lunes, 21 de abril de 2014

Cultura. Los símbolos I

  SÍMBOLOS

            I

                                                   
            
Alfredo Vera Boti
Academia Alfonso X el Sabio
            Murcia

1.- Los símbolos son signos que sirven para representar ideas esenciales y que en el ámbito religioso, con frecuencia, han arrastrado consigo efectos mágicos. En el cristianismo los símbolos se multiplicaron desde etapas muy antiguas con representaciones de interpretación sencilla como fueron el pan, la uva, el pez, el ancla, el ave fénix, el codero, etc. y, sobre todo,  la cruz, además de las múltiples representaciones alegóricas como la viña, el lagar, etc.
Recordemos que, en general, los símbolos más primitivos habían llevado consigo la necesaria manifestación visual para que fuera posible su lectura, ya que adquirían el valor de una metáfora representada de forma abstracta, y cuyo proceso final había derivado, a la larga, de aquel proceso que se inició en “panteón sonoro” origen de los lenguajes primitivos nacidos de los Lärm und Namen, que convertía en nombres los “ruidos” que el hombre primitivo apreciaba en la naturaleza; o sea, que cuando empezó a hablar lo hubo de hacer metafóricamente mediante onomatopeyas. Posteriormente el proceso sería a la inversa a modo de abstracción sintética: los objetos derivados harían referencia a su causa, esos objetos simbólicos serán las abstracciones comprimidas de unas ideas. Y si antes el relámpago creó el bang, ahora la idea compleja quedó sintetizada en un símbolo, en resumen, se siguió el axioma pars pro toto. Si se produjo ese “cambio de escala” no es raro que el hombre buscara apropiarse de la fuerza mágica que posibilitaba ese intercambio de analogías hasta transformarlas en identidades míticas, cada vez más fuertemente corregidas por la lógica, y en esa mescolanza de lenguaje y mito se entrecruzó una nueva forma, el arte, que procuraba convertir en representables las ideas mágicas y las metáforas portadas en ellas buscando, con frecuencia, efectos pedagógicos o de encandelamiento. Las imágenes artísticas, que lo son de cosas concretas, no son conceptos simbólicos puros, ni copias de la realidad, son elaboraciones intelectuales que la cultura las hace compartir con otros seres humanos, a través de un proceso doble como el descrito por Marsilio Ficino: por una parte, la limitación que cada uno tiene respecto a la abstracción y, por otra, la agregación posterior que hace el perceptor en su proceso reconstructivo.

2.- UNOS EJEMPLOS SENCILLOS
Tras estas pocas líneas, ya podemos entender un poco mejor, porque en Arquitectura, o con más precisión, en las plantas de algunos edificios y, en particular, algunas iglesias (a las que ahora nos vamos a referir) se utilizaron formas simbólicas que no son fáciles de leer, es decir, que carecen de lo que hemos designado como una manifestación visual directa que facilite su lectura. La planta se lee en los planos, pero, salvo en los casos más sencillos, no es directamente apreciada al visitar el edificio. Los ejemplos que se van a recordar son muy conocidos, pero sirven bien como ejemplos de contener en sí, no sólo símbolos con pretensiones mágicas, sino también, el tributar homenaje arcano, o propiciar el milagro o el prodigio, con otro “cambio de escala” que pretende enlazar la metáfora con la idea sintética que representa.
El fundamental, por su evidente significado redentorista, está en la cruz, o stauros, en sus dos versiones con el stipes (palo vertical) y el patibulum (palo horizontal), al que hay que sumar, figuradamente, o no, el titulus, lo que dio lugar a tres “formas”: la más simple, la Tau (T), con el stipes sobre el patibulum, la segunda, la más habitual o cruz latina, con el stipes cruzado en la parte alta por el patibulum (de donde derivó también la cruz griega, o de cuatro brazos iguales, y hasta como composición platónica como crux immissa quadrata), y finalmente, la llamada cruz patriarcal o arzobispal, en la que el titulus alcanzó tal envergadura que simuló un segundo travesaño (o crucero), la nika, aunque más corto.


                                                           BASILICA DE CLUNY

A estas formas hay, además, que asociarle otros significados añadidos:
La Tau, cuyo origen está en las culturas más antiguas (egipcia, fenicia, etc.), es la última letra del alfabeto hebreo y a la decimonovena del alfabeto griego y la vigésima del romano, con frecuencia se la encuentra en varias referencias bíblicas relativas a los justos y, que posteriormente fue utilizada como símbolo de la orden de los Crucíferos (o eremitas de San Antonio Abad), por los Valdenses y, antes, hasta por de Santa Tecla de Iconio. Sin embargo, su mayor difusión se alcanzó con San Francisco de Asís cuando la asumió como su “firma”, quizás conectando con el significado que le dio el profeta Ezequiel (9,3-6), el Apocalipsis (7, 2-4) o su popularización, hecha por el papa Inocencio III, cuando en 1215 emprendió la cruzada contra los cátaros, o, por otra parte, con letra titular del Cánon de la Misa “Te igitur”, etc. Este tema es tan complejo, que estas pocas líneas sólo sirven para indicar el sentido mistérico que siempre ha llevado consigo el signo de la T.



La cruz latina ha tenido un significado más concreto, porque permanentemente se ha asociado a su uso como lugar y símbolo del martirio de Cristo. Simbología que a su vez se ha utilizado para entender las plantas de las iglesias como interpretaciones antropomórficas, llevadas al extremo de que, a veces, la planta de templo se convierte en el lugar, en el madero mismo, del sacrificio.

 
                                 IGLESIA CRUCIFORME (P. CATTANEO (L. III, cap. 1, p. 17)


Un buen ejemplo de planta en cruz latina, tan habitual en el mundo cristiano occidental en las abadías benedictinas románicas y en muchos de los templos posteriores, está en la planta de la catedral de Santiago de Compostela.
       
           
CATEDRAL DE  DE SALISBURY

Variante de la cruz latina fue la griega o de brazos iguales, cuyo ejemplo paradigmático fue la desaparecida del Apostoleion de Constantinopla, en la que sus 12 caras internas viene a estar en correspondencias con los Apóstoles y que fue además de un martyrium el panteón del emperador Constantino.
Y como ejemplo de planta con doble crucero, o sea, en cruz arzobispal, tenemos muchas de las catedrales góticas inglesas, de las que aquí damos una sola planta, la de la catedral de Salisbury.

En resumen, representaciones directas de una forma con “significado fuerte”.

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