IV
Domingo de Adviento (A)
Evangelio de Mateo 1, 18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta
manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos,
resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo,
que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero,
apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del
Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María,
tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a
luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de
los pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el
Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le
pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». Cuando José se
despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a
su mujer.