EL
PROBLEMA DE LOS HIJOS DEL CONDE Y EL FRANCISCANO
Alfredo
Vera Boti
A partir de un problema paradógico de matemáticas y un cuento de árabes
con camellos, D. Alfredo Vera resalta la acción pacificadora de lo Franciscanos
a lo largo de los siglos.
Un señor medieval tenía 17 esclavos
y cuando hizo testamento poco antes de morir decidió repartirlos entre sus tres
hijos.
Formuló el reparto así: al
primogénito recibiría la mitad, el segundogénito la tercera parte de ellos y al
menor sólo la novena parte.
Falleció en conde en su castillo y
los hijos decidieron hacer el reparto, pero enseguida vieron que tenían que
matar a varios esclavos, porque al primero le correspondían 17/2=8’5, al
segundo 17/3=5’66, y al tercero 17/9=1’88 y como eran cristianos no querían
infringir el V mandamiento y menos aun perder la mano de obra que necesitaban
para su campos.
La disputa iba aumentado y estaban a
punto de matarse entre sí porque todos querían recibir esclavos vivos y no
rodajas de sirvientes, cuando llegó al puente levadizo del castillo un
franciscano mendicante con un novicio que le acompañaba. Era un viejo y humilde
fraile que pedía de puerta en puerta por su área limosnera los pedazos de pan o
los atadijos de cebada o centeno que le daban y para esa tarea le ayudaba un
novicio.
Cuando vio que los tres hermanos habían tomado ya sus
espadas y notando que no había posibilidad de pacto entre ellos, rezó a San
Francisco y recurrió a la siguiente estratagema:
Les propuso que valoraran cada
esclavo entero en 1 ducado (=375 mrvs) más 22 mrvs por el engorro de hacer las
cuentas con el ábaco, o sea, 397 maravedíes, y que si les sobraba o ganaban
algo después del reparto, se lo entregarían al fraile lego para que se lo
llevara al convento.
Hizo lo siguiente: el franciscano les
dio al novicio para que lo utilizaran como esclavo, y como ya hacían un total
de 18 hizo el reparto:
18/2 = 9 esclavos para el primogénito
18/3 = 6 esclavos para en segundón
18/9 = 2 esclavos para el menor.
En total, distribuyó 9+6+2 = 17
esclavos y le sobró 1, su novicio, que recuperó, y seguidamente les planteó que
aun tenían que pagarle las ganancias: el mayor (9-8’5)x397 mrvs, el mediano
(6-5’66)x397 mrvs y el menor (2-1’88)x397 mrvs, lo que hizo, un total de 375
mrvs., es decir, un ducado.
Tomó el frate la moneda de oro y
junto con el joven novicio volvió aquel día al convento más contento que nunca.
En el Capítulo siguiente fue elegido Provincial.
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