San Francisco Javier, misión y aventura
Francisco
Javier Díaz de Revenga
Facultad de Letras
Universidad de Murcia

Se quejaba el P. Ignacio Elizalde en su libro San Francisco Xavier en la literatura española, en 1956, del escaso
interés que habían tenido los novelistas por el santo jesuita. La situación
ahora parece distinta, si tenemos en cuenta, claro está, las biografías
noveladas, es decir las novelas basadas en la vida de San Javier de reciente
publicación, en torno a la fecha del centenario del nacimiento, en 2007. Nos consta que en el año 2006 se
produjeron algunos espectáculos
teatrales. El jueves 20 de julio de 2006 tuvo lugar el estreno del espectáculo Por todo el mundo. Diálogos de Javier y el
Mar, una producción del Gobierno de Navarra con guion de Pedro Miguel
Lamet, que conmemora el quinto centenario del nacimiento de San Javier. La obra
combina la actuación en directo de grupos folklóricos de música y danza de
Mozambique, India y Japón, la música en directo del Ensemble Durendal y la
presencia de los actores Arantxa Aranguren y Carlos Ibarra que encarnan a
Francisco de Javier y al Mar, dos personajes que a través del diálogo presentan
la vida misionera de San Javier desde que parte del puerto de Lisboa el 7 de
abril de 1541 camino de Goa, en la India, hasta que muere en la Isla de Sancián,
enfrente de las costas de China, el 3 de diciembre de 1552. El espectáculo se
completa con un audiovisual que pone imágenes a la aventura misionera de San
Javier.

Justamente, me interesa referirme
ahora, ya que hemos citado al jesuita P. Lamet, a la publicación de la
espléndida novela histórica sobre la vida del santo que, con el título de El aventurero de Dios. Francisco de Javier, publicó
en 2006 Pedro Miguel Lamet. Se trata
de una nueva manera de entender la biografía novelada, que en el caso de San
Javier cuenta ya con antecedentes españoles y extranjeros notables. En su
trabajo “La vida de un santo contada a través de los siglos”, Xabier Añoveros
Trías de Bes recoge hasta doce modalidades que llegaron a producirse a través
de los siglos en torno al género biografía, con numerosos textos y, entre
ellos, cita tres novelas escritas por españoles, y que por tanto son
integrables dentro de la aportación a la literatura española: la de Manuel
Ferrer Maluquer “San Francisco Javier (Biografía novelada)” de 1944, la de
Adro Xavier, publicada en Madrid en 1952, con el título “Huellas en la arena.
San Xavier en la India” y la de Ramón Vilaró titulada “Dainichi (La epopeya de
San Francisco Javier en Japón)”, de 2003.

Naturalmente, a esta serie habría
que añadir la novela histórica del padre Pedro Miguel Lamet, El aventurero de Dios. Francisco de Javier,
que, publicada por La Esfera en 2006 y a la que vamos a dedicar algunas
reflexiones y observaciones, comenzando por un comentario sobre la ficción
novelesca utilizada por el autor. En efecto, si repasamos su contenido,
advertiremos que un judío converso que huye de la Inquisición se encuentra en
Lisboa con un intrépido joven llamado Francisco de Javier. Gracias a este
personaje conoceremos los viajes y travesías casi sobrehumanas del santo que
será llamado “el gigante de la historia de las misiones”.
No se trata de una tradicional vida
de santos; estamos ante una magnífica novela histórica, que se articula como si
de un extenso reportaje periodístico se tratase, una especie de recorrido por
la vida y la historia del siglo XVI a través de muchos parajes y países, un
apasionante viaje atravesando los mares y coincidiendo con los personajes
históricos y los habitantes anónimos que circularon por la vida del santo
navarro. Son treinta capítulos de documentadísimo trabajo de investigación y
divulgación, que, sin embargo, no dejan sentir la gravedad de la erudición,
sino que se convierten en rica prosa de amena de lectura, entusiasta, lírica y
amigable.
Nos presenta al personaje con
intención totalmente innovadora, respecto a otras biografías. San Javier se
convierte en un joven de pasado brillante, humillado una vez en la guerra y
dependiente desde entonces por una pasión, una necesidad de redención que le
llevó a pasar su vida entera en los mares del sur. El santo navarro encontró un
sentido a su vida en la amistad y la dependencia emocional, intelectual y
espiritual que le unió a san Ignacio de Loyola. Evidentemente, la base
documental utilizada por Lamet, es toda la documentación que otro jesuita, el
padre Schurhamer, había reunido sobre Javier,
como ha explicado el propio autor Lamet señalando que el material estaba
ahí, sólo hacía falta convertirlo en un texto que pudiera ser leído.
Aparece así en escena la figura del
judío converso, ya citada, que Lamet pone en el camino de Javier hacia Oriente.
Con su mirada, el lector conoce al aventurero infatigable que llegó a
convertirse en el primer corresponsal europeo en Japón; al intelectual
misionero; al hombre magnánimo.
Otro de los asuntos que más le
interesan al novelista es justamente su relación con Ignacio de Loyola. Javier
era un nacionalista navarro e Ignacio, un centralista. Ignacio combatió contra
los hermanos de Javier en la toma de Pamplona... Pero la fe los puso en un
plano superior a esas cuestiones y se reconciliaron.
En definitiva, y como conclusión, el
libro relata pormenorizadamente la vida de Javier, a través de la ficción, en
los ojos del citado judío converso que en Lisboa huye de la Inquisición. La
primera parte del libro, se centra en el nacimiento -en el castillo de Javier-
y su estancia en París junto a San Ignacio y en la fundación de la Compañía de
Jesús. Muy bien ambientada la novela, pone a disposición del lector datos para
que se asimile la personalidad del santo y su formación. La segunda parte es
mucho más brillante, variada y amena, y roza los límites de lo pintoresco, ya
que relata los viajes a la India y Japón de San Javier, con descripción
detallada y basada en una rigurosa documentación de las hazañas de su misión y
de los personajes que aparecen en su vida en los distintos lugares a los que
acude. Se pone de relieve la fe y la abnegación profunda del personaje
principal, la misma que le mueve a navegar por aquellos mares y salvar las
almas de aquellos pueblos de oriente hasta que muere el 3 de diciembre de 1552
en la isla de Sancián, a las puertas de China.
A esta novela, hay que añadir
también la publicada igualmente con ocasión del centenario, del novelista de
Badajoz y sacerdote, Jesús Sánchez Adalid, titulada En
compañía del sol. Se trata de una aproximación a la personalidad de San
Francisco Javier, en el año en que se cumple el quinto centenario de su
nacimiento, centrada exclusivamente en la infancia y la juventud del santo
navarro.
Destaca esta novela por su amenidad,
por su calidad en la ambientación y sobre todo por la documentación rigurosa en
que se basa, aunque el componente ficcional también es muy destacable. Logra el
autor, con gran experiencia ya en el campo de la novela histórica, reflejar no
solo la personalidad del santo navarro, sino también los usos y costumbres de
la España de la época, ambientar muy bien la etapa parisina de San Javier y
finalmente mostrar una original visión
de los viajes y de la India en la época de San Javier.
Quien con tanta pasión recorrió
medio mundo para socorrer y confortar a sus semejantes, bien merecía este
reconocimiento de tan amenos novelistas.