sábado, 14 de febrero de 2015

Escritos de San Francisco, y IV

                             Edición crítica de los Escritos de San Francisco

                                                     Carlos Paolazzi OFM
                            

                                                           IV


                                                                            Por Rafael Sanz Valdivieso OFM
                                                                               Instituto Teológico de Murcia OFM
                                                                                                          Pontificia Universidad Antonianum


El texto del Officium passionis Domini es la oración más extensa compuesta por Francisco, con un total de quince salmos. Quizá fue compuesto entre 1221 y 1223, después del Capítulo de las Esteras, época de las tensiones comunitarias relativas a la composición de la Regla y periodo de “tentación” de Francisco. En la composición se contempla el misterio de la redención desde la Encarnación hasta la Pascua, como ya indicaba el P. Esser[1], por lo que debería quizá llamarse Oficio pascual, celebrando las maravillas que el Padre ha realizado en su “Hijo dilecto”. Destaca el texto editado y la traducción un aspecto relevante, es la oración compuesta por Francisco no tanto para tejer una serie de citas de textos bíblicos, de los Salmos, sino para dar expresión a la exigencia interior de Francisco, que ora con la Palabra y la convierte en espíritu y vida[2]; por eso deja que resuene la voz de Cristo y de la Iglesia, ya que es una oración en plena consonancia con la Liturgia de la iglesia, que reza unida con su Señor Jesús. El texto de los salmos según el llamado Psalterium gallicanum indicaría que es posterior a 1223 (cf. p. 66), fecha en la que el dicho salterio fue normativo para la Orden.
Las Cartas reúnen un total de once textos, que se sitúan, sobre todo, en los últimos años de su vida desde 1219 en adelante, así la carta a los clérigos en sus dos redacciones y la dirigida a las autoridades de los pueblos, de 1220 junto con las dos redacciones de la carta a los custodios, en la que recomienda la difusión de estos escritos epistolares. Quizá de los años siguientes sea también el autógrafo a fray León, después de la carta a san Antonio y la carta a toda la Orden, acercándola a las fechas posteriores a la cuaresma de san Miguel de 1224, fecha en la que se sitúa la segunda redacción de la carta a los fieles.
Las cartas son un medio perfectamente adecuado para la animación comunitaria y para el anuncio del Evangelio, teniendo en cuenta que esas cartas de contenido amplio serían dictadas por Francisco – facere scribi – y con un destinatario colectivo, en las que destaca su amor reverente por las palabras divinas y por el cuerpo y la sangre del Señor, la devoción eucarística que trata de promover en plena sintonía con la Iglesia, que son rasgos propios de la madurez personal y espiritual de Francisco. A esa etapa final de su vida pertenecerían los textos más extensos, carta a toda la Orden y segunda redacción de la carta a los fieles (cf. p. 133) en las que destaca el proyecto de vida cristiana y evangélica, en el que exhorta a los fieles a la veneración de la eucaristía y de la palabras del Señor, y a los frailes a la observancia fiel de la Regla. Las tres o cuatro cartas personales son más circunstanciales, y serían la muestra de un número más amplio de misivas personales de las que sólo queda mención en las fuentes.

3. En cuanto a las Reglas y exhortaciones, la edición del P. Paolazzi da un relieve notable a estos escritos, característicos de la radicalidad evangélica y del sentir con la Iglesia propios de Francisco de Asís, por lo que son fundamentales en la legislación de los Frailes Menores, textos en los que hay también una evocación resumida de los orígenes, como lo dice en el Testamento: la luz de la fe permite leer esos acontecimientos como una “revelación” de la vida según el Evangelio, que hizo poner por escrito con brevedad y fue confirmada por el papa Inocencio III; pero no sólo como norma de vida se comprende dicha revelación, sino también expresión de la voluntad del Señor en la que entra “el don de los hermanos” y el hacerlo según la santa Madre Iglesia, viviendo en fraternidad. Es la experiencia franciscana transmitida también en las demás fuentes franciscanas (la obra de Celano y las legendae). De ahí el relieve concedido al Testamento y a la Rnb y los fragmentos editados de redacciones de la misma. La novedad de esta edición es la vuelta al texto según la traición textual latina, de los manuscritos y de las ediciones del siglo XVI, que ya había sido puesta de relieve por el P. Esser en un estudio realizado con el P. R. Oliger[3]. Se puede decir que el texto de la Rnb, conservando la división en capítulos y versículos de la edición de P. Esser, remite a una tradición textual más depurada y sin tener en cuenta el inciso de A. Clareno en el prólogo, así como la corrección del cap. XII, eliminando el v. 6 de aquella edición, por ser una interpolación posterior. También se coloca de forma diferente el texto del versículo 21 del capítulo XXII, que afecta a los versículos 20 y 21 de la edición de P. Esser. El texto latino, como en toda la edición de los “Escritos” se ha configurado según la práctica medieval, sin someterlo a la corrección gráfica del latín clásico.
La novedad de los fragmentos – los excerpta de la Rnb – de redacciones alternativas de la Regla no bulada, proceden de tres fuentes diferentes, del códice ms. 27 de la Catedral de Worcester, de Hugo de Digne en su comentario a la Rb de la mitad del siglo XIII[4], y de Tomás de Celano, que utilizan un texto añadido a la Rnb en el cap. X, 4 incluido en la redacción propuesta, lo mismo que el pasaje del cap. XXII, 5 mitigando el texto de la Rnb por un rasgo de tendencia más espiritual; lo mismo los retoques incluidos en cap. XXI,1 o en VII,14 y XVI,10-11 referidas a la tribulación y la muerte, según Hugo de Digne. Todos ellos deben proceder de una redacción intermedia de la Rnb entre el 1221 y la Rb de 1223 que destacaba las exhortaciones espirituales dirigidas a los Frailes en conjunto – omnes fratres -. ¿Fue retocado el texto en algún capítulo general de esos años  indicados? Si se hizo con vistas a una posible aprobación papal no es posible saberlo con la documentación que poseemos en la actualidad, sobre todo porque la redacción a la que se refieren el códice de Worcester, Hugo de Digne y Celano parece que identificando el texto como una redacción diferente puede indicar que ya la consideraban superada y considerada una etapa transitoria de la evolución de la Regla de los Frailes menores.
En cuanto al apéndice que contiene los “Dichos”, reunidos en la edición de P. Esser entre los “Opuscula dictata” (agrupaba ocho textos) y en la edición española de 2003, incluidos en las “últimas recomendaciones” (pero sólo el Testamento de Siena, la Bendición a fray Bernardo, la Última voluntad a santa Clara, y la Exhortación cantada ‘Audite poverelle’) y el texto de la Verdadera y perfecta alegría en los avisos espirituales. Ahora los 3 “Dichos” que edita son: La verdadera y perfecta alegría, según el texto contenido en el códice  C 9.2878 de la Biblioteca Nacional de Florencia y publicado en AFH, aunque hay una redacción más completa y desarrollada en sentido hagiográfico que se encuentra en los Actus beati Francisci y en las Florecillas[5]. El Testamento de Siena, se encuentra en forma de bendición y exhortación dirigida a los frailes según la Legenda de Perusa 59 que recoge la petición de Francisco a fray Benedetto da Piratro para que transmitiera por escrito sus palabras de “bendición y testamento”. Se considera un dicho auténtico de pleno derecho. La Bendición a fray Bernardo, rescatada para la edición del P. Esser, es considerada un dicho apócrifo por algunos autores, presente también en los Actus Beati Francisci de forma diferente, aunque en la Legenda de Perusa, 12 aparece como última bendición a Bernardo. Se encuentra también en el Espejo de perfección 107 y es plenamente coincidente con las formas y el pensamiento de Francisco en su expresión de amor y obediencia a Bernardo como si fuera a él mismo.
Respecto de las cartas perdidas o dudosas, que en la edición de P. Esser son consideradas no auténticas o indicadas como cartas perdidas, entre ellas la carta a Hugolino, la carta a los Frailes de Francia o la carta a los ciudadanos de Bolonia, ser reproducen ahora según los testimonios relativos a cartas escritas realmente por Francisco, y que comprende cinco textos: Carta a los Frailes de Francia, Carta a los ciudadanos de Bolonia, Carta a Clara y hermanas sobre el ayuno, Bendición escrita para Clara y hermanas, y la Carta a fray Jacoba, también el texto de la Carta a Hugolino obispo de Ostia. De nuevo los testimonios son la Vita prima de Celano, las legendae y el Tratctatus de adventu Fratrum Minorum in Anglia, y la Tercera carta de Clara, o los Actus Beati Francisci. Ninguno de estos textos aparece en la edición de Los Escritos de san Francisco de Asís, por lo que ahora se han incorporado a esta edición bilingüe con la correspondiente traducción y el contraste con el texto de las mismas según la edición española de la Biografías y legendae.
La presente edición, texto crítico y traducción,  quiere ser una oferta de un texto fiable y cercano al que escribió o mandó escribir Francisco, y a la vez que llegue al mayor número posible de personas, para que puedan apreciar el “espíritu” de Francisco y el alcance de su experiencia vital según la forma del santo Evangelio. Ojalá que los lectores no sólo aprecien el trabajo realizado sino que, si hay fallos, los hagan saber amablemente para poder repararlos y mejorar el texto en lo posible.



[1] Esser, Die Opuscula, p. 322.
[2] C. Paolazzi, Lettura degli “Scritti” di Francesco d’Assisi, 2ª ed. ampliata, Ed. Biblioteca Frances-cana, Milán 2002, p. 56.
[3] Cf. K. Esser – R. Oliger, La tradition manuscrite des Opuscules de saint François d’Assise. Préliminaires de l’édition critique. Istituto Storico dei Cappucicini, Roma 1972 y el complemento aportado por E. Kurten ofm, “Weitere Textzeugen für die Opuscula des hl. Franziskus von Assisi”, en Collectanea Franciscana 45 (1975) 251-267.
[4] Cf. a edición de D. Flood, Expositio super regulam Fratrum Minorum, ed. por …, Ad Claras Aquas, Grottaferrata (Roma), 1979.
[5] B. Bughetti, “Analecta de Sancto Francisco Assiensi saeculo XIV ante medium collecta e códice Dlorentino C 9. 2878”, en Archivum Franciscanum Historicum 20 (1927) 107. Cf. Actus, cap. VII, en Fontes Franciscani, 2099-2101. Los Actus fueron redactados entre los años 1327 y 1337. Florecillas, VIII en Fontes Franciscani, 1140-1147. San Francisco de Asís. Escritos. Biografías, 814-816. 

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