LA
ASCENSIÓN (A)
«Sabed que estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo»
Final del santo Evangelio según San
Mateo 28,16-20.
En aquel tiempo, los once discípulos se
fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo ellos se
postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: —Se me
ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos
los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
1.- Texto. Mateo comienza y termina la vida de Jesús en Galilea, su patria chica: «Al
enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando
Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón
y Neftalí […] Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: “Convertíos, porque está cerca el
reino de los cielos”» (Mt 4,12-13.17). Y en la mañana de Pascua manda a las
mujeres que los discípulos marchen a Galilea, donde lo verán (Mt 28,10).
Jerusalén queda atrás en la historia de la salvación. La ciudad santa por
antonomasia es ahora la ciudad donde se ha crucificado al Mesías, donde se
adora a un dios falso (Mt 27,43) y expande la mentira al hablar de Jesús (Mt
28,11-15). Para encontrar a Jesús hay que volver a Galilea, donde Jesús
proclama el Reino del amor misericordioso del Señor (Mt 5) y donde el culto se
ha centrado en la persona de Jesús, la relación filial de toda la creación con
el Padre (Jn 2,19). Por eso proclama Pedro que la historia de la vida de Jesús,
una vida que sólo hizo el bien, empezó en Galilea (Hech 10,37).
2.- Mensaje. Jesús, antes de adentrarse en la gloria divina, manda a los
discípulos que vayan a todas las culturas para proclamar la salvación
universal, porque el Señor, que ha vivido y proclamado, es de todos. El Señor no
es sólo de los judíos, o de los cristianos, o de los musulmanes, o de cualquier
otra religión o credo. Dios es de todos, y todos merecen conocerlo y salvarse.
De ahí que la identidad de Jesús, la Persona divina del Logos encarnada,
siempre la hayan comprendido los cristianos como el hombre universal. Pero no
es el hombre universal diseñado en los libros o descrito en las ideologías, o
definido en las teologías, sino es universal porque ha vivido lo que todos experimentamos
como gozo y dolor, como amor y cruz. Y él lo convierte en amor crucificado,
capaz de orientar la vida hacia los objetivos de su plenitud y felicidad. Por
eso tiene la Iglesia el sagrado deber de hacer discípulos en todos los pueblos;
de dar a conocer aquél que es la fuente de la felicidad y el gozo.
TANKAS
ResponderEliminarAlways by your side,
like a shade that shines loud light,
like a lasting well
where pure water is blended
with echoes of wordy hope.
Though you don't see me,
your prayers of faithful outlines
can show an image
of my eternal love face
smiling to give confidence.
A joyful vision
that transcends every spirit
to be a presence.
Oh, Jesus, true emotion,
you are our voice when soul mutes.
Siempre a vuestro lado,
como una sombra que despide luz sonora,
como un pozo perdurable
donde el agua pura está mezclada
con ecos de esperanza locuaz.
Aunque no me veáis,
vuestras oraciones de contornos fieles
pueden mostrar una imagen
de mi rostro de amor eterno
sonriendo para dar confianza.
Una visión gozosa
que trasciende cada espíritu
para ser una presencia.
Oh, Jesús, emoción verdadera,
eres nuestra voz cuando el alma se silencia.
(Llenando Cuencos)
http://miralfondo.blogspot.com/