5 de mayo
Bienvenido de Recanati († 1289)
El beato Bienvenido nace en Recanati (Macerata. Italia)
en torno al año 1200. Ingresa en la Orden de joven y se le destina a la cocina
del convento de su pueblo natal. Refleja la forma de santidad que se traza en
los primeros años de la Orden: penitencia extrema, oración constante, devoción
a Jesús crucificado y a la Virgen María. Es famoso por sus frecuentes éxtasis
que le mantienen durante horas ante el Santísimo Sacramento. No obstante la
vida contemplativa que lleva, se muestra con suma caridad en sus relaciones
fraternas y la atención constante a los pobres que se acercan al convento para
pedir limosna y comida. Muere santamente en Recanati el 5 de mayo del año 1289.
El papa Pío VI aprueba su culto el 17 de setiembre de 1796.
Común de Santos
Varones
Oración. Señor, tú que otorgaste al beato Bienvenido
la gracia de imitar con fidelidad a
Cristo pobre y humilde, concédenos también a
nosotros, por su intercesión, la gracia de vivir fielmente nuestra
vocación, para que así tendamos a la perfección que tú nos has propuesto en la
persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
Lecturas
«Corramos en la carrera que nos toca,
sin retirarnos»
El cristiano sólo tiene como punto de
mira a Jesús. Así se desliga de los dioses que construimos los hombres, bien
como proyecciones de nuestros deseos y aspiraciones, bien como iconos de
nuestros intereses más ocultos. Jesús nos inicia en la fe en el Señor, porque
es el Logos que se hace hombre y ha puesto a nuestro alcance el verdadero
rostro del Señor. Y él es el que consuma nuestra fe, pues nos conduce a la salvación
definitiva en la gloria del Padre. Desde el comienzo y hasta el fin salvador,
también Jesús es nuestro camino (cf. Jn 14,6), pues ha señalado con su vida la
que nosotros debemos recorrer: vivir para servir a todos los hombres, mostrando
el amor extremo que nos tiene como hermanos, pues ha subido a la cruz por
todos. Pero su vida termina en las manos del Padre, en la Resurrección, como
terminará la nuestra (cf. Filp 2,9-11).
Lectura de la carta a los Hebreos Carta a los Hebreos 12,1-4
Salmo responsorial Salmo responsorial Sal
21,26-27.28.30. 31-32
No obstante los
sufrimientos y luchas que mantenemos a lo largo de la vida, los cristianos
vivimos de la esperanza de que el Señor triunfará al final de los días, al cual
le deberán rendir la alabanza y acción de gracias debidas por su grandeza y
magnanimidad.
V. Te alabarán, Señor, los que te buscan.
R.
Te alabarán, Señor, los que te buscan.
Aleluya Jn 14,6
Aleluya. Aleluya.
«Yo
soy el camino y la verdad y la vida —dice el Señor—; nadie va al Padre, sino
por mí».
Aleluya.
Evangelio
«Somos unos
pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer»
La vida es amor según la doctrina y
vida de Jesús. Y el sacramento del amor es el servicio. Jesús, obediente al
Padre, sólo cumple su voluntad. Es su vocación como Hijo. También nosotros
debemos comportarnos de la misma manera. Amar a Dios y amar al prójimo entraña
la obediencia al Señor y poner la vida a disposición de los demás. Y este
estilo de vida es el que indica nuestra identidad como cristianos. Y con esta
perspectiva, debería ser lo más natural del mundo.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 17,7-10
Para meditar
«Todos los que aman al Señor con todo el corazón, con toda el
alma y con toda la mente, con todas las fuerzas, y aman a sus prójimos como
a sí mismos (cf. Mt 22,37.39; Mc 12,30), y odian a sus cuerpos con sus vicios y
pecados, y reciben el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, y hacen
frutos dignos de penitencia: ¡Oh cuán bienaventurados y benditos son ellos y
ellas, mientras hacen tales cosas y en tales cosas perseveran!, porque descansará
sobre ellos el espíritu del Señor (cf. Is 11,2) y hará en ellos
habitación y morada (cf. Jn 14,23), y son hijos del Padre celestial (cf.
Mt 5,45), cuyas obras hacen, y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor
Jesucristo (cf. Mt 12,50). Somos esposos cuando, por el Espíritu Santo, el alma
fiel se une a nuestro Señor Jesucristo. Somos para él hermanos cuando hacemos la
voluntad del Padre que está en los cielos (Mt 12,50); madres, cuando lo
llevamos en nuestro corazón y en nuestro cuerpo (cf. 1 Cor 6,20), por el amor
divino y por una conciencia pura y sincera; y lo damos a luz por medio de obras
santas, que deben iluminar a los otros como ejemplo (cf. Mt 5,16). ¡Oh cuán
glorioso, santo y grande es tener un Padre en los cielos! ¡Oh cuán santo,
consolador, bello y admirable, tener un tal esposo! ¡Oh cuán santo y cuán
amado, placentero, humilde, pacífico, dulce, amable y sobre todas las cosas
deseable, tener un tal hermano y un tal hijo: Nuestro Señor Jesucristo!, quien
dio la vida por sus ovejas (cf. Jn 10,15)».
(1CtaM, 2-13)
6 de mayo
María, Medianera de la Gracia
Desde
tiempo inmemorial se celebra la devoción a María como Medianera de la gracia de
la salvación. Pero es Benedicto XV quien instituye oficialmente esta fiesta en
la Iglesia en el año 1921. El Concilio Vaticano II precisa el sentido de la
mediación de María: su «influjo salvador nace, no de alguna necesidad objetiva,
sino del beneplácito divino y deriva de la superabundancia de los méritos de
Cristo; se apoya en la mediación de él» (LG 60). La Sagrada Congregación para
el Culto Divino aprueba la Misa con el título: La Virgen María, Madre y
Medianera de la gracia.
Común de Santa María Virgen
Oración. Señor, Dios nuestro, que, por el
misterioso designio de tu providencia, nos has dado a tu Hijo Jesucristo, único
Mediador ante ti, por medio de la Virgen María, y la has asociado a la obra de
la redención humana, concédenos que ella nos alcance de tu Hijo la abundancia
de la gracia y nos lleve al puerto de la salvación eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Lecturas
«¿Cómo podré
ver la desgracia que se echa sobre mi pueblo?»
La
situación de Israel es extremadamente delicada por el decreto exterminador de
Amán. Ester suplica al rey Asuero; viene a ser una oración de súplica al Señor
para que salve al pueblo del exterminio. La actitud de fondo es la debilidad e
impotencia del hombre para resolver las situaciones de maldad en la que se ve
envuelto. Dios, pleno de amor y justo, siempre sale en defensa de sus hijos más
débiles (cf. Sab 11,21-26; 1Cor 3,23). María, como Ester, por medio de su hijo
Jesús, ruega al Señor para la salvación de sus hijos, hermanos de su Hijo,
quien se los confió en su mismo lecho de muerte: la cruz (cf. Jn 19,26).
Lectura del
libro de Ester 8,3-8.16-17
Salmo
responsorial Sal
66,2-3.4-5.6-7
Para que el
creyente pueda dirigirse al Señor, el Señor debe revelarse previamente. De esta
forma se puede anunciar a todas las gentes el rostro y la voluntad salvadora de
quien es el Creador y Providente.
V. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
R.
Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
Aleluya
Aleluya.
Aleluya
Dichosa
eres, santa Virgen María,
madre de la gracia y reina de misericordia;
e ti nació Cristo, nuestro Mediador y Salvador.
Aleluya
Evangelio
«La madre de
Jesús le dijo: “No les queda vino”»
María
aparece en las bodas de Caná como intercesora de las necesidades humanas ante
su hijo Jesús. Él resuelve la situación a la que había abocado la fiesta: un
fracaso al acabarse la fuente de la alegría y el gozo en los encuentros
festivos judíos. Jesús comienza a derramar los bienes mesiánicos al convertir
el agua el vino; aunque la hora de la manifestación de esos bienes aún no ha
llegado en plenitud; simplemente ha sido un signo de la plenitud que comenzará
con la muerte y exaltación de Jesús y cuando el Señor se manifieste a sus hijos
al final de los tiempos, o cuando venga en gloria y majestad.
Lectura del
santo evangelio según San Juan 2,1-11
Para meditar
María, Mediadora
Y esta maternidad de María perdura sin
cesar en la economía de la gracia, desde el momento en que prestó fiel
asentimiento en la Anunciación, y lo mantuvo sin vacilación al pie de la Cruz,
hasta la consumación perfecta de todos los elegidos. Pues una vez recibida en
los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su
múltiple intercesión los dones de la eterna salvación. Con su amor materno
cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y
angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz.
Por eso, la Santísima Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de
Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, sin embargo, se entiende de
manera que nada quite ni agregue a la dignidad y eficacia de Cristo, único
Mediador. Porque ninguna criatura puede compararse jamás con el Verbo Encarnado
nuestro Redentor; pero así como el sacerdocio de Cristo es participado de
varias maneras tanto por los ministros como por el pueblo fiel, y así como la
única bondad de Dios se difunde realmente en formas distintas en las criaturas,
así también la única mediación del Redentor no excluye, sino que suscita en sus
criaturas una múltiple cooperación que participa de la fuente única. La Iglesia
no duda en atribuir a María un tal oficio subordinado: lo experimenta
continuamente y lo recomienda al corazón de los fieles para que, apoyados en
esta protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador. (Lumen gentium, 62).
6.1 de mayo
Bartolomé Pucci de Montepulciano (✝
1330)
El beato
Bartolomé nace en Montepulciano (Siena. Italia), hijo de Puccio di Francesco.
Se desposa con Milla, hija del capitán Tomás de Pécora, de la que tiene cuatro
hijos. Ingresa en la Orden en 1290 cuando cumple los 45 años. Distribuye todos
sus bienes a su mujer e hijos y se entrega por completo a la vida de oración y
penitencia. Después de estudiar filosofía y teología es ordenado sacerdote. Se
da a los pobres en su ministerio, además de fomentar la devoción a la Virgen
María y a la Eucaristía. Muere el 6 de mayo de 1330. El papa León XIII aprueba
su culto el 24 de junio de 1880.
Común de Santos Varones
Oración. Señor Dios, tú nos has revelado que toda
la ley se compendia en el amor a ti y al prójimo; concédenos que, imitando la
caridad del beato Bartolomé, podamos ser un día contados entre los elegidos de
tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Él los ha constituido
ministros para edificación del cuerpo de Cristo»
La unidad es una de las
obsesiones de la fragmentada comunidad primitiva, porque se transfieren al
movimiento cristiano las diversas compresiones del mesianismo judío y de su
relación con Jesús. Por eso Pablo apela al Espíritu como principal artífice de
la relación con Dios y con Jesús, y así constituirse en el vínculo de amor
entre los cristianos (cf. Rom 5,5) y el impulsor de todas aquellas virtudes que
deben florecer en los bautizados: humildad, amabilidad, comprensión, etc. Son
actitudes que chocan de frente con aquellas que dividen y enfrentan a los
hombres y que no están fuera también de los corazones creyentes. Por eso hay
que llevar mucho cuidado en las relaciones mutuas.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a
los Efesios 4, 1-7.11-13
Salmo responsorial Sal
23, 1-2.3-4.5-6
Dios es el que crea
el universo; es su dueño. Pero habita especialmente en el templo de Jerusalén.
Por eso los israelitas que lo visitan reciben todos sus bienes. Para ello se
necesita adentrarse en su recinto con una vida sana, justa, intachable. Es la
familia de Dios que Jesús reunirá en su rededor para escuchar la voluntad del
Señor y cumplirla.
V. Este es el grupo, Señor, que busca tu
presencia.
R. Este es el grupo, Señor, que busca
tu presencia.
Aleluya Mt
6, 19-20
Aleluya. Aleluya.
«No atesoréis tesoros en la tierra
[…]
Haceos tesoros en el cielo, donde no
hay polilla y carcoma
que los roen, ni ladrones, ni
ladrones que abren boquetes y roban»
Aleluya.
Evangelio
«Vuestro
Padre ha tenido a bien daros el Reino»
La relación íntima con el Señor hace
posponer cosas y personas que distraen la vida de sus verdaderos fundamentos:
caminar bajo la mirada atenta del Señor y fiarse de su providencia y cuidado.
Jesús da en la clave de lo que debe ser la existencia entregada, servida y dada
a los demás. Y sus seguidores anónimos, silenciosos, forman el rebaño en el que
Dios va a poner su morada en la relación de amor que constituye su vida
silenciosa, sencilla y humilde, como la de María (cf. Mc 9,33-36).
Lectura del santo evangelio según San
Lucas 12, 32-34
Para meditar
«Acogeos mutuamente como Cristo nos acogió a
nosotros para gloria de Dios (Rom 15,7). Como Cristo recibió a los ciegos
para restituirles la vista, a los cojos para hacerles andar, a los leprosos
para limpiarlos, a los sordos para devolverles el oído, a los muertos para
resucitarlos, a los pobres para evangelizarlos, así debemos nosotros acogernos
unos a otros. Si tu prójimo es ciego por la soberbia, en cuanto te sea posible
ilumina sus ojos con el ejemplo de humildad; si está cojo por la hipocresía,
enderézalo con las obras de la verdad; si está leproso por la lujuria, límpialo
con la palabra y el ejemplo de la castidad; si está sordo por la avaricia,
proponle el ejemplo de la pobreza del Señor; si está muerto por la gula y la
embriaguez, resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia. A los
pobres, en cambio, anúnciales la vida de Cristo» (San Antonio de Padua, Sermones Dominicales y Festivos.
«Segundo Domingo de Adviento», 2,15).
6.2 de mayo
María Catalina Troiani (1813-1887)
La beata María Catalina Troiani, de nombre de pila
Constanza, nace en Giuliano di Roma (Frosinone. Italia) en 1813. Huérfana a los
6 años, ingresa en el convento de Santa Clara de Ferentino en 1829. Su
espiritualidad, inspirada en Santa Clara, se centra en Cristo crucificado y en
su seguimiento con una vida de penitencia y austeridad. Se dedica a la
formación de jóvenes que tienen inquietud misionera. A propuesta del Vicario
apostólico de Egipto, Mons. Perpetuo Guasco OFM, viaja a Egipto para dedicarse
a la educación de niñas pobres en 1859. Trabaja en la iglesia católica de
Muski, de los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa. Funda las
Franciscanas Misioneras, que se dedican, además, a rescatar a las niñas negras
destinadas a la esclavitud y a recoger a los niños recién nacidos y
abandonados. Muere en El Cairo el 6 de mayo de 1887. El papa Juan Pablo II la
beatifica el 14 de abril de 1985.
Común de
Vírgenes
Oración. Señor, tú que te complaces en habitar en
los limpios de corazón,
concédenos, por intercesión de la beata María Catalina, virgen,
vivir, por tu gracia, de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien»
La
Palabra del Señor es la que clarifica las situaciones de bondad y maldad que
hacemos los humanos. Y aunque intentemos manipular la realidad, vendiendo por
bondad divina lo que son puros intereses humanos, Dios lo descubre y denuncia.
Por esto pide la conversión radical de la persona. Y sólo se puede demostrar
cuando el convertido trata a los demás como hermanos y como hijos de Dios,
sobre todo a los abandonados de la sociedad, o a los marginados. Si el pecador
cuida de los pobres, alcanza el perdón por parte de Dios. Y para ello se tiene
que ayudar de su Palabra.
Lectura
del Profeta Isaías 1,10.16-20
Salmo respomnsorialSal Salmo responsorial Sal
103,1.24.29-31.34
El Espíritu de
Dios es vida. Todo lo que toca lo recrea, le da el ser y la capacidad para
vivir y relacionarse. El Espíritu es la relación de vida y amor que Dios
mantiene con su criatura. El creyente lo sabe y por eso está pidiendo su
presencia constantemente.
V. Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la
tierra.
R. Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la
tierra.
Aleluya
Aleluya. Aleluya.
Ven, Espíritu Santo, llena los
corazones de tus fieles
y enciende en ellos la llama de tu amor.
Aleluya.
Evangelio
«Cuando el
Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena»
El Espíritu continúa la misión
histórica de Jesús, que es la salvación y la revelación que ha traído a la
historia de parte del Padre. La unión del creyente con el Hijo y el Padre
permanece como realidad fundamental en la vida cristiana por medio del Espíritu,
dando la posibilidad de que continúe adelante la historia de Jesús, como
revelador del Padre y portador de su salvación. Los dones y los frutos del
Espíritu son el desarrollo en el cristiano de la relación de amor que le
identifica dentro de la Trinidad divina.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 15,26-27; 16,12-15
Para meditar
Conocéis la vida de la madre María Catalina y estaréis de
acuerdo en que fue ciertamente la «mujer fuerte y amable» de la Escritura,
hasta el punto de que cristianos y musulmanes la llamaban "Mamá
Blanca" por su bondad y valentía en socorrer a los necesitados, sobre todo
a las chicas, a los recién nacidos, expósitos y abandonados, afligidos y
pobres. Pero sabéis que para llevar a la práctica este ideal de caridad y
testimonio misionero tuvo que afrontar dificultades, contradicciones,
animadversiones, antagonismos y complicaciones en lo civil y lo religioso. Nada
ni nadie pudo detenerla jamás porque, segura de la llamada de Dios y siempre
totalmente de acuerdo con las autoridades eclesiásticas, sentía con pasión la
necesidad de amar a los hermanos en nombre de Dios y anunciarles y
testimoniarles el Evangelio con entrega absoluta. En su biografía se lee que,
cuando las seis primeras franciscanas que habían salido del monasterio de Santa
Clara de Ferentino para comenzar su misión en El Cairo, hicieron escala en Malta,
les llegó dolorosa noticia de la muerte del vicario apostólico de Egipto,
monseñor Perpetuo Guasco, que las había llamado. Hubo un momento de
desconcierto y desorientación en las religiosas, pensando en volver a su
patria. Pero firme y resuelta a hacer la voluntad de Dios, sor María Catalina
les dijo: «Animo, hermanas. Nos hemos desprendido de la tierra y nos
encontramos entre el cielo y el mar, pero no temamos, pues nos guía el
Altísimo. Hemos perdido a un padre en la tierra, pero tenemos al Padre del
cielo que jamás nos abandona. ¡Animo! ¡Adelante!».
(Juan Pablo II, Discurso a los a los
peregrinos en su beatificación , 1985, en L'Osservatore
Romano, edición semanal en lengua española, del 19-V-85]
8 de mayo
Amato Ronconi (1238-1304)
El
beato Amato de Ronconi nace en Saludecio (Rímini. Italia) en el seno de una
familia acomodada. Huérfano y guiado por el hermano Santiago ingresa en la
Orden Franciscana Seglar para dedicarse por entero a los pobres y marginados de
su tiempo. Crea un hospicio sobre el Monte Orciale, base donde cuidaba a las
personas más necesitadas. Desde aquí se extiende su fama de santidad y amor a
los pobres por toda la región, ahondando e identificando el carisma de los
seglares franciscanos en la Iglesia. Más tarde deja su servicio a los
necesitados y se da a la contemplación y vida de penitencia, como era costumbre
en este tiempo en la Orden. Muere el 15 de mayo del año 1304. El papa Pío VI
aprueba su culto el 17 de abril de 1776.
Común de
Santos Varones
Oración. Señor Dios, tú nos has revelado que toda
la ley se compendia en el amor a ti y al prójimo; concédenos que, imitando la
caridad del beato Amato, podamos ser un
día contados entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Vosotros sois
el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro»
Las cualidades personales y los dones
que da la gracia a cada cristiano sirve para la edificación del cuerpo de
Cristo; tienen un sentido comunitario y se ejercen para beneficio de todos (cf.
1Cor 12,7.11; Ef 4,7-10). La capacidad de servicio personal debe tender al bien
común, que no al bien propio, pues entonces se desune la fraternidad. La misión
del Espíritu es orientar todos los servicios hacia la comunidad, y que cada don
personal tenga sentido dentro del conjunto, porque todos son necesarios; porque
todos construyen la Iglesia y la fraternidad; porque todos buscan el bien.
Lectura de la
primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,12-14.27-30
Salmo
responsorial Sal
115,12-13.17-18
Cuando la vida
respira a Dios, todo se convierte en gracia. Las personas que nos rodean y las
cosas que tenemos se entienden como dones que regala el Señor, y no
exclusivamente como fruto del trabajo. Por eso se alaba al Señor, se da gracias
continuamente.
V. Te ofreceré, Señor, un sacrificio
de alabanza.
R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio
de alabanza.
Aleluya Éx 15,26
Aleluya. Aleluya.
«Si escuchas atentamente la voz del
Señor, tu Dios, y haces lo que considera recto, no te afligiré con ninguna de
las plagas con que afligí a los egipcios; porque yo soy el Señor, el que te
sana».
Aleluya.
Evangelio
«Curó a muchos
enfermos de diversos males»
Jesús proclama la venida del Reino de
Dios por los pueblos que rodean el lago de Galilea. Por la autoridad con que
habla y los milagros que acompañan a la palabra, todo el mundo le sigue
entusiasmado. Jesús le quita la fiebre a la suegra de Simón; y de seguida se
levanta y le sirve. Se recupera la salud para servir a los demás y mostrar que
Dios se hace presente en la vida para potenciarla, para recuperarla. Jesús
expulsa también los demonios a los poseídos. Éstos recuperan, con la salud, la
libertad también para servir y alabar al Señor.
Lectura del
santo Evangelio según San Marcos 1,29-34
Para meditar
8.1 de mayo
Jeremías de Valaquia (1556-1625)
El beato Jeremías de Valaquia, Franciscano
Capuchino, nace en Tzazo, Valaquia Menor, la actual Moldavia Inferior de
Rumania, el 29 de junio de 1556; es hijo de Stoika Kostist y Margarita Barbato,
agricultores; en el bautismo le ponen el nombre de Juan. Recibe una sólida
formación cristiana en la que sobresale el amor a los pobres y hambrientos.
Permanece en su país hasta los 18 años. Después viaja a Italia. En Nápoles
ingresa en los Capuchinos, donde toma el hábito en mayo de 1578 en el convento
de Sessa Aununca y profesa el 8 de mayo del año 1579. Después de residir en San
Efrén Antiguo de Nápoles y en Pozzuoli, en 1585 es enviado a San Efrén Nuevo
con el oficio de enfermero. Aquí reside hasta el día de su muerte, el 5 de
marzo de 1625. Su vida se centra en la atención y cuidado de los hermanos
enfermos, sin descuidar la atención a los pobres y necesitados, servicio que le
viene de su familia y se acentúa en su formación y estilo de vida franciscano.
El papa Juan Pablo II lo beatifica el 30 de octubre de 1983.
Común de Santos
Varones
Oración. Padre misericordioso, que has concedido al
beato Jeremías imitar a tu Hijo en el servicio a los hermanos y en la total
inmolación por ellos, concédenos recorrer el camino evangélico de la humildad y
de la caridad para colaborar en tu designio universal de salvación. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Lecturas
«Quien odia a su
hermano es un homicida»
El amor a Dios y el
amor a los hermanos se centra el mensaje evangélico de Jesús (cf. Mc
12,28-34par). Y esto es tan urgente en todos los tiempos y en todas las
culturas, que es lo que da sentido a la vida humana (cf. 2Cor 5,14), al menos
como aportación fundamental del cristianismo. De ahí que debe siempre estará
presente en nuestra conciencia y en nuestro corazón el verdadero contenido de
la dignidad cristiana. El mandato de Jesús (cf. Jn 13,34; 1Jn 3,23) se
identifica con lo que él vivió. Su vida es la horma de nuestro amor a Dios y a
los hermanos (cf. Col 1,24).
Lectura
de la primera carta del Apóstol San Juan 3,
14-18
Salmo responsorial Sal 113,1-2.3-4.5-6.7-8
El Señor habita en su gloria. Pero no está encerrado en
ella desconociendo a sus criaturas. El preside también toda la creación mirando
por su estabilidad y bien. Además de las criaturas se preocupa de sus hijos
como un Padre, sobre todo por aquellos que sufren la humillación, los que
padecen habre y sed. El Señor no está ausente de la historia y evolución del
mundo y del hombre.
V. Bendito sea el nombre del Señor
ahora y por siempre
R.
Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre
Aleluya. Lc
10, 27
Aleluya.
Aleluya.
«Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu fuerza
y con toda tu mente. Y a tu prójimo
como a ti mismo»
Aleluya
Evangelio
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón»
El amor de Dios a Israel ha sido una
evidencia a lo largo de su historia (cf. Dt 7,7; Os 4,4). La exigencia de
responder a la actitud de Dios queda escrita en los primeros mandamientos: sólo
el Señor es el único que existe y a quien deben adorar y amar (cf. Éx 20,3-7; Dt
6,5). Jesús une y relaciona la respuesta del amor a Dios con el amor al
prójimo, que también es otra evidencia en Israel (cf. Lev 19,17; 23,4.9), y la
presenta como la síntesis de todo el Decálogo (cf. Mt 22,34-40). De aquí se
originan y dimanan todos los demás mandamientos. La parábola del Buen
Samaritano lo evidencia. Todavía más. Para Pablo, el amor al prójimo es el
cumplimiento de la Ley (cf. Rom 13,8-10; Gál 5,14) y Jesús amplía el horizonte
humano: comprende el amor al enemigo (cf. Lc 10,29-37). Es así como aparece con
más nitidez la paternidad universal de Dios y la comunión entre todos los
hombres, cuyo amor es un amor de hermanos e hijos de Él.
Lectura del santo evangelio según San
Lucas 10,
25-37
Para meditar
«Acogeos
mutuamente como Cristo nos acogió a nosotros para gloria de Dios (Rom 15,7). Como Cristo recibió a los ciegos para
restituirles la vista, a los cojos para hacerles andar, a los leprosos para
limpiarlos, a los sordos para devolverles el oído, a los muertos para
resucitarlos, a los pobres para evangelizarlos, así debemos nosotros acogernos
unos a otros. Si tu prójimo es ciego por la soberbia, en cuanto te sea posible
ilumina sus ojos con el ejemplo de humildad; si está cojo por la hipocresía,
enderézalo con las obras de la verdad; si está leproso por la lujuria, límpialo
con la palabra y el ejemplo de la castidad; si está sordo por la avaricia,
proponle el ejemplo de la pobreza del Señor; si está muerto por la gula y la
embriaguez, resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia. A los
pobres, en cambio, anúnciales la vida de Cristo» (San Antonio de Padua, Sermones Dominicales y Festivos.
«Segundo Domingo de Adviento», 2,15).
8.2 de mayo
Carmen del Niño Jesús (1834-1899)
La
beata María del Carmen González Ramos nace en Antequera (Málaga. España), el
día 30 de junio de 1834. Contrae matrimonio con Joaquín Muñoz del Caño en 1856.
A los 47 años enviuda. Preocupada por la educación de los niños abandonados,
forma un grupo de mujeres para realizar esta labor. Profesa en la Orden
Franciscana Seglar, en la que ocupa la responsabilidad de Maestra de novicias.
Vive el sentido de fraternidad universal, de pobreza y de amor a la humanidad
de Cristo tan importante en San Francisco de Asís. El 8 de mayo de 1884 funda
el instituto de las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones,
intensificando la espiritualidad franciscana sobre el amor al Corazón de Cristo
y al Corazón de María. Crea once fraternidades para servir, además de la
educación de los niños, a los enfermos y a las jóvenes obreras. Muere en
Antequera el 9 de noviembre del año 1899. El papa Benedicto XVI la beatifica el
6 de mayo de 2007.
Común de Santas Mujeres
Oración. Dios, Padre bueno, que has dado a tu sierva, la beata
madre Carmen del Niño Jesús, grandeza de alma para contemplar e imitar a tu
Hijo en los misterios de Belén, el Calvario y la Eucaristía, concédenos, por
sus ruegos, espíritu de oración y caridad para que, fieles a tu voluntad,
seamos en el mundo signos de la Vida nueva. Por nuestro Señor nuestro Señor
Jesucristo.
Lecturas
«Amar es cumplir la ley entera»
La relación que el Señor ha
decidido establecer con su creación, tanto cuando le dio origen, como cuando la
recreó en la historia de su Hijo, es la del amor. El motivo último de la creación
es establecer una alianza con su criatura. El motivo último de la Encarnación
es el amor: «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo» (Jn
32,16). Por eso, el amor es lo que resume la ley del AT y es lo que identifica
la vida nueva del cristiano (cf. Gál 5,14).
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13,8-10
Salmo responsorial Sal
78,8-9.11.13
El pueblo desterrado recuerda las traiciones que ha hecho al Señor.
Reconoce sus pecados, pide perdón y con él la salvación: que el Señor le
devuelva la libertad. Pero es consciente de que sólo si se convierte de verdad
podrá ver el rostro del Señor en el país de la vida, en el espacio que le donó
después de la promesa hecha en la Alianza del Sinaí.
V. Señor, no nos trates como merecen
nuestros pecados.
R. Señor, no nos
trates como merecen nuestros pecados.
Aleluya Lc 4,18-19
Aleluya. Aleluya.
«El Señor me ha
enviado a dar la Buena Noticia:
a proclamar la liberación a los cautivos».
Aleluya.
Evangelio
«Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá»
El
cristiano que experimenta en verdad al Señor, sabe lo que es la relación de
amor que ha establecido con Él, y, por consiguiente, la pobreza de su
respuesta. Esta indigencia natural que soporta todo hombre como medida de su
ser, cambia cuando funda su existencia en el Señor. Él se entrega, enriquece a
sus hijos más que un padre natural hace con los suyos. Con esta confianza es
como vive el cristiano y experimenta la paz de aquel que se sabe mirado y
querido por Dios Y desde esta relación se relaciona con los más necesitados
para recuperar su dignidad cristiana.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11,9-13
Para meditar
“Es madre Carmen –me
decía-, una criatura que el Señor ha escogido para la empresa de caridad tan
multiplicada como la que está llevando a cabo. ¿Quién diría, si no fuese cosa
de Dios, que aquella señora tan recogida y probada en el hogar doméstico, había
de desplegar tan sorprenden actividad en el ocaso de su vida? No hay duda; yo
veo que el cielo la ha adornado de unas dotes excepcionales de superior talento
y singular discreción, unidos a su simpatía y don de gentes. Pero lo que más
admiro es su virtud y fortaleza para superar tantas contrariedades y conjurar
dificultades enormes, que la ponen en gravísimos conflictos: que si no fuese un
alma del temple de ella, hubieran dado al traste con esta hermosa obra […] Ante
todo se traslucía su gran espíritu de humildad. Jamás quería distinciones para
ella. En el fervor, espíritu de oración y presencia de Dios era ejemplarísima;
hablaba de lo que encerraba su corazón: de Dios y de la virtud. Así producía en
los que la tratábamos un deseo de ser mejores, que es el síntoma de las almas
perfectas: llevar a Dios por sus edificantes ejemplos y fervorosas
conversaciones. (Del Testimonio aportado en el
Proceso de beatificación por Miguel Jiménez Pérez, capellán y confesor del
Convento de Ntra. Sra. de La Victoria. Inquisitio de documentis processui
apostolico, Rolma 1974, pp. 52-56).
8.3 de mayo
Ulrica Nisch de Hoegne
(1882-1913)
La beata
Ulrica Nisch nace en Oberdorf-Mittelbiberach (Wurttenberg. Alemania) el 18 de
septiembre de 1882, en una familia muy pobre. Su abuela le da una profunda
formación religiosa y trabaja como empleada de hogar para ayudar a su familia.
En 1903 es hospitalizada en Rorschach, donde conoce a las Hermanas de la
Caridad de la Santa Cruz de Ingebohl. Poco más tarde ingresa en la
Congregación. Profesa en Hoegne el 24 de abril de 1907. Obedece los destinos en
el hospital de Bühl en Mittelbaden y en la Casa de San Vicente, de Baden-Baden.
Destaca por su vida de oración, humildad, penitencia y servicio a las hermanas.
Enferma de tuberculosis en 1912. Ingresa en el hospital de Santa Isabel, en la
Casa de Hoegne, donde a la edad de 31 años murió, el 8 de mayo de 1913. Es
beatificada por el papa Juan Pablo II el 1 de noviembre de 1987.
Común de
Vírgenes
Oración. Señor, tú que te complaces en habitar en
los limpios de corazón,
concédenos, por intercesión de la beata Ulrica, virgen, vivir con ayuda de tu gracia los
padecimientos de tu Hijo, para que merezcamos, como él, la gloria de la
Resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«En la vida y en la
muerte somos del Señor»
Dios responde al pecado del hombre,
que se ha alejado de su influencia de
amor, con otro acto de amor, que añade al de la creación: envía a su Hijo. El
rescate de los hombres dominados por el diablo le ha costado al Padre ofrecer
la vida de su Hijo (cf. Rom 5,20; 1Cor 6,20; Jn 10,10). Se ha pasado del
dominio de las tinieblas al reino de la luz, donde resplandece la gloria del
Padre y el amor extremo de su Hijo (cf. 1Jn 1,5; Col 1,3). El hombre ya es
libre para amar gracias a Jesucristo (cf. Rom 8,21; Gál 4,31), al que le
debemos el que nos sintamos hermanos, porque somos en realidad hijos de Dios.
Lectura de
la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 14,7-9
Salmo responsorial Sal
18,8-10.15
El Señor da la
seguridad al creyente porque procede con rectitud; porque su palabra es justa
y, en cuanto tal, genera vida y comunidad. De ahí que el cumplimiento de sus
mandatos no sólo transmitan su salvación, inscrita en su ley, sino la paz y la
seguridad para el justo, porque sabe que camina por la senda acertada.
V. Tus palabras, Señor, son espíritu
y vida.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu
y vida.
Aleluya Jn
10,27
Aleluya. Aleluya.
«Mis ovejas escuchan mi voz —dice el
Señor—;
y yo las conozco y ellas me siguen».
Aleluya.
Evangelio
«Quien quiera
ser el primero, que sea el último y servidor de todos».
Mientras Jesús enseña que su vida
terminará en la cruz como expresión del servicio a los demás, los discípulos
discuten sobre la actitud vital contraria: la del poder. Ante el poder, Jesús
les presenta la figura humana más débil: la del niño. A través de la debilidad
que entraña el amor es como la salvación, que procede del Padre, pasa a los
hombres por medio del amor servicial de Jesús. Y esta actitud es la que deben
tener todos los que quieran asumir responsabilidades en la comunidad cristiana
(cf. Rom 12,3-19; 14,1-15), porque en ella no caben los engreídos o poderosos,
ya que contradicen el sistema de relaciones que funda a la comunidad cristiana
(cf. Sant 2,1-9).
Lectura del
santo Evangelio según San Marcos 9,29-36
Para meditar
“Podemos
beatificar a Sor Ulrica Nisch porque en los treinta y un años de su vida
terrena, se cumplieron las condiciones establecidas por las bienaventuranzas
del Evangelio. Quien sabe de su vida, sabe de la gran pobreza de su infancia,
de su humilde servicio, de las pruebas de su cuerpo enfermo, del periodo de
oscuridad que pasó en la oración. Estas duras experiencias fueron llevadas por
la Hermana Ulrika con tal pureza de corazón que siempre veía, hasta en las
cosas más pequeñas, la bondadosa mano de Dios, y de Él recibía en cada momento
de la vida su agradecimiento filial. Fue muy pobre ante Dios ( cf. Mt 5, 3 ).
El
amor de Dios no encontró obstáculo en su pensamiento, en sus sentimientos y en
su voluntad: tenía un "corazón
puro", y su afán en la vida fue siempre "buscar a Dios" en la
unión mística ( cf. Mt 5, 8). Una oración continua acompañó su trabajo y su
descanso nocturno", todo lo hacía oración.
Llena
de Dios, Ulrika Nish se volvió más receptiva a su amor; un amor con el que
impregnaba todas sus acciones e incluso los servicios y trabajos más sencillos
a la gente. En su presencia, la gente se sentía "como en el cielo. Fue
verdaderamente bendecida porque su poder radicó en un "amor sin
medida” (cf. Mt 5, 5 ).
(Juan
Pablo II, homilía de la beatificación, 1 noviembre 1987)
9 de mayo
Catalina de Bolonia ( 1413-1463)
Santa
Catalina nace en Bolonia (Emilia Romaña. Italia) en el año 1413. Es hija de una
familia noble llamada Vigri. Llega a formar parte de la corte de Margarita,
princesa de Ferrara. Recibe una educación exquisita, aprendiendo filosofía,
latín y arte religioso. Cuando Margarita se casa con Roberto Malatesta,
príncipe de Rímini, ingresa en una comunidad de damas perteneciente a la
espiritualidad agustiniana y que, más tarde, por influencia de los
franciscanos, se transforman en una comunidad de Clarisas. Catalina emite sus
votos en1432. Es nombrada Maestra de novicias. Aquí escribe la obra Las
siete armas y es adornada por toda clase de experiencias espirituales,
siempre fiel al espíritu de penitencia y entrega de Santa Clara. En 1455, se
autoriza a la Observancia constituir monasterios de Clarisas. Santa Catalina es
elegida para fundar en su ciudad natal. El 22 de julio del año 1456 llega a
Bolonia para implantar la espiritualidad clariana. Muere el 9 de marzo del año
1463. Su cuerpo recibe sepultura en la capilla del Corpus Domini del monasterio.
Fue canonizada en 1712 por el Papa Clemente XI. Es la patrona de los artistas,
y entre sus obras destacan: Cristo en la Cruz y Santa Úrsula y sus
Hijas (Bolonia); Santa Úrsula y Mártires (Venecia).
Común de Vírgenes
Oración. Señor, Dios nuestro, que has colmado de gracias
extraordinarias a tu virgen Santa Catalina de Bolonia, concédenos imitar sus
virtudes para merecer con ella el gozo de tu reino. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Lecturas
«El amor es fuerte como
la muerte»
Si la muerte es la realidad que destruye
todo lo construido a lo largo de la vida humana, hay una experiencia que puede
con ella. Es el amor. Porque en el amor está Dios (cf. 1Jn 4,12), porque el
amor es Dios (cf. 1Jn 4,8-16). Y el Dios de la vida (cf. Mc 12,18-27par) no
deja que se pierdan sus hijos. Además, el amor es la fuerza capaz de
transformar a una persona, transformación que se consigue conforme se
intensifica la relación con Él.
Lectura del Cantar de los Cantares 8, 6-7
Salmo responsorial Sal 44,
11-12.14-15.16-17
El Salmo es un canto compuesto para la
boda de un rey. La creencia judía y cristiana lo refiere a la boda del Mesías
con Israel o con la Iglesia (Cat 3,11; Is 62,1; etc.), que comporta los
atributos del Señor (cf. Sal 145,4-7.112-113). Por otro lado, si se abandona el
culto pagano, las raíces paternas, se le dará a cambio hijos para proseguir su
vida en la historia humana.
V. En ti, Señor, he puesto mi
alegría.
R. En ti, Señor, he puesto mi
alegría.
Aleluya Lc 11,28
Aleluya. Aleluya.
Bienaventurados los que escuchan la palabra
de Dios
y la guardan.
Aleluya
Evangelio
«Marta lo recibió en su casa. María ha
escogido la parte mejor»
María,
como Lidia a Pablo (cf. Hech 16,15), acoge a Jesús en su casa. Y escucha su
palabra, como una discípula (cf. Lc 8,1-3). Marta está absorbida con los
preparativos de la comida a los invitados. Y llega un momento que se queja al
Maestro. Jesús, como Señor, sentencia: no hay que hacer tantas cosas que puedan
absorber la atención de tal manera que quede en segundo lugar, o en el olvido,
la más importante en esos momentos, como es la presencia de Jesús explicando la
Palabra de Dios. Porque «no sólo de pan vive el hombre...» (Cf. Lc 4,4; Dt
8,3).
Lectura del santo Evangelio según San Lucas Lectura del
santo evangelio según San Lucas 10,38-42
Para meditar
«Si tantas
razones como hay para amarte, Dios de mi corazón y esposo de mi alma, no bastan
para que mi corazón, de día y de noche, siempre arda en llamas de amor,
despiértame siquiera y muéveme a lo menos el amor inmenso que me tienes.
Ninguna cosa más provoca al amor que ser amado; y así amamos a los que nos aman,
aunque sean indignos de nuestro amor, solamente porque nos aman. ¿Quién es tan
silvestre y bárbaro que no ame a quien le ama? Los hombres muy crueles suelen
amar a quien los ama, y no quieren hacer esto contigo, siendo quien eres y
amándolos tú tanto que te diste a ti mismo por ellos.
Pues un amor no se paga sino con otro
amor, muy justo es por cierto, Señor, que yo te ame y arda en vivas llamas de
puro fuego de amor, pues tan ardentísimamente soy amado de ti. Si dudas, pues,
ánima mía, del amor que tu Dios te tiene, sus testimonios por cierto son muy
terribles. Testigo es la cruz, testigos son los clavos, testigos los dolores,
testigo la confusión, testigos los arroyos de sangre y testigo la muerte amarga
y acerbísima que por ti sufrió» (Diego de Estella, Meditaciones del amor de Dios, 11).
11 de mayo
Ignacio de Láconi (1701‑
1781)
San Ignacio
nace en Láconi (Cerdeña. Italia) el 17 de noviembre de 1701, hijo de Matías
Peis Cadello y Ana María Sanna Casu. A los 18 años cae enfermo y promete a
Dios, si se cura, ingresar en los Franciscanos Capuchinos, promesa que cumple
el 3 de noviembre de 1721 en el convento de Cágliari. El 10 de noviembre de
1721 toma el hábito en el convento de San Benito. Después vive en las
fraternidades de Iglesias, Sulcis y Cágliari, en el convento de Buoncammino,
donde se ocupa del telar y de pedir limosna. Aquí reside durante 40 años.
Muestra su humildad, simplicidad, bondad y caridad entre los pobres y los
pescadores, convirtiéndose en un icono creyente y franciscano en esta
población. Queda ciego en 1779 y fallece en Cágliari el 11 de mayo de 1781. El
papa Pío XII lo canoniza el 21 de octubre de 1951.
Común de Santos Varones
Oración. Oh Dios, que has llevado a San Ignacio de
Láconi a la meta de la santidad por el camino de la sencillez evangélica y el
amor a los hermanos, concédenos imitar su vida y ejemplo con obras de caridad
al servicio de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Nunca me
precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado»
San
Pablo resalta la condición social de los que componen las asambleas cristianas.
Los pobres, que se abren a Dios, reciben los beneficios de la salvación que ha
donado por medio de su Hijo Jesucristo. Dios excluye a los que se creen
salvados por su orgullo, por la posesión de bienes materiales; y los excluye,
también, porque someten y esclavizan a los demás para mantener su poder social.
Salvación, en este sentido, es la liberación de aquellos que dominan a los
demás y para poder disfrutar de la libertad de los hijos de Dios.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a
los Corintios 1,26-31; 2,1-2
Salmo
responsorial Sal
15,1-2.5.7-8.11
El
salmo expresa la entrega total y definitiva al Señor. A pesar de que los
creyentes llevan una vida de trabajo y cuidado de la familia, cuando mantienen
su relación con el Señor, éste se hace cada vez más patente e intensifica su
presencia en la vida, hasta que el creyente se entrega por entero a su relación
de amor.
V. El Señor es el lote de mi heredad.
R. El Señor es el lote
de mi heredad.
Aleluya Aleluya Mt
11,25
Aleluya. Aleluya.
«Bendito
seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los misterios de tu Reino a la
gente sencilla».
Aleluya.
Evangelio
«Si
no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los cielos»
Jesús enseña algunos aspectos que deben
presidir la fraternidad evangélica. Como principio excluye el poder, e indica a
los discípulos que el camino a seguir es el de la humildad, la sencillez, la
debilidad, la inocencia, etc., características de la infancia. Con estas
actitudes básicas, deben abrirse a todo el mundo y acoger, sobre todo, a lo que
simbolizan los niños, que son aquellos que, por cualquier causa, viven en la
debilidad, caminando desamparados y solos por la vida. Quién los recibe están
cobijando al mismo Jesús y a su Padre, pues les tiene especial benevolencia
(cf. Lc 10,21-22; Mt 11,25-27).
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18,1-5.10
Para meditar
«A quien, ávido de
perfección, eligió a Cristo, le es sumamente necesario ejercitar su alma en la
práctica asidua de la oración y en la devoción […]. Has de saber que son
necesarias tres cosas para alcanzar la oración perfecta. Lo primero, cuando te
pongas a orar, levantado tu cuerpo y tu corazón, cerrados tus sentidos, debes
repasar, con un corazón triste y contrito, tus miserias pasadas, presentes y
futuras. Lo segundo es la acción de gracias, es decir, agradecer con humildad a
tu Creador los beneficios recibidos de él, y aun aquellos que te quedan por
recibir. No hay nada que nos haga tan dignos de los favores divinos que el dar
gracias a Dios continuamente, de palabra y de obra, por los beneficios
recibidos. Lo tercero que se requiere para la perfección de la oración es que,
durante la misma, tu ánimo no piense en nada más sino en que estás orando.
Porque no es conveniente estar hablando a Dios con los labios y poner el
corazón en otra cosa, como dirigiendo medio corazón hacia el cielo y la otra
mitad hacia la tierra». (De la Vida perfecta (para religiosas) de
San Buenaventura. Cap. V, 1-5: San Buenaventura, Experiencia y teología del misterio, BAC, Madrid 2000, pp.
249-253).
No hay comentarios:
Publicar un comentario