Domingo XXVI (A)
«Las prostitutas van por delante de
vosotros en el reino de Dios»
Lectura del santo
Evangelio según San Mateo 21,28-32
¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero
y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”.
Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él
le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad
de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo
que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de
Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le
creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después
de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».
1.-
Texto.- Jesús expone la parábola a las
autoridades de Jerusalén. Es una comparación dicha en el templo. Jesús pone voz
al descontento del pueblo de Israel, que rechazaba la hipocresía de los sumos
sacerdotes, escribas y fariseos. Ellos cumplían la legalidad vigente, sobre
todo aquella que regulaba la vida cotidiana, sin embargo descuidaban la ley
como expresión de la voluntad divina, que siempre favorecía a los pobres, a los
débiles y a las viudas, según la gran tradición profética del siglo VIII a.C. Por
eso la transposición que hace Jesús de la parábola es mordaz: las prostitutas y
los ladrones ―publicanos―, los peores vistos en la sociedad, les precederán en
el Reino futuro, porque escucharon la palabra del Señor y fueron capaces de
convertirse, de cambiar de vida. Dicen
no a Dios con sus vidas, pero después se acercan al ámbito de su amor.
2.-
Mensaje. El texto nos recuerda la lucha permanente que
sostiene Jesús con los garantes de la religión israelita en el ámbito
institucional ―sumos sacerdotes―, intelectual ―escribas― y espiritual
―fariseos. En los evangelios tenemos ejemplos de sobra donde Jesús va
recogiendo a la gente excluida por su oficio: prostitutas, recaudadores al
servicio del Imperio, pastores; o por pecadores: adúlteras, impuros, etc. ,
alejados de las normas divinas que regulan la convivencia en Israel. El
recaudador Leví (Mt 9,9), el publicano que reza en el templo (Lc 18,9-14),
Zaqueo que invita a Jesús a comer (Lc 119,1-10), María que limpia con sus
lágrimas los pies de Jesús (Lc 7,36-50), la adúltera que intentan lapidarla (Jn
8,1-11), etc. No es extraño que digan de Jesús: «Comilón y borracho amigo de
publicanos y pecadores» (Mt 11,16-19); aunque él se despache bien de ellos en
el cap. 23 de Mateo. De esta forma, el cristianismo será relevante en la
sociedad si como los PP. Pajares y García Viejo se acercan a los excluidos del
ébola, las dominicas denuncian las mujeres que se venden como esclavas en Irak,
o los franciscanos descubren que Europa está ayudando a los terroristas
islámicos en Siria. Y así millones de casos donde descuidamos al que sufre,
pasando de largo con una hipocresía que insulta a la conciencia cristiana y
humana.
3.
– Acción. El hijo que dice no, y después obedece yendo a la viña
no es otro que el buen samaritano (Lc 10,35-37). Su corazón, su actitud es la
que debe presidir el sentido de vida cristiana, diciendo que va a la viña, o
rechazando la invitación de su dueño. Recordémoslo. Jesús narra que «un samaritano que iba de camino llegó a
donde estaba el herido, lo vio y se compadeció.
Le echó aceite y vino en las heridas y se las vendó. Después, montándolo en su
cabalgadura, lo condujo a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos
denarios, se los dio al posadero y le encargó: Cuida de él y lo que gastes te
lo pagaré a la vuelta» (Lc 10,33-35). Hay un contraste brutal, debido a que un
samaritano, —los samaritanos son tenidos por los judíos como extranjeros y
herejes—, es el que atiende al judío apaleado y medio muerto. Y siente
compasión por él, como Jesús la siente por la viuda de Naín, o el padre cuando
divisa al hijo perdido que retorna, o, en general, el Señor por sus criaturas.
Y el samaritano, que también caía en impureza legal, le da todo lo que tiene
como expresión de la compasión para recuperarle la vida: Parte de su turbante o
de su túnica interior para taparle las heridas; el aceite, como ungüento para
aliviar el dolor; el vino para desinfectar; la cabalgadura para transportarlo a
un lugar seguro; el dinero para sanarlo y devolverle la salud. Al no evitar al
apaleado, sino ir en su busca por la compasión, recupera una vida. Heridos
tenemos a millones; ojalá la compasión nos acerque a ellos.
Paco estas son las palabras exactas…esto sí que lo entendemos todos…bueno todos los que tengamos en corazón abierto a las palabras de Dios y además hablas de la hipocresía de algunas personas que se dan golpes en el pecho…y luego en su vida diaria ignoran a su hermano que sufre y que lo tiene al lado, los verdaderos santos de hoy…son todos estos héroes anónimos que dan la vida en tierras lejanas enfrentándose a las enfermedades, incluso a morir por ellos…Pidamos para que nunca falten testimonios como nuestros misioneros, sobre todo los médicos y religiosos que están ahor en los países con la epidemia del ébola y en las guerras de Irak y Siria. Gracias Paco por estos escritos
ResponderEliminar¡Que cierto es que las prostitutas y los publicanos pueden alcanzar el Reino de los cielos con más facilidad que los fariseos¡ El valor de la parábola es llamar la atención sobre comportamientos cotidianos que ocultan la hipocresía y la falsedad de vidas cómodas sobrellevadas a costa de otros que sufren sin que nos importe demasiado, en tanto sus lamentos nos pillen relativamente lejanos. Miremos en nuestro interior y veamos, en la paz de una iglesia vacía, o de un bosque solitario si de verdad estamos conformes con nuestra vida actual.
ResponderEliminarQuando muerre Jesús en la cruz quien lo lleva primero a el cielo el ladrón foe el primero a subir con Cristo en su reino porque creu que el no merecía está muerte que Jesús era inocente e lo nombre del ladrón era dimas imaginé empezó por ell el reino se abriu arrependa se la prostituta raab fue la única a salvar se de queda da muralha porque creu e tenía a Dios de Israel e quería tener este Dios pra ella e ajudo los dos espía de Israel ..
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