El Gobierno alemán y la Unión
bancaria
Antonio López
Pina
Facultad de
Derecho
Universidad
Complutense
Significativa del status
quo es la política del Gobierno alemán respecto de la Unión bancaria. Un
sistema de cuatro elementos: un código de procedimiento (SRB), instancias de
supervisión (SSM) y de resolución (SRM – Board
/ SRM/RBM), cubiertas con un fondo de garantía (SDGGF/CDPS) – directivas de
resolución bancaria, rescate y sistema de garantía de depósitos [1].
El ECB emprenderá la supervisión y, eventualmente, proveerá al rescate de
entidades en dificultades disponiendo de un Fondo de 55.000 millones de euros.
Los propios bancos aportarán sus respectivas cuotas, impuestas anualmente por
los gobiernos nacionales. Conforme al acuerdo, los gobiernos nacionales de la
Eurozona no tienen la decisión última
acerca de si un banco es demasiado grande para quebrar. Corresponderá al ECB
resolver si se acude a los recursos del
Fondo.
La mayor flaqueza de la Unión bancaria acordada trae causa de la
resistencia del Gobierno alemán a aceptar la mutualización de la deuda a lo lo
largo y lo ancho del Continente. Ello significa que cada país deberá echar sobre sus hombros a sus bancos nacionales
utilizando los recursos aportados por sus contribuyentes, en caso de que la
crisis desborde las capacidades del Fondo. Y dada la limitación de los recursos
del Fondo, la carga recaerá en su caso en el país de que se trate.
La Unión bancaria fue concebida para resolver el trilema financiero: logro
de la estabilidad financiera, mientras se mantienen políticas financieras
nacionales en un mercado integrado. Dadas las corrientes de capital en
circulación, un cortocircuito puede afectar
a la totalidad del mercado, amenazando la estabilidad financiera.
La versión del procedimiento de resolución de bancos en quiebra resultante
del acuerdo del 20 de marzo ha debilitado considerablemente los objetivos
iniciales.
Por más que se trate de una victoria política del Parlamento Europeo, que
forzó a Alemania a aceptar el compromiso. Lo que no empece, a que no se trate
de la normativa que Europa necesitaría para someter a Derecho al sector bancario.
El compromiso ha consistido en arrancar con una red de autoridades
reforzada con un órgano de decisión centralizado, dejando para más adelante la
creación de un verdadero organismo europeo de resolución de entidades
financieras en quiebra (RBM). A tal fin, se anticipa
a 2015 – prevista en principio
para 2018 -- la entrada en vigor de la
regulación.
Hasta el momento, Berlin acepta,
para enero de 2015, la entrada en vigor de la regulación de bail-in (rescate): las pérdidas serán
impuestas (directive on bank recovery)
a depositantes de más de 100.000 euros y
de accionistas y acreedores, previamente
a que los Estados concurran al saneamiento de bancos en dificultades. Pero, por
el momento, Alemania no parece dispuesta a ir más allá de una regulación de los
rescates que proteja a los contribuyentes: el Consejo Europeo, de 26 y 27 junio 2013, bendecía los
criterios (el orden de los paganos) para la reflotación de bancos y un fondo de
recapitalización directa de hasta 60.000 millones euros del ESM para las
entidades salvables. El planteamiento se explica por la negativa del Gobierno alemán a que Bruselas pudiera decidir la liquidación
de una entidad bancaria tudesca; y por el rechazo
a tener, mediante saneamiento, que
sacar a algun país de su
atolladero – Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre, ... Alemania quiere tan poca mutualización de
riesgos y tanta nacionalización bancaria como posible.
Los diputados del Parlamento Europeo han llegado el jueves 20 de marzo a un
acuerdo con el Consejo Europeo sobre el procedimiento único de resolución
bancaria (SRM) [2]. Las enmiendas parlamentarias
ayudarán a que tal instituto no sea rehén de juegos políticos de poder y a que
pueda producir rápidas y convincentes decisiones. El acuerdo mejora el proyecto
de la Canciller Merkel y del Consejo Europeo en los siguientes aspectos:
-
El supervisor ECB desencadenará el proceso, siendo responsable para decidir
si un banco está en quiebra. El Resolution Board puede solicitar una tal
decisión del ECB; en caso de que el ECB decline tal petición, el propio Board puede tomar la decisión.
-
La Comisión pondrá sobre la mesa el proyecto de resolución de los casos
específicos de bancos en situación crítica. El Consejo Europeo solo actuará a
iniciativa de la Comisión. Ello evitará intervenciones políticas en casos
determinados, una de las preocupaciones del Parlamento Europeo.
-
El plazo para adoptar las decisiones
de resolución será limitado. El proceso de decisión acordado será mucho más
eficiente. Podría ser aprobado en un fin de semana, del cierre de los mercados
norteamericanos a su apertura en Asia. También
a propuesta del Parlamento Europeo.
-
Entretanto, el fondo de resolución podrá tomar dinero a préstamo – algo crucial,
a juicio del Parlamento Europeo, para los primeros años cuando aquél disponga
solo de una pequeña capitalización y en caso de crisis.
-
En fin, se ha logrado una rápida mutualización de las “contribuciones
nacionales” al Fondo. El 40% será mutualizado el primer año, el 20% el segundo
año, el resto a lo largo de los otros seis años – hasta 2024. Es decir, el
segundo año las aportaciones nacionales comportarán el 60%. Como condición de
la aprobación, el Parlamento ha logrado
que tal rápida mutualización sea previa
a cualquier intervención del Consejo Europeo.
A efectos de romper el círculo
vicioso entre deuda soberana y deuda
bancaria privada, Alemania ha conducido a la Unión bancaria por un trámite filibustero [3] largo, con competencias mínimas para la Comisión,
facultades decisivas para los ministros del Eurogrupo y un fondo de rescate
bancario europeo a largo plazo, y
siempre como subsidiario de los fondos
nacionales, que serán los llamados a sufragar las crisis bancarias (SDGGF).
[1] Maryla Krol, Banking union’s major omisión: debt mutualisation EUobserver,
29/03/2014; John Schranz, Natalia Dasilva, El
Parlamento Europeo da el paso definitivo hacia la Unión bancaria, Servicio
de Prensa 15-04-2014
[2]
European Parliament, Economic and monetary affairs, Parliament negotiators rescue seriously damaged bank resolution system Press
release, 20 – 03 - 2014
[3] Xavier Vidal-Folch, La
habilidad del filibustero, El País
11 julio 2013
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