SANTA TERESA DE JESÚS Y LA FILATELIA
Esteban Calderón
Facultad de Letras
Universidad de Murcia
La
filatelia siempre ha estado atenta a todos los acontecimientos que se han ido
sucediendo a lo largo y ancho de este mundo y a través de los años. Se puede
decir sin temor a errar que la filatelia es la suerte de coleccionismo más
transversal de cuantas hay. En este sentido, se hace preciso recordar que la
filatelia española no ha sido ajena a los eventos que Santa Teresa de Jesús ha
sugerido desde que el primer sello español apareciera, allá por 1850. ¡Ya ha
llovido! Es de justicia indicar que en el correo vaticano –como no podía ser
menos− y en algún país de habla hispana también se han emitido algunos sellos
con motivos teresianos, pero tan sólo de manera esporádica y muy lejos de los
pormenores de la filatelia española. Así las cosas, quisiera contribuir al V
Centenario de la santa de Ávila trayendo a colación un tema menor, como es el
reflejo teresiano en la filatelia, pero por esa misma razón muy poco conocido.

La
primera emisión que se realizó en España sobre Santa Teresa fue en 1962, con
motivo del IV Centenario de la Reforma Teresiana. En concreto, se emitió una
tirada de ocho millones de sellos con tres motivos y distintos valores
faciales, con técnica de huecograbado: el Monasterio de San José, en Ávila (25 céntimos,
color gris negro), que sería el primero de una nueva Orden de Carmelitas
Descalzas y donde la abulense compondría la mayor parte de sus obras, una
reproducción parcial de la celebérrima escultura de Santa Teresa, de Bernini (1
peseta, color castaño), y una réplica del retrato de Santa Teresa, obra del
inmortal Velázquez (3 pesetas, color azul).

De
1971 data un sello insertado en una serie consagrada al centenario de
celebridades. El valor de 2 pesetas, multicolor, está dedicado a Santa Teresa
como doctora de la Iglesia y reproduce una maravillosa imagen vallisoletana de
Gregorio Fernández, en la que se puede observar a la santa con un libro en la
mano izquierda y una pluma en la diestra, en actitud contemplativa.
Un
año después, en 1972, se llevó a cabo la emisión de una serie compuesta por
tres sellos en huecograbado, cuyo motivo era el Real Monasterio de Santo Tomás
de Ávila, en el que residió nuestra santa. En dicho monasterio se encuentra el confesionario de Santa Teresa y en este lugar
tuvo una visión el 15 de agosto de 1561. La serie plasma la fachada (2 pesetas,
color gris verde y azul), la nave central (8 pesetas, color castaño y lila
claro) y el patio de los Reyes con su claustro (15 pesetas, color azul violeta
y lila), así llamado porque era la parte destinada al descanso estival de los
Reyes Católicos. Recogemos aquí el primer valor, esto es, la fachada con su enorme portada dibujada por un gran arco escarzano y
dos machones, conformando una
inmensa «H», letra inicial de Hispanidad.
Diez años
después, 1982, con motivo del IV Centenario de la muerte de Santa Teresa, se
emitió en calcografía un sello conmemorativo (33 pesetas, castaño y verde), que
reproduce el rostro de otra escultura del maestro castellano Gregorio Fernández
sobre un fondo en el que se observa un Crucificado y la mano de la santa
escribiendo una de sus obras.

Como no podía ser menos, en la conmemoración del
V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, que celebramos durante el año en
curso, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, siempre atenta a estas
efemérides, ha emitido una tirada de treinta millones de un solo ejemplar. En
dicho sello, de clase A, la FNMT ha retomado como motivo la imagen de Bernini,
conservada en la iglesia de Santa María de la Victoria, de Roma, que ya se
emitiera en 1962, conjugada con el lienzo norte de la muralla de Ávila,
así como la «ñ» de la Marca España. Además, la hoja-bloque incluye el logotipo
de la ruta Huellas de Teresa, en referencia al itinerario
por las diecisiete localidades en las que la santa fundó conventos.
Pero no ha sido la única iniciativa de la FNMT con motivo de este
evento, ya que también se han realizado seis grabados
de seis de los sellos antes reseñados, con el fin de difundir aún más entre los
filatélicos la figura de Santa Teresa de Ávila.
Hay que felicitar a la filatelia española, que siempre ha sabido
estar en los momentos oportunos, divulgando así por todo el mundo la figura de
nuestra santa más universal.
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