UN PAPIRO MÁGICO
CRISTIANO
Esteban Calderon
Facultad de Letras
Universidad de Murcia
Es probable que el título de esta
entrada pueda sorprender, pero contamos con un buen número de papiros mágicos
de contenido cristiano, la mayor parte de los cuales son posteriores al s. IV y
procedentes de Egipto, así como un ingente
corpus
de papiros mágicos profanos en los que hay frecuentes alusiones de carácter
cristiano. Es algo patente que para la Iglesia primitiva fue muy difícil
suprimir de un plumazo unos hábitos y costumbres que estaban muy arraigados en
la sociedad antigua, de manera que los neoconversos siguieron utilizando
amuletos y realizando prácticas mágicas. Ya en los
Hechos de los Apóstoles hay una serie de pasajes en los que san
Pablo se ve forzado a «competir» con la magia de su época; la práctica de tales
artes se hace particularmente evidente a partir del Edicto de Milán (año 313),
en virtud del cual el cristianismo es tolerado y se produce una entrada masiva
de bautizados. Muchas veces se ha referido este hecho como cristianización del
Imperio Romano, pero tal vez sea más apropiado hablar de proceso de
paganización del cristianismo. Buena prueba de esto es la legislación que los
emperadores cristianos tuvieron que publicar contra la magia y la adivinación,
recogida en el
Codex Theodosianus.
Hace poco más de un año saltó la
noticia del hallazgo de un nuevo papiro de estas características en los fondos
de la biblioteca de la Universidad de Mánchester, aunque originario de Egipto
(colección Rylands: P.Ryl. Gr. Add. 1166 v.), hallazgo realizado por la
papiróloga de esta universidad Roberta Mazza. La novedad fue divulgada por
internet, ya que el texto editado aún no ha sido publicado. Aquí reproduzco
unas fotos del papiro y la traducción española que aparece en la página https://actualidad.rt.com/cultura/view/139083-amuleto-cristianismo-ultima-cena: «Temed todos a quien reinará sobre la tierra.
Que las naciones y los pueblos sepan que Cristo es nuestro Dios. Porque Él
habló y ellos comenzaron a ser, Él mandó y ellos fueron creados; Él puso todo
bajo nuestros pies y nos libró de nuestros enemigos. Nuestro dios preparó una
mesa en el desierto sagrado y dio maná de comer para un nuevo pacto: el cuerpo
inmortal del Señor y la sangre que Cristo derramó por nosotros en la remisión
de los pecados».

A mi modo de ver, algunas páginas
especializadas no entendieron bien el fondo de la noticia y propalaron la
especie de que se trataba de la alusión más antigua a la Eucaristía, algo
imposible, ya que el papiro tiene unos 1.500 años de antigüedad y, que yo sepa,
la referencia primera que tenemos de la fracción del pan está en
1Cor. 11, 23-26, libro que al parecer
fue escrito en el año 58 de nuestra Era. Después vendrían las narraciones de
los evangelistas y, por supuesto, los textos de los Padres Apostólicos y
Apologetas. En realidad, la noticia lo que dice es que se trata del primer
papiro mágico en el que aparece una referencia a la Eucaristía, puesto que este
hecho no aparecía hasta ahora en los restantes papiros conocidos.
¿Cuál era la finalidad de este
texto? Parece claro que era para ser doblado dentro de un medallón o colgante y
ser llevado como amuleto (del latín amoliri,
‘ahuyentar’), en griego phylaktérion,
protector contra los démones, los enemigos o alguna enfermedad. Para que
tuviera estos efectos, el autor combina pasajes bíblicos, concretamente el Salmo 78, 23-24 y Mt. 26, 28-30, en la creencia de que estas alusiones al maná, como
comida celeste, y al cuerpo y sangre de Cristo serán una buena profilaxis
frente a sus hipotéticos males. El papiro denota un conocimiento memorístico de
las citas, por lo que, como es normal, hay algún error y algún orden
equivocado. De todas formas, con ser cierta la originalidad del contenido de
este papiro de Mánchester, es posible que quienes practicaban la magia en
aquellos siglos utilizaran la fórmula eucarística con más frecuencia de lo que
nos imaginamos. Buena prueba de ello es la falsa fórmula pseudolatina Hocus-Pocus, que se usa desde tiempo
inmemorial en la magia europea y que tiene todos los visos de ser un remedo de
las mal entendidas palabras Hoc est Corpus, pronunciadas por el sacerdote en la consagración.

En cualquier caso, este pequeño
papiro de Mánchester es un interesante testimonio del estado de convivencia que
durante muchos siglos se produjo entre la religión y la superstición, cuya
frontera a menudo se torna vaga y fácil de franquear. Las antiguas prácticas
mágicas se perpetuaron especialmente en el Oriente cristiano y sobrevivieron a
las normas emanadas de la Iglesia e incluso a los rigurosos principios del
Islam. Los papiros y los restos arqueológicos demuestran que tales prácticas no
cesaron hasta mucho tiempo después. Es más, en estos tiempos de neopaganismo
parecen haberse reactivado. Merecerá la pena volver sobre este tema.
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