domingo, 23 de noviembre de 2014

Adviento I. «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento».



                                                      DOMINGO I DE ADVIENTO (B)

                                       «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento»

            Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 33-37

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento.
            Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejo su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
            Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
            Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: !Velad!»

       1.- Texto. Marcos relata la predicción de Jesús sobre la destrucción del grandioso templo y la ruina de la ciudad santa de Jerusalén. Dice Jesús: «¿Veis estas grandes construcciones? No quedará piedra sobre piedra, que no sea demolida» (Mc 13,2).  Los discípulos, curiosos, le preguntan cuándo sucederán tales acontecimientos, y Jesús les responde que no lo sabe, «sino sólo el Padre» (Mc 13,32). Y a continuación les cuenta la parábola de aquel amo que se puede presentar de improviso y pedir cuenta a los siervos de su trabajo. Lo importante es que no los encuentre dormidos, sino cumpliendo sus responsabilidades. Estar atentos al encuentro con el Señor es una actitud que Jesús recomienda en el huerto de los Olivos a Pedro, Santiago y Juan  (cf. Mc 14, 34), para no caer en la tentación, para no desviarse de los objetivos fundamentales de la vida.

       
2.- Mensaje: .- Comienza el Año Litúrgico con la preparación de la celebración del nacimiento de Jesús. Y con esta ocasión, la Liturgia nos recuerda la segunda venida, cuando el Señor vendrá en su gloria para desvelar la verdadera historia colectiva y personal de todas las generaciones humanas. Por eso, el Evangelio continúa con los avisos constantes que hemos escuchado en los últimos domingos con las parábolas de Mateo sobre los talentos, las doncellas, el juicio final, etc. Estar vigilantes implica a los dos protagonistas de la salvación humana. El primero es el Señor con su actitud de bondad, y de bondad misericordiosa, que desea siempre el encuentro definitivo con todos para que sus criaturas, que son sus hijos en su Hijo Jesús, puedan alcanzar la felicidad eterna. El otro protagonista es el ser humano, tanto individual como colectivo. Y la actitud es la apertura del corazón a Él para saber de su amor permanente, y la apertura amorosa a los demás para contribuir a la construcción del Reino en la historia, cuya responsabilidad única recae sobre la libertad del hombre, de la sociedad y de la cultura que crea y transmite.
       
       
3.-Acción.  La mayoría de la gente pasa la vida elaborando proyectos que  hacen trabajar, soñar, ilusionarse. La sociedad, la familia, cada persona anida en su corazón la íntima convicción que será más que la generación anterior, porque poseerá más medios para vivir y disfrutar los bienes que exhiben otros ante nuestros ojos: salud fuerte, familia estable, trabajo digno, amigos fieles y reconocimiento social. Se espera  la autonomía suficiente para hacer lo que se desea en cada época de la vida. Esto es bueno, si estas esperas básicas de todos los hombres se introducen en la esperanza que vehicula las realidades eternas. Es decir, los sueños que hacen tener más cosas, se haga más justicia, se experimente más libertad, más gozo, se integran en la relación de amor con el Señor, que es el que da el sentido y el valor último a cada espera, que no es otro que la vida feliz  para siempre. Porque se sabe que, o se alcanza lo que se desea, o se frustra la persona; o si se alcanza, se espera tener más; o, al cumplir años, se cambia el sentido del gozo y de la posesión.  Todo la vida es un caminar insaciable, o conformista, pero que en cualquier momento puede desaparecer. Hay que introducir la vida con todas sus conquistas en la esperanza de eternidad; en la esperanza de lo que de ella permanece para siempre, que no es otra cosa que su dimensión de amor.



Santos y Beatos de la Familia Franciscana: 25 al 30 noviembre

25 de noviembre
Isabel Bona (1386-1420)

            La beata Isabel Bona nace en Waldsee (Württemberg. Alemania) el 25 de noviembre de 1386; es hija de Juan Achler y de Ana. Ingresa en la OFS a los14 años, y a los 17 años en una comunidad de la Orden. Se le encarga el oficio de la cocina. Lleva una vida de oración y penitencia, y es amante de la soledad. Se la llama reclusa, porque no sale del convento. Padece la lepra y otras enfermedades graves. Se une a la pasión de Cristo pobre, y padece sus signos, como heridas de espinas en la cabeza, de flagelación en el cuerpo y los estigmas en las manos, pies y pecho. Muere en Reute (Baden-Württemberg. Alemania) el 25 de noviembre de 1420, a los 34 años de edad. El papa Clemente XIII aprueba su culto el 19 de junio de 1766.

                                               Común de Santas Mujeres

            Oración. Señor Dios, que cada año nos alegras en la fiesta de la beata Isabel Bona, concede a los que celebramos su memoria imitar también los ejemplos de su vida admirable. Por nuestro Señor Jesucristo.


25.1 de noviembre
Humilde de Bisigniano (1582-1637)

            San Humilde nace el 26 de agosto de 1582 en Bisigniano (Cosenza. Italia); es hijo de Juan Pirozzo y de Ginevra Giardino. Ingresa en el noviciado de los frailes menores de Mesoraca (Crotona) en el año 1609. Profesa el 4 de septiembre de 1610. Se le encarga el oficio de limosnero, atender el servicio de la mesa de la comunidad, cultivar el huerto, etc. Practica la oración continua, teniendo una actitud obediente, humilde y dócil. Ayuda a las personas necesitadas a quienes distribuye parte de lo que recibe de la Providencia. Es consejero de General Benigno de Génova, y de los papas Gregorio XV y Urbano VIII. Vive en el convento de San Francisco a Ripa y en el de San Isidoro en Roma. Muere el día 26 de noviembre de 1637, en Bisigniano. El papa León XIII lo beatifica el 29 de enero de 1882 y Juan Pablo II lo canoniza el 19 de mayo del 2002.

                                               Común de santos Varones

            Oración. Dios nuestro, que otorgaste a San Humilde la gracia de imitar a Cristo pobre y crucificado, concédenos por sus ruegos que, viviendo con fidelidad nuestra vocación, podamos alcanzar aquella perfección que tu Hijo nos propuso con su ejemplo. Que vive y reina contigo.

25.2 de noviembre
Luis Beltrame (1880-1951) y María Luisa Corsini (1884-1965)

            Luis Beltrame Quattrocchi nace en Catania (Sicilia. Italia) el 12 de enero de 1880. Estudia Derecho en Roma y llega a ser Abogado del Estado. En la ciudad eterna conoce a María Luisa Corsini, nacida en Florencia (Toscana. Italia) el 24 de junio de 1884, profesora y escritora. Se desposan el 25 de noviembre de 1905 en la capilla de Santa Catalina de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. Pertenecen a la Orden Franciscana Seglar. Casados durante cincuenta años, tienen cuatro hijos: Felipe, Estefanía, César y Enriqueta. Responsables en sus respectivos trabajos, llevan una vida intensa de fe con asistencia diaria a la Eucaristía, la devoción filial a la Virgen María, invocada con el Rosario rezado todas las noches. Promueven intensamente la justicia, la enseñanza y la ayuda a los pobres y necesitados. Modelos de educación a sus hijos, lo son también de familia cristiana. Transforman su trabajo en una fuente de santificación como pareja. Luis muere en 1951 y María en 1965. El papa Juan Pablo II los beatifica el 21 de octubre de 2001 y establece su fiesta el día en el que contrajeron matrimonio: el 25 de noviembre.
  
                                   Común de Santos Varones o Mujeres

            Oración. Dios misericordioso, por la gloria de los beatos Luis y María Luisa nos ofreces el supremo testimonio de tu amor; concédenos, por tu bondad, que ayudados por su intercesión y estimulados por su ejemplo imitemos fielmente a tu Hijo. Que vive y reina.


26 de noviembre

Leonardo de Porto Mauricio (1676-1751)

            San Leonardo nace el 20 de diciembre de 1676 en Porto Mauricio (Liguria. Italia); es hijo de Domingo Casanova y Ana María Benza. Estudia Humanidades y Filosofía en el Colegio de los Jesuitas en Roma. A los veintiún años ingresa en la Comunidad de los franciscanos de la Reforma. Viste el hábito franciscano el 2 de octubre de 1697. Después de cursar los estudios eclesiásticos, es ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1702. Destinado primero como profesor de Filosofía, se dedica después a la evangelización. En 1709 se traslada al convento de San Francisco al Monte de Florencia, donde trabaja en el establecimiento y organización de los conventos-retiro de la Orden. En 1717 crea una fra-ternidad-retiro en la colina de El Encuentro, bajo el espíritu de San Pedro de Alcántara y del beato Buenaventura de Barcelona. Desde 1708 hasta su muerte en 1751, San Leonardo se dedica a la predicación de las misiones populares. Escribe un “Reglamento de misiones”, en 1712, que ha perdurado hasta nuestros días. Inaugura un Víacrucis en el Coliseo de Roma y en todas las iglesias donde predica. Logra erigirlo en 571 iglesias de Italia. También propaga la devoción del Santísimo Sacramento, la del Sagrado Corazón de Jesús y la del Inmaculado Corazón de María. Muere en Roma el 26 de noviembre de 1751. El papa Pío IX lo canoniza el 29 de junio de 1867. El 17 de marzo de 1923, Pío XI lo nombra patrono de los sacerdotes que se dedican a las misiones populares.
  
                                   Común de Pastores o de Santos Varones

            Oración. Dios rico en misericordia, te rogamos que, así como hiciste a San Leonardo un predicador insigne de la pasión de tu Hijo, propagando la devoción del Vía Crucis, nos concedas, por su intercesión, meditar esos mismos misterios de Cristo y merecer los frutos de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo.

27 de noviembre
Bernardino de Fossa (1420-1503)

            El beato Bernardino nace en Fossa (Áquila. Italia), el año 1421. Estudia en Perusa, donde se doctora en Jurisprudencia. En 1445 ingresa en el convento de Monterrípido de Perusa. Profesa la regla en manos de San Jaime de la Marca. Ordenado sacerdote, se dedica a la predicación siguiendo a San Bernardino de Siena, del que imita el espíritu de fe y recogimiento, prudencia, humildad y modestia. Dirige la re-forma de las fraternidades de Gubbio, Stroncone, Áquila, etc. Es vicario provincial varias veces y vicario de Bosnia y Dalmacia entre los años 1464-1467. También desempeña el cargo de Procurador general de la observancia cismontana ante la Curia romana entre 1467 y 1469; toma parte de los capítulos generales cismontanos de L’Áquila (1452), Asís (1455), Milán (1457), Roma (1458) y Mantua (1467). Funda varias fraternidades, entre las que se cuenta la de Santo Ángel d’Ocre, en la que vive mucho tiempo. Se retira al convento de San Julián, en las cercanías de L’Áquila. Muere el 27 de noviembre de 1503. El papa León XII aprueba su culto el 26 de marzo de 1828.

                                                Común de Pastores o de Santos Varones

            Oración. Dios nuestro, que llamaste al beato Bernardino para que buscara tu Reino en este mundo por la práctica de la caridad y oración perfecta, concédenos que, fortalecidos por su intercesión, avancemos por el camino del amor con espíritu gozoso. Por nuestro Señor Jesucristo.


27.1 de noviembre
Francisco Antonio Fasani (1681-1742)

            San Francisco Antonio Fasani nace en Lucera (Foggia. Italia), el 16 de agosto de 1681. A los 15 años ingresa en la Orden de los Frailes Menores Conventuales. Emite sus votos religiosos en Monte S. Ángelo. Cursa sus estudios eclesiásticos en los colegios de Venafro, Agnone, Montella, Aversa y Asís, junto a la tumba del Seráfico Padre San Francisco, donde fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1705. Defendida la tesis doctoral, es profesor de Filosofía en el convento de San Francisco en Lucera. Desempeña las funciones de superior, maestro de novicios, maestro de estudiantes, profesor y ministro provincial de la provincia religiosa de San Miguel Arcángel en Pulla. Se distingue por llevar una vida inocente y por su actitud humilde, penitente, servicial con los hermanos y con la gente; tiene una devoción especial al Sagrado Corazón y a la Virgen Inmaculada. Predica durante 35 años en las ciudades y los poblados de Pulla Septentrional y de Molisa. Muere en Lucera el 29 de noviembre de 1742. El papa Pío XII, el 15 de abril de 1951, lo beatifica y Juan Pablo II lo canoniza el 13 de abril de 1986.

                                   Común de Pastores o de Santos Varones

            Oración. Oh Dios de bondad, que en San Francisco Antonio Fassani nos has dado un modelo de perfección evangélica y un ferviente apóstol de tu Palabra, concédenos, por sus méritos y su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y solícitos en la caridad, para obtener así la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

28 de noviembre
Jaime de La Marca (1394-1476)

            San Jaime nace en Monteprandone (Áscoli Piceno. Italia) el 1 de septiembre de 1394. Se doctora en Derecho Civil en Perusa hacia 1412. Trabaja como juez en Bibbiena (Arezzo. Italia) y como notario en la cancillería municipal de Florencia. Ingresa en la Orden en julio de 1416, haciendo la profesión en Asís. Es discípulo de Juan de Capistrano y Bernardino de Siena. En 1423 es ordenado sacerdote. Consigue la paz entre las ciudades de Fermo y Áscoli en 1446 y en 1463. Lucha contra las herejías de los bogomilos en Bosnia y de los husitas en Austria y Bohemia. Predica también en Ale-mania, Suecia, Dinamarca, Polonia y Hungría; difunde la devoción al nombre de Jesús. Cuando San Juan de Capistrano muere en 1456, lo sustituye como comisario de la Orden en Hungría. En el Concilio de Basilea promueve la unión de los husitas moderados con la Iglesia, y en el de Florencia, la de las Iglesias ortodoxa y latina. Predica la cruzada contra los otomanos. En Italia, combate también el movimiento radical de los fraticelli. Calixto III, en 1455, lo nombra juez en la cuestión entre los franciscanos conventuales y los observantes; su decisión, publicada el 2 de febrero de 1456, no complace a ninguna de las partes. Instituye diversos Montes de Piedad como instituciones de crédito sin afán de lucro, pozos y cisternas públicas. Da estatutos civiles a once ciudades y funda numerosas fraternidades laicas, siendo uno de los precursores del asociacionismo católico. Muere en Nápoles el 28 de noviembre de 1476. El papa Urbano VIII lo beatifica el 12 de agosto de 1624 y Benedicto XIII lo proclama santo el 10 de diciembre de 1726.

                                   Común de Pastores o de Santos Varones

Oración. Dios generoso en clemencia, que, para la salvación de los hombres y conversión de los pecadores, confiaste la predicación de tu Evangelio a San Jaime de La Marca, concédenos, por sus méritos, el verdadero arrepentimiento de nuestras culpas y la gracia de la eterna salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.

29 de noviembre
Todos los santos de la Orden Franciscana

            El papa Honorio III, el 29 de noviembre de 1223, aprueba la Regla de la Orden. En su aniversario se recuerda a todos los hermanos que han alcanzado la gloria del Padre, finalidad del escrito de San Francisco. El proyecto de vida y el carisma de Francisco es seguir a Cristo pobre y crucificado, servirlo a la Iglesia y, al servirlo, alcanzar la santidad y salvación prometida por Dios Padre. “Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos” (Jn 17, 20-26). Y San Francisco pre-dice: “Carísimos, consolaos y alegraos en el Señor; no os entristezcáis por el hecho de ser pocos; no os asustéis de mi simplicidad y de la vuestra, porque, como me ha revelado el Señor, él nos dará una innumerable multitud y nos propagará hasta los confines del mundo. Vi una gran multitud de hombres venir hacia nosotros, deseosos de vivir con el hábito de la santa religión y según la regla de nuestra bienaventurada Orden”.


          Oración. Dios, rico en misericordia, que has enriquecido a tu Iglesia con la santidad de innumerables hijos e hijas de la Familia Franciscana, concédenos a los que celebramos en una misma fiesta los méritos de todos ellos, seguir sus huellas en la tierra y obtener el premio de la salvación en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.


30 de noviembre
Andrés, Apóstol

            San Andrés, originario Betsaida, es hermano de San Pedro. Dice a Jesús que un muchacho tiene unos panes y unos peces cuando la multiplicación de los panes y los peces.

                                               Del Común de Apóstoles


            Oración. Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol San Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.

Cristo y las Religiones. II


                                               CRISTO Y LAS RELIGIONES
                                                                 II
                                                          

                                                              El debate cristológico (nn. 18-21)

                                                           

                                                                              Álvaro Garre Garre
                                                                                Instituto Teológico de Murcia OFM
                                                                                                           Pontificia Universidad Antonianum
                                                                                         

Teología y cristología están inextricablemente unidas. ¿Cómo puede un acontecimiento particular en el tiempo, como la Encarnación, tener un significado universal? La unicidad y universalidad de Jesucristo afirmada por el cristianismo puede representar un escollo para un diálogo que quiera ser respetuoso con las otras tradiciones religiosas. Lo que aquí se plantea es si hay otros mediadores de la salvación además de Jesucristo. Por tanto, el problema cristológico está vinculado con el del valor salvífico de las religiones. El documento se detiene en las consecuencias cristológicas de las posiciones teocéntricas. La primera consecuencia sería el “teocentrismo salvífico”, que admite una pluralidad de figuras salvíficas.
De una parte, hay un grupo de teólogos que atribuyen a Cristo no un valor constitutivo, sino normativo, en la medida que su persona y vida manifiestan plenamente el amor de Dios a los hombres. Como señala la CTI, la cristología normativa presenta un problema de fundamentación, ya que no justifica la normatividad de Jesús, ni ad intra ni ad extra del cristianismo.
De otra parte, están los teólogos que defienden un teocentrismo con cristología no normativa. Al separar a Cristo de Dios se elimina la pretensión de absolutez del cristianismo. Con ello se facilita el diálogo interreligioso, a costa de contradecir la fe calcedonense. Según estos teólogos, el dogma cristológico es resultado de una “helenización” de la fe cristiana, esto es, una “expresión históricamente condicionada por la filosofía griega, que debe ser actualizada porque impide el diálogo interreligioso” (n. 20). La encarnación no sería un hecho histórico –una expresión objetiva-, sino mítico –metáfora, poesía-, cuya verdadero significado no sería otro que mostrar que el amor de Dios “se encarna en hombres y mujeres cuyas vidas reflejan la acción de Dios”.
Las proposiciones referentes a la exclusividad salvífica de Jesucristo pueden explicarse por el Sitz im Leben, ya que reflejarían: la concepción de la verdad de la filosofía griega (sólo una verdad cierta e inmutable); una mentalidad escatológico-apocalíptica (profeta final, revelación definitiva); y la actitud de una minoría cognitiva perseguida (lenguaje de supervivencia, único salvador). La consecuencia de todo ello es que Jesucristo, según los defensores de la cristología no normativa, no puede ser considerado el único y exclusivo mediador, sino un mero “intermediario” –“la forma humana de Dios”- entre Dios y el hombre. En palabras de John Hick, Jesucristo sería totus Deus –totalmente Dios-, pero no totum Dei -la totalidad de Dios-. En palabras de la CTI: “totum Verbum, sed non totum Verbi”. En suma, al considerar los teólogos pluralistas que el Logos es mayor que Jesús, entienden que Aquel puede encarnarse también en los fundadores de otras religiones.

 
John Hick, 
También se ha afirmado que Jesús es Cristo, pero Cristo es más que Jesús. Con ello se afirma la presencia activa y universal del Logos en las religiones, pero a costa de prescindir del dato neotestamentario, que une inseparablemente el Logos a Jesús. Finalmente, otra tendencia teológica (pneumacentrismo) atribuye al Espíritu Santo la acción salvífica universal de Dios, que no llevaría necesariamente a la fe en Jesucristo.

El nacimiento del hombre

                                         Francisco de Asís y su mensaje

                                                                            V

                                                  Francisco de Asís y la historia del hombre


           
Hagamos un poco de historia. La Tierra se forma hace unos 4.540 millones de años y el hombre 200.000 años como animal inteligente. Su potencia intelectual es equivalente al de la actualidad, pero para desarrollarla necesitó miles de años. Por más que haya avanzado la ciencia, todavía no se puede explicar con seguridad la cadena que une el nacimiento y las diferentes etapas de la vida. Lo cierto es que la evolución muestra que los seres vivos formamos parte de un orden que se inscribe en la historia de la Tierra. En la lenta y constante evolución de la vida se establece una «raza/phylon» cuya composición proviene de la evolución de unos organismos interdependientes originados de una misma forma fundamental. Se separan en un tiempo los homínidos no humanos y los homínidos humanizados. Sin adentrarnos en el porqué de esta separación, lo importante es que se produce un proceso genético en el que se comprueba la evolución de unas formas antiguas en otras nuevas por la transformación de aquellas, y que, en parte, permanecen en las que se originan como nuevas. La innovación genética resultante depende esencialmente de la anterior que subsiste en el nuevo ser pero transformada. La transformación de las estructuras morfológicas prehumanas deja en el camino elementos que ya no son básicos para la supervivencia y aparecen otros nuevos que responden a las nuevas posibilidades de vida que se generan de la nueva forma. El hombre, pues, nace de un homínido prehumano. La causas de la evolución pueden ser físicas, si provienen del medio ambiente, de las mutaciones génicas, aunque no se pueden excluir otros factores como la competición, el dominio, el poder, etc., que pertenecen al ámbito psíquico. En uno y otro caso, afectan a los genes del ser que se origina. No estamos hablando de una intervención externa que provoque una transformación cualitativa de la que resulte el hombre como animal racional, como un tiempo se pensó que Dios insufla el alma en un momento determinado de la evolución genética de los homínidos.
           
Establecido el género «homo», éste se constituye por medio de diversos niveles que comprenden la dimensión somática y psíquica. La última etapa del género «homo» presenta dos especies humanas inteligentes que coexistieron por un tiempo. La primera, «hombre de Neandertal», proviene del «homo heidelbergensis» en el que evoluciona el «hombre erectus/ergaster». El «hombre de Neandertal» no es el antepasado del «homo sapiens», sino una especie paralela a ésta. Vive en Europa y Oriente Medio hace unos 230.000 años. La segunda es el nombrado «homo sapiens» y se encuentra con la anterior hace unos 90.000 años en el Próximo Oriente. Con el tiempo desaparece el «hombre de Neanderthal», quizás hace unos 28.000 años. El «homo sapiens», nuestro antecesor, se expande desde Etiopía hacia Europa entorno a 45.000 años. Se ha encontrado una muestra de arte de hace unos 75.000 años, los primeros grafismos se dan entre 40.000 y 35.000 años y las primeras escrituras entre 5.500 y 5.000 años. Esto quiere decir que hay una evolución de una inteligencia que actúa en contacto con la realidad, de aprehender las cosas como realidades, a otra con capacidad de abstracción. No se necesita el contexto vital para el desarrollo de la naturaleza intelectiva racional humana. La potencia del pensamiento abstracto que prueba el arte, la lengua y la escritura demuestra que el hombre supera la etapa de la inteligencia que procede sólo de estímulos exteriores y se expresa por signos. El desarrollo de la inteligencia alcanza una dimensión en la que es posible la conciencia de sí mismo y de su existencia en comunidad, busca medios para mantenerla, defenderla y hacerla progresar. La imaginación le hace poblar e interpretar lo desconocido y lejano con otra clase de seres superiores, a los que venera para que le ayuden en la conservación de la vida, o le defiendan de las acometidas de la naturaleza, tenidas como castigo de ellos. Así, pues, cree en seres superiores y, por medio de ritos concretos, se pone en comunicación con ellos. Quizás ciertas manifestaciones artísticas van en este sentido.
           
A la lenta evolución física se contrapone la rápida evolución cultural. Hace unos 20.000 años se dan grupos humanos que encuentran parajes fértiles que se regeneran antes de ser consumidos. Hay muestras en el noreste de África y en el actual Egipto. Entonces permanecen en estos territorios para cultivarlos, fundamentalmente cereales, con lo que se crean poblados: el hombre se hace sedentario. Se conservan restos de cabañas de madera, adobe y piedra entre los años 15.000 y 10.000 en Palestina. A continuación el hombre es capaz de domesticar animales y asegurarse la alimentación. Para mantenerlos debe ir en busca de pastos, con lo que se alterna la vida sedentaria que exige la agricultura con la nómada. Junto a la ganadería y la agricultura se trabaja la cerámica en Palestina y Siria.
            El agrupamiento humano no se formaliza por medio de una suma de individuos, sino que vive y se relaciona en unas instituciones que lo moldean con el tiempo: la familia, el trabajo, la economía, las relaciones sociales, la religión, etc.; ellas determinan la identidad a las personas dentro del grupo en el que viene a la existencia. Estas instituciones entrañan tanto elementos físicos: los alimentos, los vestidos, las construcciones, las herramientas para el trabajo, etc.; como elementos simbólicos: las creencias, los valores, la comunicación, el arte, las normas de convivencia, etc. Pero, a la vez, la cultura capacita al hombre para reflexionar y ampliar el campo de su conciencia y libertad; aprender y encarnar un conjunto de valores que dan consistencia al grupo, haciendo posible actuaciones individuales y grupales que sobrepasan la vida personal y colectiva de una o varias generaciones. Conforme se avanza en el tiempo, y según sea el contexto espacial, o medio ambiental en el que se desarrollan los grupos humanos, se acentúan unos u otros elementos que constituyen los sentidos de vida de los pueblos. En definitiva, la cultura la crea el hombre, y la crea de una forma consciente y libre, a diferencia de los procesos de la naturaleza y de los animales, que obedecen a sus códigos genéticos de conservación y reproducción dentro del marco evolutivo del mundo.
           
Los acontecimientos que realizan los hombres que responden a los sentidos de vida que establecen las culturas, cuando se ordenan, se relacionan entre sí y se les proporciona un significado a partir de su propio contexto, se deduce que el hombre no sólo es cultura, sino también historia. El hombre es un ser inconcluso, se forma poco a poco y se hace en comunidad, perteneciendo a un pueblo con sus estructuras culturales. El devenir humano narrado con los hechos del pasado se mantiene en el tiempo cuando se reconstruyen, porque su interpretación se hace siempre en un presente; pero no se queda aquí. La comprensión de los acontecimientos remite a una tradición que se proyecta al futuro si se abre a un horizonte universal en el que se contemple a toda la humanidad caminando. Los escasos datos aportados de cómo evoluciona el hombre es una muestra de ello; los mitos que las culturas elaboran para narrar el origen de los pueblos, su fin y cómo debe transcurrir la existencia son un símbolo de la conciencia de la vida humana, y el relato escrito de los acontecimientos más importantes de las culturas es la prueba de que el ser humano se realiza en el espacio y en el tiempo.
           
La naturaleza con su devenir y ritmos permanentes que remiten a unas leyes constantes y universales, por una parte, y la razón y la libertad humanas, por otra, determinan el discurrir histórico del hombre y rompen el círculo cerrado que traza la genética. Entonces la historia humana se puede entender como una sucesión ininterrumpida de cosmovisiones parciales de los pueblos, absoluta en sí misma cuando se experimenta, y relativa cuando se observa y narra desde otra cosmovisión posterior. En la elaboración de estas cosmovisiones pueden intervenir la libertad y la razón, o simplemente la historia humana se une a la naturaleza y a su evolución a partir de estructuras surgidas del azar, cuyo término puede ser la autoaniquilación, o la ausencia de energía, etc. El cristianismo, por el contrario, tiene otra comprensión de la historia humana.