Francisco de Asís.
Peregrino hacia la luz
M. Hubaut
Miguel Ángel Escribano
Instituto Teológico de
Murcia OFM
Pontificia Universidad
Antonianum
El libro que presentamos ahora en su
original francés se titulaba “los caminos de interioridad de san Francisco”.
Pero nos alegramos del cambio de título, porque identifica mejor a San
Francisco de Asís: un peregrino que recorre el camino que le llevó a hacerse
uno con Cristo. Como dice San Buenaventura: Alter Christus.
Al inicio de su vida, porque trató
de encontrar su sitio en medio de una sociedad cambiante: de burgués a
caballero; cuando inicia su camino de conversión peregrina hacia los grandes
centros de la cristiandad para sentirse iglesia que ha de ser reparada, no
hacerla nueva. Pero su principal peregrinación se encuentra en el camino
interior, en su marcha hacia la luz. Lo importante en san Francisco no es el
camino sino su peregrinación. Igual opina el Papa dimisionario J. Ratzinger:
caminos hacia Dios no hay uno, ni siquiera unos cuantos, sino tantos como hombres
que se ponen en camino y buscan a Dios. Igual san Francisco, es su camino, por
ello su peregrinación. Efectivamente, cada uno tendrá su propio camino pero no
podemos olvidar que los caminos que algunos han hecho nos inician a nosotros en
el nuestro y esa es la actualidad que tiene la espiritualidad franciscana en
nuestros días: el hecho de la fraternidad y de vivir unidos la misma fe hace
que haya muchos hombres y mujeres decididos a seguir esta espiritualidad.
Pero como peregrino que es, no
podemos pensar que la conversión es algo que sucede en un momento de la vida.
Al contrario, es ir descubriendo lo que Dios hace en todo lo que le rodea y
cómo lo va asimilando. Primero con una mirada hacia los demás, percibiendo al
hermano como un don de Dios, y eso gracias a que el Padre será la nueva
cimentación de su vida, toda vez que su padre carnal lo despoja de todo. Sueña
San Francisco con una fraternidad universal, obra del Espíritu Santo. Esto es
lo que hace que no sea una utopía, sino una realidad que debe llegar al final
de una peregrinación de los hombres que se reconocen hijos de un mismo Dios y,
por tanto, hermanos. No podemos olvidar que la fraternidad no es algo que se
hace sin más: se construye con obras y con las obras de cada uno de nosotros.
E
n esa peregrinación descubrimos elementos
fundamentales en la vida de San Francisco como es la minoridad, la cual en esta
peregrinación tiene su raíz en la manera de contemplar a Cristo-Servidor, que
se arrodilla para cuidar de sus criaturas. Querrá que sus hermanos sean
menores, puestos al servicio de todos, herederos del testamento de Cristo.
Otro elemento fundamental en el
camino hacia la luz es la alegría Es un don del Espíritu, es un arma
privilegiada para la lucha contra el mal y la tristeza que a veces nos asalta.
La alegría de Dios es crear, darse y amar gratuitamente e infinitamente.
Experimenta san Francisco que el sufrimiento puede causar en el corazón del
hombre mucha alegría. No cabe mayor invitación a no desechar la alegría de la
vida del cristiano.
En este peregrinar hacia la luz san
Francisco nos enseña a descubrir que la conversión, la penitencia y la
reconciliación vienen a significar una misma realidad. Lo primero el cambio
radical en nuestra vida; la penitencia el conjunto de actos del hombre que
manifiestan el cambio y la reconciliación el resultado de este compromiso. Ello
nos lleva a reconocer lo que significa el sacramento de la penitencia católico
y que San Francisco vivió como muestra de la luz que va llenando nuestro
corazón y se manifiesta en nuestras vidas.
Ed. Arantzazu, Oñate 2014.
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