Mayo
María, Madre de la Misericordia
(Sábado de la II Semana
de Pascua)
La
primera referencia que se tiene sobre el título de María como Madre de
misericordia es la de San Odón (✝ 942), abad
de Cluny. Escribe que María, Madre de Misericordia, da a luz al salvador del
mundo que por medio de ella se manifiesta al mundo (Vita Odonis, en PL 133,47). También San Lorenzo de Brindis escribe
en un sermón de su obra «Marial» sobre la misericordia de María. Existe en la
Familia Franciscana la Congregación de las
Franciscanas Hijas de la Misericordia, que nace en Pina (Mallorca. España) en
1856, y desarrolla su misión en los campos de la Educación, la Acción Social,
la Sanidad y en colaboración con las parroquias donde está inserta. Actualmente
está presente en España, Italia, Bolivia, Perú, México y Texas (USA). En el
presente, las Franciscanas Hijas de la Misericordia, al cumplirse el 150
Aniversario de la Congregación, disciernen sobre nuevos campos de misión
acordes con las exigencias de la Iglesia y de las culturas donde están
insertas.
Común de Santa
María Virgen
Oración. Oh Dios, cuya misericordia no tiene límites, concédenos, por
intercesión de la Virgen María, Madre de misericordia, conocer tu bondad en la
tierra, para alcanzar tu gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Dios, rico en misericordia»
El Apóstol comprueba un mundo sometido a las fuerzas
diabólicas que tienen sumidas al hombre en la perdición y desesperanza (cf. Rom
3,23; 2Cor 4,4; Col 2,13; 3,7). El primer paso para la conversión y vislumbrar
el mundo nuevo que Dios nos ofrece en Cristo Jesús es ser consciente de esta
situación. Entonces es cuando es posible dejarse influir por Dios, vislumbrar
que Él tiene la potencia amorosa para sacar al pecador de su estado y situarse
a su lado para guiarlo y acompañarlo en su vida. Y la actitud que se acentúa de
Dios es un amor pleno de misericordia que reconcilia consigo al pecador y a los
hombres sumidos en la oscuridad de su lejanía, pues Él es la luz.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los
Efesios 2,4-10
Salmo
responsorial Sal
102,1-4.6.8.13.17
El
creyente padece una grave enfermedad, que en la mentalidad del AT es fruto del
pecado. Dios le cura y al curarle le perdona el pecado. Todo se debe a su
misericordia, misericordia que actúa el amor y la ternura de Dios para con sus
hijos.
V. La misericordia del
Señor dura por siempre.
R.
La misericordia del Señor dura por siempre.
Aleluya
Aleluya.
Aleluya.
Dios
te salve, Madre del Señor, Madre de misericordia,
consuelo del mundo y esperanza de los
desgraciados.
Aleluya.
Evangelio
«Dichosa tú, que has creído»
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1,39-55
Para meditar
«María es Madre de misericordia
porque Jesucristo, su Hijo, es enviado por el Padre como revelación de la
misericordia de Dios (cf. Jn 3,16-18). Él ha venido no para condenar sino para
perdonar, para derramar misericordia (cf. Mt 9,13). Y la misericordia mayor
radica en su estar en medio de nosotros y en la llamada que nos ha dirigido
para encontrarlo y proclamarlo, junto con Pedro, como «el Hijo de Dios vivo»
(Mt 16, 16). [...] María es también Madre
de misericordia porque Jesús le confía su Iglesia y toda la humanidad. A los
pies de la cruz, cuando acepta a Juan como hijo; cuando, junto con Cristo, pide
al Padre el perdón para los que no saben lo que hacen (cf. Lc 23, 34), María,
con perfecta docilidad al Espíritu, experimenta la riqueza y universalidad del
amor de Dios, que le dilata el corazón y la capacita para abrazar a todo el
género humano. De este modo, se nos entrega como Madre de todos y de cada uno
de nosotros. Se convierte en la Madre que nos alcanza la misericordia divina.
(Juan Pablo II, Veritatis Splendor,
118.120).
«Madre
de misericordia. ¡Cuán dulce es el nombre Madre! No es posible expresarlo, es
imposible comprenderlo. Ahora bien, la Virgen Santísima es llamada no sólo
Madre, sino Madre de misericordia, esto es, misericordia en extremo, Madre
tiernísima, amantísima» (San Lorenzo de Brindis, Marial, 416).
Divina Pastora, Madre del Buen
Pastor
(Sábado
después del III Domingo de Pascua)
En el año
1703 se le aparece la Virgen al padre Isidoro de Sevilla, Franciscano Capuchino,
vestida de pastora. Al poco la da a pintar a Alonso Miguel de Tovar con los
siguientes rasgos: sombrero pastoril, un manto azul terciado al hombro, un
bastón en su mano izquierda y en su alrededor varias ovejas pastando. Y el 8 de setiembre, fiesta
de la Natividad de María, del mismo año saca la imagen en procesión en un
estandarte. Se concreta así una devoción que al menos está en San Pedro de
Alcántara y San Juan de Ávila. Francisco Ruiz Gijón hace una escultura y se
hace una procesión con ella en el año 1705. El
beato Diego José de Cádiz
extiende la devoción por toda España, y su imagen preside todas sus misiones
populares. El papa Pío VI instituye la fiesta de la Madre del Divino Pastor el
1 de agosto de 1795.
Común de Santa
María Virgen
Oración. Señor
Jesucristo, Pastor bueno, que entregaste la vida por tus ovejas, y, elevado en
la cruz, nos diste a la Virgen por Madre; concédenos, por su intercesión
poderosa, seguirte ahora como Pastor nuestro en la tierra, y llegar después a
la Pascua eterna en el cielo. Tú que vives y reinas.
Lecturas
«Venid a mí los que me amáis,
y saciaos de mis frutos»
La sabiduría aparece cada vez más
como personificación de la presencia divina en la historia humana y en Israel.
Y la tradición cristiana la aplica con frecuencia a la Virgen María. Ella es,
con la respuesta positiva al mensaje de Gabriel, la que hace posible que la
sabiduría del Padre, que es Cristo, se encarne en la historia (cf. Jn 1,14). Y,
por otro lado, una vez que ha seguido a su Hijo en el ministerio por Palestina,
María es la que está presente en el nacimiento de la Iglesia como garantía de
la misión apostólica.
Lectura del libro del Eclesiástico
24,3-4.8.12.18-22
Salmo responsorial Salmo responsorial Sal 30,2-6.15-16.20
El justo atrapado por el mal,
eleva su súplica al que no sólo le ha traído a la vida, sino garantiza su
conservación y su desarrollo en paz. No puede la persona aislarse de las
vicisitudes de esta vida. De ahí la necesidad de permanecer siempre bajo la
protección de Aquel que nos quiere más a nosotros que ningún otro ser.
V. Sálvame, Señor, por tu
misericordia.
R. Sálvame, Señor, por tu
misericordia.
Aleluya Jn
19,27
Aleluya. Aleluya.
«Ahí tienes a tu madre», —dice el
Señor.
Aleluya.
Evangelio
«Mujer, ahí tienes a tu hijo»
Lectura del santo Evangelio según
San Juan 19,25-27
Para
meditar
«Vino, pues, el Hijo para hacerse un
vestido de lana de oveja, es decir, de la Virgen, llamada oveja por su
inocencia. Esta es nuestra Raquel, que quiere decir oveja, que el verdadero
Jacob encontró junto al pozo de la humildad, como se dice en el libro del
Génesis (29,10). O también, la oveja fue Adán, del cual se dice: Anduve errante como oveja descarriada (Sal
119,176). Dicen las Ciencias Naturales que,
si de la lana de oveja despedazada por el lobo se hace un vestido, en el
vestido se crían gusanos [...] Para purificarnos de la mancha de la carne y del
espíritu, Cristo recibió la lana incorrupta que la oveja poseía antes de que el
lobo la hubiese desgarrado. Por lo cual, dice de él Isaías: Comerá manteca y miel (7,15). Recuerda
que la oveja produce dos alimentos: mantequilla y queso. La mantequilla
representa la inocencia de la naturaleza, tal como era antes del pecado; el
queso, los sufrimientos y aridez que sucedió al pecado. La tierra, que es la
carne, será maldita en tus obras, es
decir, por tus obras de pecado. Te
producirá espinos y abrojos (Gén 3,17-18), o sea, pinchazos mayores y
menores. Mas Cristo no comió queso, sino mantequilla, que quiere decir, asumió
nuestra naturaleza tal como la tuvo Adán antes del pecado. De hecho, recibió no
sólo el saco, sino también el mérito del saco; el pecado no, pero sí la pena
del pecado» (San Antonio de Padua, Sermones
Dominicales y Festivos: «Anunciación de la Santísima Virgen María», 9).
1 de mayo
Petronila
de Troyes (1300-1355)
Común del
Vírgenes
Oración. Escúchanos, Dios, Salvador nuestro, para que en la
alegría de la fiesta de tu virgen Petronila te alabemos y demos gracias en la
Eucaristía y aprendamos a servirte con amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«El
pan es uno, y así nosotros, formamos un solo cuerpo»
Pablo manda a los Corintios no pactar
con la idolatría, como lo había recomendado la comunidad cristiana de Jerusalén
(cf. Hech 15,22-29). Y argumenta con la costumbre cristiana de la unión con
Cristo por medio de la bendición sobre el vino y pan que se realiza en la
Eucaristía. Pero no queda sólo aquí. La unión con Cristo hace que todos
formemos un sólo cuerpo cuando se comulga. La comunidad cristiana es tal en la
medida que participa toda ella en la Eucaristía. La unión con el Hijo de Dios
hace que todos nos convirtamos en hermano suyo y hermanos entre sí.
Lectura de la primera carta del
apóstol San Pablo a los Corintios
10,16-17
Salmo
responsorial Sal 77,3-4.7.23-25.54
Con el recuerdo de los hechos salvadores de Dios que
realiza a lo largo de la historia de Israel (cf. Éx 16,9-35; Dt 4,9), el
creyente aumenta su confianza en él y desconfía en las fuerzas humanas que
aspiran a salvar al hombre. No obstante las apariencias sean contrarias, como
el pan y el agua en el desierto, Dios nunca falla, sobre todo cuando se trata
de sus elegidos.
V. El Señor les dio un trigo celeste.
R. El Señor les dio un trigo celeste.
Aleluya Jn 6,51
Aleluya.
Aleluya.
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el
Señor—;
el que coma de
ese pan vivirá para siempre».
Aleluya.
Evangelio
«Yo soy el pan
bajado del cielo»
Lectura del
santo Evangelio según San Juan Lectura del Evangelio
según San Juan 6,41-51
Para
meditar
«¡Alégrate,
pues, también tú siempre en el Señor (cf. Filp 4,4), carísima! No consientas
que nuble tu corazón sombra alguna de tristeza, ¡oh señora amadísima en Cristo,
gozo de los ángeles y corona de tus hermanas (cf. Filp 4,1). Aplica tu mente al
espejo de la eternidad, deja que tu alma se sumerja en el esplendor de su
gloria, endereza tu corazón a aquel que es la figura de la divina sustancia
(cf. Heb 1,3) y transfórmate totalmente, por la contemplación, en la imagen de
su divinidad (cf. 2Cor 3,18). Así probarás tú lo que experimentan los amigos
cuando saborean la dulzura escondida (cf. Sal 30,20), que el mismo Dios tiene
reservada desde el principio para sus amadores (cf. 1Cor 2,9).
No te pares siquiera a mirar a las
seducciones, que acechan a los ciegos amadores de este mundo falaz, y ama sin
reservas a aquel que se te ha dado por amor. El sol y la luna admiran su
belleza; sus prendas son de precio y grandeza infinitos (cf. Sal 144,3). Me
refiero al Hijo del Altísimo, que la Virgen dio a luz, sin dejar por ello de
ser virgen. Llégate a esta dulcísima Madre, que engendró un Hijo que los cielos
no podían contener (cf. 1Re 8,27), pero ella lo acogió en el estrecho claustro
de su vientre y lo llevó a su seno virginal» (Santa Clara de Asís, Cl3C 10-19).
4 de mayo
Vivaldo
de San Geminiano (1250-1320)
El beato Vivaldo, de la Orden Franciscana
Seglar, nace en San Geminiano (Siena. Italia); pertenece a la familia de los
Stricchi, de hondas raíces cristianas. Le instruyó en la fe un sacerdote
ejemplar: el beato Bartolo de San Geminiano, que al contagiarse
de la lepra tiene que retirarse de sus labores pastorales en el año 1280. Se
recluye en el lazareto de Cellole, vecino a su ciudad. Allí le acompaña y le
sirve Vivaldo, que cuida también de los demás leprosos durante 20 años. Poco
después de la muerte del beato Bartolo, toma el hábito franciscano y se
oculta en el eremitorio de Boscotondo de Camporena. Y aquí estará aislado
durante otros 20 años, llevando una vida de austeridad y penitencia extremas.
Es sepultado en la iglesia de Montaione. El papa Pío X lo beatifica el 13 de
febrero de 1908.
Común de Santos
Varones
Oración. Señor y Dios nuestro, que llamaste a una vida de
soledad y penitencia al beato Vivaldo de San Geminiano, concédenos por su
intercesión que sepamos negarnos a nosotros mismos para amarte a ti sobre todas
las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Dios
ha escogido lo más débil»
San Pablo está bien formado en las
tradiciones judías y en el saber griego. De hecho confía por un tiempo en la
capacidad racional para explicar la potencia salvadora del mensaje y vida de
Jesús (cf. Hech 17,22-31). Vistos los resultados, se aparta del camino racional
(cf. Rom 1,22-23; 1Cor 3,20; Ef 4,17-19) y desarrolla la fe como la unión con
Cristo crucificado, que es el que hace posible nacer de nuevo (cf. Jn 3,3-4).
De ahí la necesidad de la humildad que hace a la persona vaciarse de sí misma y
la sencillez necesaria para el encuentro verdadero con Cristo a fin de acceder
al Señor.
Lectura
de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1,24-31
Salmo responsorial Sal
145, 17-18.19-20.21
El Señor siempre corresponde a los que le son fieles. Y
corresponde, porque es justo y bondadoso en todas sus relaciones. Si es
misericordioso con los pecadores, ¡cuanto más será con los que cumplen su
voluntad! Y es fiel cuando caminamos en la vida en paz y cuando le invocamos
para que nos salve de los constantes peligros que entraña la vida y la sociedad
humanas. El Señor siempre acompaña a sus hijos en la historia.
V.
Cerca está el Señor de los que lo invocan.
R.
Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Aleluya Mt
5,3
Aleluya. Aleluya
Bienaventurados
los pobres de espíritu,
porque
de ellos es el Reino de lois cielos. Aleluia.
Evangelio
«Vosotros, que habéis dejado todo y me habéis seguido,
recibiréis vcien veces más »
A
este párrafo evangélico le precede la advertencia de Jesús sobre la
imposibilidad de unir riqueza con su seguimiento, sobre todo cuando la riqueza
se hace a costa del hambre de la gente, o su explotación, o su esclavitud (cf.
Mt 19,23-26). El Reino exige libertad de todo aquello que condiciona para la
mal la vida humana; liberación de las actitudes y de los compromisos que
enfrentan a los hombres o los destruyen. Esta liberación para seguir a Jesús
entraña la austeridad, la pobreza, la entrega total de si a la causa del reino;
etc. pero, al final, el Señor será más generoso con nosotros de lo que nosotros
podamos imaginar.
Lectura del santo Evangelio según San
Mateo 19,27-29
Para
meditar
«La
excelencia de nuestra ánima es que no vea como el cuerpo, porque toda ella es
clara, no ve más adelante que atrás. Toda es capaz de recibir las influencias
divinas, como lo es el ojo corporal de recibir la luz exterior. Pues como Dios
sea universal a todas las partes del ánima más que lo es el sol a los
corporales ojos, así por todas partes, y en cualquiera que ella le contempla,
goza de él, y se incorpora en él, y se le comunican sus influencias, sin que
quede alguna cosa de ella obscura ni sin aquella satisfacción que suele quedar
en aquellos que en espíritu y en verdad adoran y contemplan a Dios [...] Si
piensas en Dios, no te estreches considerándole aquí o allí, sino estándote
metido en tu corazón, y desterrada toda comparación de grandeza, de tiempo, de
hermosura, de poder, etc., considera una cosa infinita, inmensa,
incomprensible, etc., y en quien se hallan perfecciones infinitas, y en ese
abismo te sosiega y reposa, sin divertirte a investigar ni buscar alguna cosa
fuera de él [...] Si hicieras experiencia de esto y perseveras, aunque sientas
dificultades, hallarás un tesoro que no tiene precio, con que enriquecerás tu
ánima, y tu espíritu se ensanchará y se hará capaz para recibir y retener en sí
a Dios y fácilmente se desasirá de las criaturas, contento sólo con el Criador»
(Juan de los Ángeles, Manual de Vida
Perfecta, Diál. 4,3).
4.1 de mayo
Julián
del Valle de Istria (✝ 1349)
El beato Julián nace en el seno de la familia Cesarello
perteneciente al Condado de Istria (Croacia). Ingresa en la Orden en el
convento de San Miguel Arcángel. Adquiere una amplia formación en Filosofía y
Teología y lucha por la paz entre güelfos y gibelinos. Alterna la vida
contemplativa con la activa. En todas sus predicaciones transmite los centros
de la piedad franciscana: el seguimiento de Jesucristo pobre y crucificado, la
devoción a la Eucaristía y a la Madre de Dios. No descuida su amor y ayuda
concreta a los pobres. Muere hacia el año 1349 en el mismo convento donde
ingresó y vivió durante toda su vida. Cuando la Orden cierra el convento en el
año 1418, los habitantes de Porec roban el cadáver y lo trasladan a la
Colegiata del Valle de Istria, en la que se le venera como un santo. El papa
San Pío X lo beatifica el 23 de febrero de 1910.
Común de Santos Varones
Oración. Dios de misericordia, que hiciste
admirable al beato Julián por su temor y
amor a ti, concédenos por su intercesión alejarnos de los males de este mundo y
desear los bienes del cielo. Por Nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«El fruto de la
justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz»
No
todo transcurre en paz en las primeras comunidades cristianas como relata Lucas
en los Hechos (2,24); también hay tensiones de todo tipo (cf. 1Cor 1,10; 2Cor
12,20; Flp 1,17), que provienen del egoísmo y la soberbia. Éstas anidan en los
corazones de los fieles que no desarrollan con fortaleza el amor y la paz
provenientes de la experiencia creyente. Cuando la fe anida en el corazón es
entonces cuando se descubre el mundo nuevo del Dios de Jesús que se visibiliza
en la misericordia, paz, comprensión, etc. Y es el mundo del Señor el que debe
prevalecer en las comunidades cristianas (cf. Mt 5,9; Flp 1,11).
Lectura de la carta del
Apóstol Santiago Lectura de la carta del
Apóstol Santiago 3,13-18
Salmo responsorial Sal 84,
9.11-12.13-14
No
todo es alegría y júbilo con la vuelta del destierro. La salvación y el
pastoreo del Señor necesitan de la cooperación del hombre y sólo está iniciado
en esta historia humana que vivimos. Como Pablo dirá después: «Hemos sido
salvados en esperanza» (Rom 8,24; cf. 5,1-11). Quedan muchas deficiencias
históricas experimentadas, muchos sufrimientos personales que aún necesitan ser
aliviados o consolados por el Señor. Y la paz es uno de sus dones más
apetecidos por el hombre.
V. Dios anuncia la paz a su pueblo.
R.
Dios anuncia la paz a su pueblo
Aleluya Lc
6,36
Aleluya. Aleluya.
«Sed misericordiosos,
como
vuestro Padre celestial es misericordioso»,
dice
el Señor,
Aleluya.
Evangelio
«Si
amáis sólo a los os aman, ¿qué mérito tenéis?»
La
generosidad llega a su plenitud cuando se da la vida por los demás; cuando el
amor se experimenta sin fronteras, sin límites. Jesús rompe el círculo cerrado
de su pueblo. Israel sólo se quería a sí mismo, a su prójimo, al que pertenece
a la misma raza, religión, sociedad o cultura. Por el contrario, la experiencia
de Dios de Jesús le descubre un Dios universal, que hace salir el sol a todo el
mundo. Este amor universal de Dios es el que enseña Jesús que practiquemos. Es
el «plus» que tiene el cristianismo a cualquier amor religioso o humano. Este
«exceso» de amor, es la generosidad que pide Dios para hacer valer su Reino; es
la gran revelación de la vida y doctrina de Jesús.
Lectura del santo
Evangelio según San Lucas 6,27-38
Para
meditar
«Y es de ver que, naturalmente y muy conforme a razón, se
ha de temer de los justos el infierno, pero su temor no ha de ser por la
penalidad de los tormentos, ni en los muy contemplativos es por esto, mas
porque los atormentados no tienen conformidad con la voluntad de Dios, antes
están pertinaces en su maldad. De manera que, por esta pertinacia, por este no
conformarse con el querer de mi Dios los que están en el infierno, por esto le
han los justos de temer.
Mas porque el amor que los tales
tienen (por la gran bondad de Dios) en el amor infinito les quita todo el temor
y les da seguridad y la verdadera esperanza en la inmensa caridad, que nunca se
han de apartar de querer lo que Dios quiere, no les queda qué temer. Porque la
muerte y la vida, la enfermedad y la salud, las consolaciones prósperas, todo
está puesto en las manos de aquel querer infinito que siempre nos vaya bien. De
manera que aquesta fidelidad que el alma enamorada tiene con su amantísimo amor
y la verdadera fe con su infinita bondad del Señor le es pronta y verdadera
ocasión para que todo retoque de cualquier penalidad que apunte por
dondequiera, todo lo convierta en dulcedumbre de amor» (Bernardino de Laredo, Subida al monte Sión, 3, 31, en MF II
391).
4.2 de mayo
Eduardo
José Rosaz (1830-1903)
Eduardo José Rosaz nace en Susa (Turín. Italia) el 15 de
febrero de 1830. En 1847 ingresa en el seminario y en 1853 en la Orden
Franciscana Seglar. Es ordenado presbítero el 10 de junio de 1854. Después de
una intensa vida pastoral dirige como Rector el seminario de Susa desde el
1874. Tres años más tarde es nombrado obispo de Susa, siendo consagrado el 24
de febrero de 1878. Como Pastor de la Diócesis se entrega sin límites a los
cristianos, visita las parroquias, renueva y potencia la evangelización y,
sobre todo, cuida de los más pobres y desfavorecidos. Por otro lado, atiende
con esmero la vida y misión de los sacerdotes, comenzando por el seminario.
Mantiene una relación entrañable con San Juan Bosco. Funda las «Terciarias de
San Francisco de Susa» el 8 de diciembre de 1874, llamadas después «Franciscanas Misioneras de
Susa». Muere el 3 de mayo de 1903 y el papa Juan Pablo II lo beatifica el 14 de
julio de 1991 en Susa.
Común de
Pastores
Oración. Dios y Señor nuestro, que por tu amor has querido
que tu obispo beato Eduardo José Rosaz anunciara a su pueblo la
riqueza insondable del Evangelio; concédenos, por su intercesión, crecer en el
conocimiento de Cristo, dando fruto abundante de buenas obras. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Lecturas
«Los que son de
Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos»
Hay
dos tendencias en la persona que la divide interiormente y la enfrenta a los
demás. El mal y el bien, con todos sus derivados, lo siente el hombre en su
corazón y la realidad externa lo excita. La ley del AT no basta para
desarrollar la bondad; es más, descubre el mal que hacemos y no da la gracia
para superarlo. Por el contrario, quien tenga el Espíritu posee toda la
potencia para caminar por el vía del bien y desplegar todas los dones, frutos y
virtudes que genera el amor para el desarrollo de la humanidad.
Lectura de la carta del
apóstol San Pablo a los Gálatas 5,16-25
Salmo responsorial Sal
61,6-7.9
El creyente eleva su corazón a Dios pleno de confianza en
su protección y ayuda. Su vida, su tarea descansa en la potencia divina que
anida en su corazón, y es correa de transmisión de la salvación que tiene su
origen exclusivamente en Dios. Esta experiencia personal la desea y la traslada
a todo el pueblo para que sienta a Dios también de esta forma.
V.
De Dios viene mi salvación y mi gloria.
R. De Dios viene mi salvación y mi gloria.
Aleluya 1Ped
1,25
Aleluya.
Aleluya.
«La palabra del Señor permanece para siempre;
y esa palabra
es el Evangelio que os anunciamos».
Aleluya.
Evangelio
«Vuestra
paz descansará sobre ellos»
Lucas presenta a Jesús enviando a los
Doce a las ovejas descarriadas de Israel (cf. Lc 9,1-6; Mc 6,7-13) y al grupo
mayoritario de discípulos a todas las gentes (cf. Lc 10,1-12). El mensaje de la
presencia del Reino es tan apremiante que no deben llevar nada para el camino;
y el contenido del mensaje es tan importante que deben andar a la intemperie.
No necesitan de nada; lo primordial es anunciar a Dios y su salvación. La
pobreza, como desapego del yo y de las cosas que se suelen poseer para afianzar
la vida, aparece como una actitud básica para la credibilidad del anuncio,
además de darle libertad al mensajero. El discípulo de Jesús ofrece el
Evangelio, no lo impone a la fuerza. Por eso se acepta o se rechaza. En este
caso, el hombre debe ser consciente de la autodestrucción que entraña el
egoísmo, la soberbia, el quitarle la mirada al amor.
Lectura del
santo Evangelio según San Lucas Lectura
del Evangelio según San Lucas 10,1-12
Para meditar
«Yo soy el buen
pastor. Dichoso el prelado de la Iglesia que puede decir con verdad: Yo soy el buen pastor. Para ser bueno es
necesario que sea semejante al Hijo del hombre y que esté en medio de los siete
candelabros de oro, de los cuales dice San Juan: Vi siete candelabros de oro (Ap 1,13). Indican estos candelabros
las siete cualidades necesarias a un prelado de la Iglesia: pureza de vida,
conocimiento de la Sagrada Escritura, facilidad de expresión, oración,
misericordia para con los pobres, disciplina para con los súbditos, cuidado
solícito del pueblo que le fue confiado» (San Antonio de Padua, «Segundo
domingo después de Pascua», 1,6. Sermones
Dominicales y Festivos, I,391).
4.3 de mayo
Mártires
de Inglaterra (✝ 1679)
Enrique VIII se separa de la Iglesia Católica y se erige
como jefe de la fe de los cristianos de Inglaterra. Con la separación inicia
una persecución contra aquellos cristianos que permanecen fieles al Papa.
Entendemos por mártires de Inglaterra a todos los católicos que mueren por su
fidelidad a la Iglesia de Roma, no sólo en el tiempo de Enrique VIII, sino
también en el tiempo que reinan y gobiernan Eduardo VI, Isabel Tudor, Juan I y
Carlos II Estuardos. Entre los mártires hay franciscanos. El papa Juan Pablo II
beatifica el 22 de noviembre del año
1987, entre otros muchos, a estos cinco religiosos franciscanos martirizados
entre los años 1642 y 1679. Son: Tomás Bullaker (1604 ―† 12 de octubre de
1642), Enrique Heath (1600 ―† 17 de abril de 1643), Arturo Bell (1590 ―† 11 de
diciembre de 1643), Juan Woodcock (1603 ―†7 de agosto de 1646) y Carlos
Meehan-Mahonei (1639 ―† 12 de agosto 1679).
Común de Mártires
Oración. Dios
eterno, que concediste a los mártires
Tomás, Enrique, Arturo, Juan y Carlos la gracia de morir por Cristo, ayúdanos
en nuestra debilidad para que, así como ellos no dudaron en morir por ti, así
también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por
nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«Estad alegres
cuando compartís los padecimientos de Cristo»
El seguimiento de Cristo que conduce
a los cristianos a proclamar y testimoniar
los valores evangélicos chocan muchas veces con los intereses
provenientes de la riqueza, el poder y la vanagloria, las tentaciones que Jesús
padeció en el desierto (cf. Mt 4,1-11). Ello origina persecuciones sin cuento y
mártires por la fe, y, a la vez, para el perseguido la prueba palpable que está
diciendo la verdad (cf. Mt 11,12; Lc 12,12), aun siendo acusados, como el mismo
Jesús, de poner en peligro la sociedad en la que viven (cf. Mt 10,21-22). La
respuesta del cristiano es perseverar en el bien y en el perdón, siguiendo a
Jesús (cf. Lc 23,34).
Lectura de la primera carta del
Apóstol San Pedro 4,12-19
Salmo responsorial Salmo responsorial Sal
96,1-2.5-6.11-12
El creyente espera el día en que Dios se manifestará a
todo el mundo por medio de un juicio justo. Allí impondrá la justicia y el
derecho que le corresponden a todo el mundo y descubrirá la intención y
actuación de los malvados. El justo piensa en este día y se alegra desde lo más
profundo de su ser, porque Dios colocará a cada ser en su sitio según sus
obras.
V.
Alegraos justos, con el Señor
R.
Alegraos justos, con el Señor.
Aleluya Aleluya 1Pe
4,14
Aleluya.
Aleluya.
«Si os ultrajan
por el nombre de Cristo,
dichosos
vosotros, porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros».
Aleluya
Evangelio
«No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de
vuestro Padre hablará por vosotros»
La incomprensión del ministerio de
Jesús por parte de las autoridades religiosas judías hace que le entreguen al
poder civil para que le ajusticie. Su mensaje no es una cuestión del Dios
«verdadero». Los mártires de Inglaterra les pasó lo mismo: los entregan a la
muerte creyendo hacer un bien para salvar la libertad del pueblo. Pero así como
ocurre con los primeros mártires de la comunidad cristiana, así sucede en todos
los tiempos: el Espíritu habla y comunica cuál es el motivo profundo de dar la
vida por Cristo: morir por una humanidad mejor, más fraterna y más digna.
Lectura del santo
evangelio según San Mateo 10,17-22
Para meditar
Los mártires de Inglaterra han
confirmado su testimonio de la Verdad con el martirio de su vida. Ser testigo
de la verdad y de la vida es el significado del martirio de Cristo crucificado
y resucitado. Su misterio pascual revela su propio rostro en la muerte
redentora de los mártires sufrió para dar testimonio de la Verdad.
Esta fiesta de Cristo Rey proclama
que todo poder terrenal viene de Dios y que su reino es nuestro primero e
imperecedero y que la obediencia a sus leyes es más importante que cualquier
otra obligación o lealtad.
Tomás Moro, el más Inglés de los
santos, confesó en el patíbulo : "Muero como buen servidor del rey, pero,
ante todo, como un siervo de Dios. "De esta manera, fue testigo de la
primacía del reino.
Hoy hemos beatificado otros ochenta y
cinco mártires de Inglaterra, Escocia y Gales y uno en Irlanda. Cada uno de
ellos optaron por ser "siervo de Dios, en primer lugar. " A sabiendas
y voluntariamente abrazaron la muerte por causa de Cristo y de la Iglesia.
Ellos también eligieron el reino por encima de todo. Si el precio iba a ser la
muerte le pagaron con coraje y alegría. (Juan Pablo II, Homilia, 22 noviembre
de 1987)
4.4 de mayo
Ceferino
Giménez Malla, “El Pelé” (1936)
El
beato Ceferino Giménez Maya, de la
Orden Franciscana Seglar, llamado «el Pelé», nace en Fraga (Huesca. España) el
26 de agosto de 1861. Se gana la vida vendiendo cestos que hace él mismo. Se
casa, al estilo gitano, con Teresa Giménez Castro, de Lérida, y se establece en
Barbastro; en 1912 celebra el sacramento cristiano. Al no tener hijos, adopta a una sobrina de su
mujer llamada Pepita. Practica los Jueves Eucarísticos, la Adoración Nocturna,
pertenece a las Conferencias de San Vicente de Paúl y en el año 1926 ingresa
en la Orden Franciscana Seglar en un
grupo de 114 cristianos; es elegido consejero de la fraternidad. Es detenido por salir en defensa de un
sacerdote que llevan a la cárcel en Barbastro y por encontrarle un rosario en
el bolsillo; en la cárcel reza todos los
días el rosario con muchos presos; le llegan a ofrecer la libertad a cambio de
dejar de rezar el rosario, a la que no accede por su fidelidad a Jesús y María.
En la madrugada del 9 de agosto del año 1936 lo fusilan, muriendo con su
rosario en la mano. El papa Juan Pablo
II lo beatifica el 4 de mayo de 1997.
Común de Santos
Varones
Oración.
Señor Dios, tú nos has revelado que toda la ley se compendia en el amor a ti y
al prójimo; concédenos que, imitando la caridad y el amor al Rosario del beato Ceferino, podamos ser un día contados
entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lecturas
«A los
vencedores los sentaré en mi trono»
Los
mensajes del Apocalipsis van dirigidos a toda la comunidad cristiana. Cristo se
ha encarnado, ha vivido entre los hombres y después de su pasión y cruz ha sido
resucitado por el Padre, llevándolo a su gloria. Es el Cristo que llama a las
puertas del corazón de cada creyente y de las comunidades cristianas. Y es
Cristo glorificado quien juzga a las comunidades. Quiénes hayan sido fieles y
hayan llevado una vida de amor y servicio tendrán su recompensa en la gloria
del Padre, como la ha tenido Él.
Lectura del libro del Apocalipsis Lectura del libro del Apocalipsis 3,14b.20-22
Salmo responsorial Salmo responsorial Sal 122,1-2.3-5.6-7.8-9.Gál 6,16
Este Salmo expresa la alegría del peregrino cuando parte
de su casa y viaja con su familia hacia el templo situado en Jerusalén. Va al
encuentro del Señor, que habita en el espacio que los hombres le han reservado
en la tierra. Esta alegría es la que tiene el que en la historia humana ha
vivido intensamente unido al Señor por la oración, y en la medida que ora crece
en su interior el deseo de encontrarse definitivamente con Él.
V. La paz y la misericordia sean
sobre el Israel de Dios.
R. La paz y la misericordia sean
sobre el Israel de Dios.
Aleluya 1Cor
2,2
Aleluya. Aleluya.
«Nunca entre vosotros me precié de
saber otra cosa
que a
Jesucristo, y éste crucificado».
Aleluya.
Evangelio
« El que
escucha mis palabras y las pone por obra se parece a uno que edifica una casa
sobre roca»
Dios
se da en el templo y en la ley, pero con Jesús también se da en la vida, en la
historia, donde se realiza la Palabra que salva, porque ama. Jesús advierte que
no se pueden tener posturas dobles para entrar en el Reino, tampoco vale decir
una cosa y hacer otra, y menos dar por buenas todas las actitudes y actos que
perjudican al prójimo. La coherencia de vida que proviene de asentarla sobre el
amor y que une pensamientos, actitudes y actos y palabras hace que la relación
humana establezca unas bases de convivencia sólidamente fundadas en Cristo
Jesús.
Lectura del santo
Evangelio según San Lucas
6,43-49
Para meditar
«A vosotros os llamo amigos» (Jn 15, 15). También en
Barbastro el gitano Ceferino Giménez Malla, conocido como «el Pelé», murió
por la fe en la que había vivido. Su vida muestra cómo Cristo está presente
en los diversos pueblos y razas y que todos están llamados a la santidad, la
cual se alcanza guardando sus mandamientos y permaneciendo en su amor (cf. Jn
15, 11). El Pelé fue generoso y acogedor con los pobres, aun siendo
él mismo pobre; honesto en su actividad; fiel a su pueblo y a su raza calé;
dotado de una inteligencia natural extraordinaria y del don de consejo. Fue,
sobre todo, un hombre de profundas creencias religiosas. La frecuente
participación en la santa misa, la devoción a la Virgen María con el rezo del
rosario, la pertenencia a diversas asociaciones católicas le ayudaron a amar a
Dios y al prójimo con entereza. Así, aun a riesgo de la propia vida, no dudó en
defender a un sacerdote que iba a ser arrestado, por lo que le llevaron a la
cárcel, donde no abandonó nunca la oración, siendo después fusilado mientras
estrechaba el rosario en sus manos. El beato Ceferino supo sembrar concordia
y solidaridad entre los suyos, mediando también en los conflictos que a veces
empañan las relaciones entre payos y gitanos, demostrando que la caridad de
Cristo no conoce límites de razas ni culturas. Hoy «el Pelé» intercede por
todos ante el Padre común, y la Iglesia lo propone como modelo a seguir y
muestra significativa de la universal vocación a la santidad, especialmente
para los gitanos que tienen con él estrechos vínculos culturales y étnicos.
(Juan Pablo II, Homilía, 4 mayo 1997)
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