Desde la Trinidad.
El
advenimiento de Dios entre historia y profecía.
De Piero Coda
El profesor P. Coda es Director del
Instituto Universitario de Sophia (Loppiano. Italia), centro de estudios del
Movimiento de los Focolares. Es consultor de los Consejos Pontificios de
Ecumenismo y de los Laicos. Ha publicado varias obras sobre la Trinidad. Entre
otras tenemos en español: Acontecimiento
Pascual. Trinidad e Historia (Salamanca 1994) y Dios Uno y Trino. Revelación, experiencia y teología del Dios de los
cristianos (Salamanca 2010). Es uno de los grandes pensadores del Misterio
Trinitario, entre teólogos como K. Barth, A. Cordovilla, A. Cozzi, G. Greshake
, L. F. Ladaria, J. Moltmann, K. Rahner,
J. M. Rovira Belloso, J. A. Sayés, etc. Como se observa, la teología del siglo
XX ha profundizado una y otra vez en el Misterio central de la fe cristiana.
La obra que
presentamos comprende cinco partes, o etapas del camino de acceso al Señor,
como las llama el autor. En la primera se trata de un acercamiento al Misterio
desde los estudios e investigaciones ofrecidos en nuestro tiempo. El estudio
propiamente dicho abarca las tres partes
siguientes. Se comienza con la memoria de la relación del Señor con la historia
humana, desde Israel hasta Jesucristo, quien es la última y definitiva
revelación de Dios al hombre para regenerarlo y recrearlo, toda vez que se
alejó, desde su libertad, de la obediencia divina. El autor muestra un
conocimiento exhaustivo de la Escritura y Tradición conciliar y teológica de la
Trinidad en los Padres, en el Teología Escolástica con Ricardo de San Víctor, Tomás de Aquino,
Buenaventura, que recoge la experiencia de Francisco de Asís sobre su seguimiento
de Cristo crucificado que le introduce en
la inmensidad del Padre. El cristocentrismo franciscano conduce a Buenaventura
a comprender a Cristo como mediador
universal y definitivo entre Dios y sus criaturas y entre éstas y Dios,
llegando a ser un Padre que establece relaciones filiales con todo lo
existente. Cristo es el recapitula toda la historia humana y la creación en su
relación con el Padre; se sitúa en el centro,
en el medio de todas las relaciones
de Dios y los hombres y de los hombres entre sí, porque como Logos ya está en
el centro de las relaciones de las Personas que constituyen la Trinidad. Como Francisco piensa, sobre todo a raíz de Pedro
Juan Olivi, la historia es la traducción temporal y contingente de las
relaciones eternas entre las Personas divinas, lo que conlleva una orientación
de la vida esencialmente trinitaria. Escoto, de una forma histórica —el Logos
no es centro de las relaciones, sino Jesús de Nazaret— continúa y profundiza el
cristocentrismo franciscano, que, no obstante, «lo ve todo desde Dios» (490). El autor
prosigue su andadura histórica con los místicos castellanos, idealistas
alemanes, teologos del siglo XX, terminando con la mística trinitaria de Clara
Lubich (569-588).
Es muy
interesante la última parte. Es donde se expone cómo ilumina el Misterio
Trinitario nuestra cultura e historia contemporánea, dando respuesta a los
importantes desafíos que afectan a todos. Estamos aprendiendo a pensar de una
forma global, porque las propuestas que nuestras culturas ofrecen tienen
repercusiones universales. Los medios de comunicación y los intereses
económicos son tan potentes y entrelazados, que nos vemos todos implicados en
un destino común y avocados a resolver conjuntamente nuestros problemas.
Entonces caemos en la cuenta que la Trinidad, el centro de nuestra fe, no es
una cuestión personal, íntima, donde sólo nos afecta como seres individuales.
La fe trinitaria atañe a las relaciones con los demás, a las relaciones entre
los grupos y culturas, y éstas situadas en un universo cósmico cada vez más
presente en la vida humana. Y desde la Trinidad se aborda lo que ya Pablo
alumbra en Efesios, Colosenses, etc., como
un camino de amor, en cuanto Dios mismo se nos da en Jesús y ambos permanecen
presentes en la historia por su Espíritu, la relación de amor que mantiene a la
creación entera unida a Ellos. La Trinidad influye a la persona, pero también a
la historia y al cosmos. Dios Padre, al decir de Rahner, que ha generado al
Otro de sí , el Hijo/Verbo y por amor ha creado a todo lo que existe fuera de
sí, se implica con su Espíritu en reconciliar a todos los seres consigo mismos
y con Él. No es extraño pensar desde el ámbito cristiano, que el principio de
lo que existe y su término (alfa y omega) es trinitario (648).
Secretariado Trinitario, Salamanca
2014, 712 pp., 14 x 22 cm.