No
podéis servir a dos amos.
Crisis del
mundo, crisis en la Iglesia.
De Bernardo Pérez Andreo
Aparece esta obra en uno de los momentos más interesantes de la
situación de la Iglesia y del mundo. Tras muchos años de eso que han dado en
llamar crisis, pero que no se ajusta
al significado profundo de un término que tiene su origen en concepciones del mundo
antigüas y, por tanto, llenas de sentido, ha llegado la hora de una cierta
renovación con la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco. Dos
hechos estos que se antojan importantes en el devenir eclesial de este tercer
milenio. Si la renuncia es un dato muy raro en la historia del papado, la
elección del nombre del Poverello, es
casi revolucionario. Por eso, no es extraño que el autor tenga la sensación que
la obra ha llegado justo en el momento propicio, pues en ella se analiza tanto
la incapacidad de la Iglesia de entender el mundo actual, como la situación de
quiebra de un mundo que busca otras formas de organziación.
La Iglesia, al vivir en medio del mundo como expresión de los
valores del Evangelio de Jesús de Nazaret, continúa la misión iniciada por el
mismo Jesús y encomendada a sus discípulos y discípulas para toda la historia.
Esta misión conlleva una existencia liminal en medio de un mundo herido por el
pecado, pues no se puede pertenecer al mundo sin hacerse partícipe de su pecado.
La única manera de ser instrumento de salvación sin dejarse atrapar por las
redes del mal es estar en el mundo sin ser como el mundo. Esto es lo que el
autor entiende por liminalidad. Esta
situación es ambigua, pues de un lado exige estar incorporados en los
instrumentos de organización de este mundo, pero, a la vez, reclama de la
Iglesia una posición externa, una radical alteridad respecto a los modos y
medios por los que este mundo se perpetúa como opresión de unos contra otros y
como injusticia lacerante.
El autor entiende que este es un mundo en quiebra, una organización
sociopolítica e histórica que ha llegado a su fin y se resiste a desaparecer.
Las dos próximas décadas va a ser críticas para la pervivencia de la
civilización tal y como la conocemos. Cuatro crisis se ciernen sobre el mundo
que amenazan su supervivencia: la espacial, la energética, la ecológica y la
económica. A estas cuatro se une la peor de todas: la moral. El mundo
globalizado postmoderno tardocapitalista ha derrochado la enorme reserva de
recursos y ha dilapidado el capital humano de forma inconsciente, con el único
fin de aumentar la tasa de ganancia y el lucro, beneficios estos que sólo lo
han sido para una pequeña parte de la humanidad, mientras la inmensa mayoría,
más del ochenta y cinco por ciento, ha quedado excluida de estos beneficios. Es
necesario un cambio, o dicho en términos evangélicos, una metanoia, una transformación del modo de pensar y comprender el
mundo. La Iglesia tiene mucho que decir y hacer en este camino que tenemos por
delante. La Iglesia, sirviendo a Dios, puede estar en el mundo sin ser del
mundo, construir el Reino del Amor y la Justicia.
Para cumplir con el propósito, el autor ofrece al lector la obra
con un Tablero de dirección, como en
el caso de Rayuela de Cortazar. Tres opciones da el autor al lector, dos de
ellas suponen una lectura a criterio personal, dejándose llevar por los títulos
de los capítulos. Pero la primera propuesta que se le hace al lector es tomar
el sentido lineal que presenta el libro; leer los capítulos todos seguidos, de
forma que tras el Prólogo y esta Introducción, continúe con el primer
bloque de contenidos, La Globalización
postmoderna y la Iglesia: entre la legitimación y la crítica profética. En
él se encontrará con la proposición inicial del autor, es decir, con la
constatación de que vivimos en un mundo, llamado Globalización, que es el resultado de un proceso de cinco siglos y
que tiene como característica esencial la injusticia lacerante por la que la
inmensa mayoría de hijos de Dios no pueden acceder al mínimo de dignidad humana
que merecen porque el sistema económico y social lo impide. Tras este primer
capítulo de este bloque, hay tres capítulos que forman un tríptico en torno a
la Iglesia, la Religión y el mundo globalizado. Son tres propuestas nacidas en
los dos últimos años al calor de tres acontecimientos importantes: la
publicación de la última encíclica social del Magisterio, las relaciones entre
las religiones y la injusticia y la propuesta de fraternidad y ternura como
alternativa a la situación de inhumanidad de la Globalización. Son textos de
diferente tono: crítico el primero, analítico el segundo, casi místico el
tercero. Es porque estos son los tres instrumentos que cree el autor necesarios
para salir de este mundo de pecado.
Siguiendo la lectura lineal que se propone, nos encontramos con
el segundo bloque: Crisis del mundo,
crisis de la Iglesia: hacia un mundo fraterno. Aquí encuentra el lector una
lectura sistemática y crítica del mundo globalizado postmoderno capitalista
desde la tradición cristiana, en concreto desde los profetas, el Nuevo
Testamento, los Santos Padres y la Doctrina Social de la Iglesia. Todo ello
concluye con una alternativa cristiana formal a la Globalización postmoderna y
con el intento de éxodo de este mundo. Las propuestas son claras:
ante un mundo organizado para el disfrute de unos pocos, detrayendo los
recursos naturales, despilfarrando los beneficios de la Creación y destruyendo
la realidad natural, el cristianismo se propone como una Nueva Creación, como
la Civilización del Amor y la Pobreza.
Es la única forma de que la humanidad pueda subsistir. La crisis del mundo
actual es una oportunidad para salir de este marasmo enloquecido y solipsista
que nos lleva al desastre absoluto. La alternativa cristiana es crear grupos de
contraste como medio de salir, pero también como la forma de salir de la propia
crisis eclesial, inmersa en un mundo gobernado por el dios dinero y por el
lucro y la avaricia. La Iglesia, por mandato de Jesús mismo, no puede servir a
dos amos. Su ser es el Reino de Dios y ello debe empujarle a la crítica
profética contra el mundo de pecado e injusticia.
El subtítulo también merece alguna explicación para concluir. No
se trata de una crisis, o juicio, de
la Iglesia, sino en la Iglesia. Como
tampoco se trata de una crisis en el
mundo, sino del mudo. La obra intenta
analizar y lo consigue porqué estamos ante una crisis de modelo de organización
sociopolítica y cómo estamos ante una crisis dentro de la Iglesia. En último
término, la propuesta es que la resolución de la crisis en la Iglesia puede ser una ayuda a resolver la crisis del mundo.
Editorial Herder, Barcelona 2013, 288 pp, 14 x 21,5 cm.
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