Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia
Alfonso Ropero Berzosa (Ed.)
Recensión de Bernardo Pérez Andreo
Instituto
Teológico de Murcia OFM
Por
fin podemos contar con un diccionario enciclopédico de la Biblia hecho en la
lengua de Cervantes por autores que piensan, sienten, aman y viven su fe en esa
misma lengua. Son muchos los diccionarios traducidos de otras lenguas, con
autores que viven su experiencia vital y de fe desde otros parámetros, no tan
lejanos, pero sí vertidos en otros moldes de pensamiento. Traducir, siempre,
exige un esfuerzo de traicionar el texto mismo y la propia lengua, pues nada
hay más imposible que el trasiego idiomático entre lenguas. Al cabo, lo único
que puede permitirnos comprender correctamente a un ser humano es su verdadera
patria, el lenguaje expresado en su idioma. Por eso, este Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, en español y por
hispanohablantes era tan necesario para dar un acceso cercano al mundo de la
Biblia.
El encargado de esta magna
obra, aunque el equipo editorial era amplio, ha sido el infatigable Alfonso
Ropero Berzosa, doctor en filosofía y teología, experto en los Santos Padres y
en los filósofos griegos, investigador incansable de la tradición cristiana,
divulgador ejemplar de cuanto el cristianismo puede aportar al mundo como
salvación en Cristo. Ropero Berzosa es la persona más adecuada para llevar a
término esta labor de lustros, pues nos consta de su largo trabajo en este
Diccionario y de sus desvelos por conseguir unir a los más importantes expertos
de España y de Hispanoamérica, de la tradición protestante y del ámbito
católico, para poder dar al público de habla hispana un Diccionario con
vocación de servicio a la fe común que nos une a todos los cristianos en
Cristo. Lejos quedan ya las épocas en las que la adscripción eclesial
determinaba la exposición de los avances bíblicos. Hoy no hay muchas
diferencias, pues la investigación sobre la Biblia y su mundo se rige por
criterios científicos y eso es lo que Alfonso Ropero nos ha dado en esta obra:
una obra de rigor científico que abarca todos los aspectos posibles de la
Biblia y su mundo.
Con 4.500 entradas, este
diccionario puede ser considerado uno de los mayores en su estilo. Cuenta con
un equipo de edición amplio y con una lista bastante larga de colaboradores que
permiten integrar las distintas ramas del saber en torno a la Biblia: el
filológico, el histórico, el arqueológico, el sociológico, el económico y el
cultural. De ahí que las voces cuenten con un excelente aparato expositivo que lo
hace muy completo. Cada voz contiene su expresión original en hebreo, griego,
acádico o ugarítico, su aparición en la Biblia y el contenido y significado
exacto. Además, cuenta con una excelente contextualización histórica y
arqueológica, en su caso, y con una exposición desde la antropología cultural,
la sociología y, si es necesario, la economía. Todas las voces están
referenciadas a las últimas investigaciones, permitiendo que tanto el
especialista como el neófito puedan acceder al conocimiento actualizado de cada
uno de los temas. Además, una lectura diacrónica de los términos relacionados
bien podría permitir un uso del diccionario como un manual. Así, de la voz Carpintero podemos ir a la voz, Campesino y de esta a la voz Nazaret y de allí a Pobre/pobreza y Liberación,
cerrando un círculo que permite acceder a uno de los lugares más queridos de
una de las variantes de la tercera búsqueda. O bien, podemos comenzar por Palestina, pasar a Galilea, ir de allí a María
y acabar en Evangelios, con lo que
tendremos una perspectiva histórico-canónica de la salvación.
No faltan en el Diccionario las
correspondientes introducciones a todos los libros bíblicos, los nombres de los
personajes convenientemente explicados, los topónimos, los pueblos que se
relacionan con Israel, los acontecimientos y las interpretaciones. En
definitiva, todo aquello que hace que esta obra sea ya un referente para el
investigador y una obra necesaria para cualquiera que quiera tener un
conocimiento amplio de la Biblia y su mundo. Se ha hecho esperar, pero ha
merecido la pena, aunque, como el propio editor expresa, aún queda mucho por
hacer. Son dos las ediciones vendidas del Diccionario, pero se antoja que serán
muchas más, sobre todo por la demanda que otras lenguas están mostrando por la
obra. En sucesivas ediciones, creemos, se completarán más voces que aún no han
encontrado su sitio, como puede ser Marginal/Marginación,
y se dividirán en volúmenes la obra, haciéndola más manejable.
Por poner una pega, y solo por
el interés de mejorar una obra de por sí magnífica, echamos en falta un índice
de autores con sus voces respectivas que permita al lector ir directamente a
aquellas voces que ha elaborado un mismo autor. También ayudaría, en la línea
apuntada más arriba, un índice temático que permita una lectura transversal de
la obra atendiendo a ciertas temáticas de gran interés y que hacen del Gran Diccionario un perfecto manual de
uso de la Biblia. No nos cabe ninguna duda de que todas estas propuestas están
siendo ya pensadas y elaboradas para futuras ediciones.
El Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia es la obra de toda una
vida que solo la capacidad de trabajo, el esfuerzo y el saber del editor podían
llevar a término. También es de agradecer a la Editorial CLIE que ponga en
manos del público una obra de estas dimensiones a un precio tan razonable.
Otras obras de semejantes características mantienen un precio que resulta
prohibitivo para el gran público. Se ve con claridad que se ha antepuesto el
servicio al pueblo creyente, y a todos los expertos, a la búsqueda del legítimo
lucro económico. Cualquier otra obra similar podría venderse por el doble de su
precio actual. Felicitamos, por tanto, a la editorial y al editor por este
verdadero don al mundo de la investigación y por facilitar el acceso de los
creyentes a la Biblia.
CLIE,
Barcelona 2013, 2673 pp.,
19,5 x 26,5 cm.
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