8
de abril
Julián de
San Agustín (1553ca.-1606)
El beato Julián de San Agustín nace en Medinaceli
(Soria. España) entre los años 1550 y 1553, hijo de Julián Martinet y Catalina
Gutiérrez. Ingresa en el convento de Santa María de La Salceda (Segovia). Es
tal la vida de penitencia que lleva, que los superiores le invitan a dejar el convento. Acompaña al padre
Francisco de Torres, vestido de peregrino, en sus predicaciones. Ingresa de
nuevo en la Orden en la fraternidad de La Salceda, y por las penitencias tan
exageradas se le invita a dejar otra vez la vida franciscana. Se retira como
ermitaño a lo alto de un monte cercano. Come con los pobres en la puerta del
convento y pide limosna para el mantenimiento de los religiosos. Y, por tercera
vez, lo admiten en la Orden. Hace el noviciado y acompaña al P. Torres en sus
predicaciones, residiendo en Alcalá de Henares. Y aquí permanece el resto de
sus días salvo una breve estancia en el convento de Nuestra Señora de la
Esperanza de Ocaña (Toledo). Muere el 8 de abril de 1606 y el papa León XII lo
beatifica el 23 de mayo de 1825.
Común de Santos Varones
Oración. Señor, tú
que infundiste al beato Julián de San
Agustín el espíritu de perseverancia en la vida franciscana, haz que nosotros,
practicando las obras de caridad, merezcamos encontrarnos en día entre los
elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Nos gloriamos en las tribulaciones»
Que seamos salvados por la fe en Cristo, origina la paz
interior de sabernos aceptados por la bondad divina. Pero la vida es tozuda en
las cruces. No hay historia personal y colectiva que no tenga sus
tribulaciones. Es entonces cuando se prueba la constancia y la perseverancia de
la fe, pues las aflicciones purifican la fe y favorecen la fidelidad a la
respuesta que debemos dar a Dios por medio de su relación con Cristo Jesús.
Esta fidelidad termina en la esperanza cristiana, que la sostiene y funda el
amor de Dios, origen de todos los bienes.
Lectura
de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5,1-5
Salmo responsorial Sal
118,1.27.30.34-35.44
El
justo camina seguro en su vida personal, en sus relaciones familiares y
sociales, porque va de la mano de Dios en el país de la vida. No teme a nada ni
a nadie. Es la seguridad que da el cumplimiento de la Ley como expresión de la
voluntad divina.
V. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
Aleluya Heb
6,12
Aleluya.
Aleluya.
«No
seáis indolentes; imitad más bien a quienes, mediante la fe y la perseverancia,
heredan las promesas».
Aleluya.
Evangelio
«La tierra buena son los que con un corazón noble y
generoso escuchan la Palabra»
La parábola de la semilla traza el panorama de la gente
que seguía a Jesús. No todos iban con un corazón abierto y limpio para aceptar
el Reino. Las tensiones con el reino del mal se evidencia en la Palabra de Dios
que es arrancada de los corazones de los creyentes, o impiden su crecimiento, o
simplemente es una cosa más en la vida humana que no tiene especial
importancia. Sin embargo, siempre hay creyentes que responden al Señor con una
vida de amor que hace fructificar los dones recibidos para bien de los demás.
Son los que perseveran en el bien.
Lectura
del santo Evangelio según San Lucas
8,11-15
Para meditar
9 de abril
Tomás de
Tolentino (1260ca.-1321)
Común de Mártires
Oración. Dios de
misericordia, te rogamos humildemente que así como infundiste la fidelidad a tu
Hijo en el corazón de los pueblos por la predicación del beato Tomás de Tolentino, les concedas también
arraigar con firmeza en la fe recibida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
« Los recibió como sacrificio de holocausto»
El libro de la Sabiduría se une al coro humano de
protesta e incomprensión del sufrimiento de los justos. Poco a poco la
Escritura trata de buscarle un sentido. Una línea de comprensión es que Dios
los somete a pequeñas correcciones, pero la recompensa que les dará será enorme
(cf. Rom 8,18; 2Cor 4,17). La clave está en la fidelidad, la fe en Dios como
confianza. Si los justos permanecen fieles al Señor, Él al final de sus vidas
les recompensará; no les fallará, y les dará la vida eterna, o la resurrección de
entre los muertos.
Lectura del libro de la
Sabiduría 3,1-9
Salmo responsorial Sal
33,2-3.16-7.18-19
El
justo vive pendiente del Señor. Cuando el justo es perseguido o lo pasa mal por
cualquier causa, invoca el nombre del Señor y éste viene en su auxilio. Es la
experiencia cotidiana que se da en Israel. La crisis vendrá cuando se comprueba
que no siempre es así y los injustos les va mejor que a los justos en esta
vida.
V.
Bendigo al Señor en todo momento.
R.
Bendigo al Señor en todo momento.
Aleluya Mt
5,10
Aleluya.
Aleluya.
«Dichosos
los perseguidos por causa de la justicia,
porque de
ellos es el Reino de los cielos».
Aleluya.
Evangelio
«Los pelos de vuestra cabeza están contados»
Jesús crea hermanos y amigos en su ministerio por
Galilea. Y les comunica sus planes del Reino, sus inquietudes, sus
sentimientos, sus objetivos (cf. Jn 15,14-15). Los discípulos que recorren con
él los pueblecitos de Galilea comparten el mismo destino, destino de gloria,
que se lo dará el Padre del cielo (cf. Mc 10,35-40), y destino de sufrimientos
y de muerte (cf. Jn 15,18-21; 1Jn 3,13). Él no le ha fallado a sus discípulos,
y éstos, después de la Resurrección, deben serle fiel en todas las
circunstancias de la vida, porque ésta está mirada con benevolencia
permanentemente con el Padre.
Lectura
del santo Evangelio según San Lucas 12,4-7
Para meditar
«A vosotros a mis amigos os digo (Lc
12,4-7). En primer lugar [Jesús enseña a sus discípulos] a no temer a sus
asesinos o martirizadores por tres razones. La primera es porque solamente
tienen poder contra el cuerpo, y esto sólo por el tiempo de esta vida. La
segunda es porque hay que temer más bien al juicio de Dios y a su suplicio del
infierno, en el que incurriría uno negando la fe por temor de la muerte
temporal. La tercera es por la infalibilidad de la reparación final y total de
los martirizados. Lo dice en el texto: No
se venden cinco gorriones...? Y el sentido es que, si Dios tiene cuidado
pleno y diligente de los gorriones sin olvidarse de ellos, aunque valen tan
poco que cinco gorriones se venden por dos ases o por un óbolo, que vale dos
ases, mucho más cuidará de vosotros que morís por Él, ya que vosotros valéis
incomparablemente más que los gorriones. Por eso os digo que no sólo vuestros
miembros están contados en la presciencia de Dios para repararlos, sino también
todos vuestros cabellos» (Pedro Juan Olivi, Lectura
super Lucam, 12,4-7).
10 de abril
Marcos de
Bolonia (1405-1479)
Común de Pastores o Santos Varones
Oración. Dios y
Señor, creador del mundo, bajo cuyo gobierno se desarrolla la marcha de la
historia; atiende nuestras súplicas por intercesión del beato Marcos de Bolonia
y concede la paz a nuestros tiempos, para que nos gocemos incesantemente en la
alabanza de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Pero
si tenéis el corazón amargado por la envidia y el egoísmo, no andéis gloriándoos»
No todo transcurre en las primeras comunidades cristianas
como relata Lucas en los Hechos (2,24); también hay tensiones de todo tipo (cf.
1Cor 1,10; 2Cor 12,20; Flp 1,17), que provienen del egoísmo y la soberbia.
Éstas anidan en los corazones de los fieles que no desarrollan con fortaleza el
amor y la paz provenientes de la experiencia creyente. Cuando la fe anida en el
corazón es entonces cuando se descubre el mundo nuevo del Dios de Jesús que se
visibiliza en la misericordia, paz, comprensión, etc. Y es el mundo del Señor
el que debe prevalecer en las comunidades cristianas (cf. Mt 5,9; Flp 1,11).
Lectura de la carta del
Apóstol Santiago 3,13-18
Salmo
responsorial Sal
71,1-4.7-8.12-13.17
La
oración se dirige directamente a Dios para que el rey que gobierna a Israel
cumpla la justicia y la paz debida a la promesa contenida en la alianza. Es
Dios quien da la fuerza y la fortaleza, como a la vez la sabiduría a aquellos
que tienen la obligación de promover la paz y el entendimiento entre las gentes
y los pueblos. Es decir, favorecer la vida creada por Dios.
V.
Que en sus días florezca la justicia y la paz.
R.
Que en sus días florezca la justicia y la paz.
Aleluya Jn
14,27
Aleluya.
Aleluya.
«La
paz os dejo —dice el Señor—, mi paz os doy».
Aleluya.
Evangelio
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también
os envío yo»
Jesús resucitado saluda a los discípulos con el mensaje
de paz que les mandó dar a los pueblos de Galilea cuando les envió a
Evangelizar (cf. Mc 16,15); era el deseo permanente que se daban los
israelitas: que se tenga paz con Dios, con la familia, con la sociedad, consigo
mismo. Y para que esto sea una realidad, amplía el mandato con la donación de
la capacidad de perdonar los pecados, es decir, de abrir las puertas a los
corazones para que puedan establecer relaciones personales de amor con Dios,
con los demás y con la creación. Dios, por tanto, es el verdadero donador de la
paz al infundir el amor que crea y recrea la vida, porque es capaz de perdonar.
Lectura
del santo Evangelio según San Juan 20,19-23
Para meditar
Cuenta la
Leyenda de Perusa cómo Francisco reconcilia al obispo Guido y el podestá de
Asís. En el año 1225 el obispo excomulga al podestá, y éste prohíbe vender
cualquier cosa al obispo estableciéndose un fuerte odio entre los dos.
Francisco al tener noticia de la lucha, compone la estrofa del Cántico: «Loado
seas tú, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor». Manda reunir a todos
en la plaza del obispado, un hermano canta el verso y el podestá dice: «En
verdad os digo que no sólo perdono al señor obispo, al que debo reconocer como
mi señor, sino que perdonaría al asesino de mi hermano o de mi hijo [...] El
obispo le tendió las manos y le levantó, diciendo: “Mi cargo exige en mí
humildad, pero tengo un carácter pronto a la cólera; te pido me perdones”. Los
dos se abrazaron y besaron con gran ternura y afecto» (Leyenda de Perusa, 84).