domingo, 16 de febrero de 2014

Libros. V. Battaglia

Gesú Cristo luce del mondo. Manuale di cristología






de Vicenzo Battaglia




                                               por F. Henares Díaz


            Más de una vez, el A/, en sus clases expresa que no en vano estudiamos en una Universidad franciscana. Yo también dejo caer esa conseja en las mías. La razón no es la defensa del localismo, como si fuese éste un distintivo excluyente de nadie, pero sí es una convicción y un talante muy propio, a saber, seguir a los grandes maestros de la Orden, de la mejor tradición, acogiéndonos, de consuno, a la enseñanza según estilo de Francisco de Asís. Por otra parte, cualquier profesor de teología ante un Manual, entra presto en conflicto sobre lo que querría dar y lo que es posible dar, según horario del curriculum. Un cruce de caminos arduo, porque vivir (y dar clase) siempre es elegir. En esta edición segunda de la obra, se nos explicita tal desde las primeras páginas de la Introducción, que ya no son como en la primera. Ésta salió en 2007, pero hubo rápida una Ristampa (2008). Ocurre, sin embargo, que en esta segunda edición Battaglia, profesor y exdecano en el Antonianum (Roma), no se conforma con dejar el texto igual, sino que ha querido presentar varios aspectos más al día, desde la forma misma de esquematizar las ideas, apurando letra, hasta renovar la bibliografía, y los pies de nota, y por supuesto comprimiendo varios textos. Y esto manteniendo el mismo número de páginas que anteriormente. Caso insólito. Ha reducido en dos el número de capítulos. Y el que se titulaba Alla scuola dei Padri della Chiesa lo ha suprimido, quizás por lo que tenía de excursus en un libro de texto. Lo cual indica, como mínimo: a) Estar al acecho de lo mucho que se sigue publicando sobre cristología; b) Estar atento al fin que se procura, es decir, que un Manual sea un instrumento de trabajo para alumnos que han de profundizar en un estudio sistemático, en el que no deben perderse en muchos flecos. Todo el Manual, en principio, se acoge a tres objetivos principales, que reseña la Optatam totius (Vaticano II): a) Introducir en la práctica de la metodología; b) Presentar los temas fundamentales; c) Intentar una interacción armoniosa entre auditus fidei, intellectus fidei y experientia fidei. La obra se compone de tres partes, desarrollando 14 capítulos. En esta breve recensión, yo tengo de fijarme no en lo esperado en un Manual (por ejemplo, los concilio más cristológicos antiguos: Nicea, Éfeso, Calcedonia, que ocupan los capítulos 7 y 8, o los capítulos 5 y 6: Muerte y Resurrección), sino además en las orientaciones metodológicas para acercarnos a una cristología, es decir, la unidad en la pluralidad (pp. 24-27) y las raíces desarrolladas de la Escritura neotestamentaria (pp. 28-45), en que se desenvuelve el capítulo primero. Es razonable por tanto, que me parezca fundamental el estilo aquí seguido en cada capítulo, y que al final de cada uno el A/ mantenga una mini sección (la titula Per l´approfondimento), y ahí brilla  la contemplación en pie de enjundia acerca de las páginas que han precedido (más razonables, éstas, digamos). En este capº. primero se profundiza en meditación a partir de Col. 1, 15-20, en un himno cristológico a cuya raigambre se ató siempre la teología franciscana. Un rico capítulo es el segundo, porque aquí somos reenviados del Cristo de la fe al Jesús de la historia. Tema hoy candente y de jugosa interdisciplinariedad. Me detengo brevemente en las páginas dedicadas a los apócrifos, con todo lo que tienen éstos de tintura agnóstica, pero a la par de imaginación popular (tema fronterizo con otras ciencias), y así a modo de acercamiento a Cristo desde perspectivas varias. Que el A/ traiga a escena los descubrimientos de Nag Hammadi corre en esta línea de abrirse a nuevas investigaciones. Aviso útil en un Manual que pretenda estar al día, y quiera ser inclusivo, cuando tanto exclusivismo reinó otrora hacia tales escritos, poniéndolos únicamente bajo sospecha. Por lo  mismo, las páginas 70-77  (del capítulo 2, tituladas Lo stile di vita) entran en el Jesús histórico, como retrato de que habla R. Penna, y tantos otros, cuyas obras son hoy muy leídas (Meier y su Cristo como hebreo marginal). Indagaciones históricas actuales en ebullición, se obligan a casar con la dogmática sin que prevalezcan, antes de nada, recelos y miedos. Redundará en bien de ambas. No de otra forma nos plantamos ante el capítulo tercero (La misión terrena de Jesús). El approfondimento final se echa por la compasión de Jesús. Una temática querida de Battaglia en otras obras suyas en punto a sentimientos de Jesús (Véase su obra Sentimenti e belleza del Signore Gesù (2011). La conexión mística nos va uniendo a un Cristo que estudiamos con un Cristo que a la vez contemplamos. Forma profunda, pues, de conocimiento. He aquí un talante y forma de belleza muy de este profesor franciscano. Basta comprobar que el capítulo 4º (Identidad mesiánica de Jesús) acaba con profundizar en el esposo mesiánico, que es Cristo. Es claro que el signo y símbolo del esposo inunda la teología de la belleza. En la parte segunda se nos ofrecen temas esenciales de una cristología sistemática, a saber, la fe en Cristo y el misterio de Dios (301-338). Hablamos de cristología en relación trinitaria. Son bellas las páginas tituladas Dire Dio a partire da Gesú Cristo (303-306). La revelación que adviene con la Encarnación, el Verbo encarnado, expresa por sí mismo al Padre. E igual acaece con las páginas de cristología y pneumatología. El final de capítulo profundizando, esta vez es expresivo de veras. Se nos dice: La Encarnación: Un Dio capace dell´uomo (335-338). Todo un campo de antropología teológica, como ase ve. Será esto precisamente desarrollado en el capítulo décimo. Se trata, pues, de alumbrar el misterio del ser humano a la luz de Cristo, y he ahí un hermoso subtítulo y párrafo que nos viene de perlas: Dio fa grazia all´uomo in Cristo (365-367). Hablamos de la vocación divina de todo ser humano. Y así surge, efectivamente, esta contemplación: “La predestinación de Cristo es nuestra predestinación en Cristo” (Approfondimento, 376). En esta parte segunda no podía faltar en un Manual actual el tema de la salvación junto a la teología de las religiones. Hoy esto presenta varios modelos interpretativos, bien del Concilio Vaticano II, bien de la intervención de la Comisión Teológica Internacional, en su tercera parte (1997). Un documento este –se recordará- que trae de continuo referencias a la Redemptor Missio (J. Pablo II). Referencias en las que profundiza Battaglia, en especial resaltando el númº. 9 de dicha encíclica: a) La posibilidad  real de la salvación en Cristo de todos los hombres; b) La necesidad de la Iglesia en orden a tal salvación. En definitiva, vivimos una espera en la que la mediación efectiva de Cristo se une a un cumplimiento en el cual ponemos fe: el crecimiento del Reino de Dios (399).  Y al final, el correspondiente approfondimento: “Espiritualidad y diálogo religioso”. Urge aquí el espíritu de Asís. El capº 12 era de esperar en Battaglia, que no en vano es el Presidente de la Academia Mariana Internacional. Habla del Hijo de Dios que ha nacido de una mujer (Gal 4,4). Cristología y Mariología, pues, de la mano, es decir, la Virgen en la economía histórico-salvífica de Cristo; la misión de la Virgen a la luz de la mediación (410-420). Contemplemos: María al servicio de la gloria de Jesús y de la fe de los discípulos (ese es el approfondimento esta vez). En la tercera parte de la obra se expande cuanto venimos advirtiendo de los approfondimentii Es forma de hacer teología antigua, pero que en nuestro autor tiene agua siempre viva. Dos capítulos se explayan por esta ladera. El 13 hacia una Cristología contemplativa y sapiencial. El 14 hacia la via pulchritudinis en Cristología. Unir experiencia y sabiduría de Dios (en el 13) va a la zaga de S. Buenaventura y sus sensi spirituali como práctica y búsqueda contemplativa. La via pulchritudinis es una querencia del A/ demostrada en sus obras estos últimos años. Revelación, salvación y belleza tocan a un son. La belleza es cualidad máxima del Hijo de Dios. Vivir bajo la guía del Espíritu es posible gracias a la hermosura del Esposo. Un don de Dios que debería tener siempre empuje pastoral para hablar del Reino. Deseo, finalmente, resaltar el tino del A/ en algunas reformas de esta 2ª edición. Ahora en el capº. primero, que trata de la cristología neotestamentaria, del Alfa y Omega, quita (o la mete en futuras notas) un approfondimento que antes se centraba en bibliografía, o casi; y ahora se centra en María Virgen que acoge al Hijo de Dios en la Historia. Estamos sumidos en la vía de la contemplación del misterio que nos ha sido revelado. Un acierto. Otro: el capº. 3 (La misión terrena de Jesucristo) antes (2008) se ceñía a oportunas bibliografías, y ahora se echa y acuesta por la compasión del Señor como meditación propia. Y otro, el capº. dedicado a la Resurrección, aconsejaba al final autores (Barbaglio, Torres Queiruga) explicando más el tema; ahora la contemplación va por este caz: recapitulación de todas las cosas en Cristo a partir de Ef. 1 y Col 1. En Él hacemos pie se obliga no sólo a un estudio hímnico de lo dicho, sino también a un himno de saboreo de las grandezas del plan de Dios en la Historia, a saber, de un ir hacia adentro en meditación, en el sosiego de la cercanía que nos depara  nuestro Dios. Quiero, felicitar que el A/ haya hecho otro tanto al hablar de la teología de las religiones en el capº. 11, pero ahora cambia también la profundización final del capítulo y la dedica a resaltar la Cátedra de Espiritualidad y Diálogo Interreligioso (inserta en el ámbito del Instituto de Espiritualidad) de reciente creación en nuestro Antonianum (Roma), y en conexión con el espíritu de Asís y la trascendencia mundial. Además de lo que eso significa, se da entrada ahí a un testigo del diálogo como fue Mons. Luis Padovese. Ejerció de Presidente de ese mentado Instituto (1987-2004). Al acabar en este cargo fue consagrado obispo, nombrado Vicario Apostólico de Anatolia, y trágicamente asesinado en junio de 2010. Contemplar y visualizar a los testigos de Jesús el Señor es confirmarse en que el diálogo va más allá de las palabras, cuando se pronuncian con sangre en la boca. Quiero felicitar a Battaglia por este quehacer de cultivar una teología donde se entrelaza actividad intelectual, experiencia espiritual y empeño pastoral. Tanto él como las ediciones del Antonianum merecen nuestro ¡Albricias! Un gozo.
                                                                      
Ed. Pontificia Università Antonianum, Roma 2013, 475 pp., 22´5 x 15 cm.


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