La vida en Dios corresponde a otra dimensión que no se puede ni comprender ni definir con nuestra inteligencia. Como escribe Pablo: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman» (1Cor 2,9). Lo cierto es que la historia termina bien para los que «aman al Señor». El Evangelista no tienen en cuenta a los que no son llamados. Pero Jesús, en la parábola del trigo y la cizaña (cf. Mt 13,24-52), afirma que ya no seguirán mezclados, como ocurre en nuestra sociedad, los que viven para sí y los que viven para los demás en el Señor.

           
              2.- «Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor» (Jn 10,11-16). Nuestra gran tarea como bautizados es ayudar a Jesús para traer al rebaño a los que no saben de la salvación eterna, del sentido personal y colectivo de las relaciones de bondad, a los que viven solo pendientes de su trabajo, de su familia, de sí mismos, sin levantar los ojos y ver el rico panorama que ofrece la creación en sus personas, en sus culturas, en sus animales, en sus aves, en su naturaleza inerme.
           

3.-  Las enfermedades, los traspiés, los sinsabores que experimentamos en nuestra vida no tendrán la última palabra. Tantos inocentes muertos en guerras, o infravalorados por sus jefes y poderes de este mundo; tantos niños que no han podido crecer, o personas a las que se les negado disfrutar de la vida; pensemos en los niños de la guerra, que han nacido para matar en vez de para vivir, o en las guerras del Medio Oriente y África, o en los países cuyos gobernantes solo generan pobreza y esclavitud. El Evangelio de hoy es un grito a favor de la existencia humana, esté donde esté y que se haya desarrollado en cualquier lugar y tiempo de la historia. Desde Dios en Jesús, todos serán salvados y reunidos en un solo rebaño con un solo pastor. Nada de bien y de bondad que hayamos hecho se perderá. Y esto es una gran satisfacción para las conciencias limpias que comprenden la vida como una relación de amor, porque eso es Dios.  Es el mundo nuevo que viene a desvelar e inaugurar el Hijo del hombre para siempre.

1 comentario:

  1. Está muy bien explicado, muchas gracias, es una página de mucha calidad, me ha gustado siempre que la he consultado...

    Solo no entiendo una cosa, ¿por qué dice: "Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla."?
    Quizás por el lenguaje apocalíptico??

    Un abrazo, Ignacio Ayala de la Peña (iayape@um.es)

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