SÍMBOLOS
I
Alfredo
Vera Boti
Academia Alfonso X el Sabio
Murcia
1.-
Los símbolos son signos que sirven para representar ideas esenciales y que en
el ámbito religioso, con frecuencia, han arrastrado consigo efectos mágicos. En
el cristianismo los símbolos se multiplicaron desde etapas muy antiguas con
representaciones de interpretación sencilla como fueron el pan, la uva, el pez,
el ancla, el ave fénix, el codero, etc. y, sobre todo, la cruz, además de las múltiples
representaciones alegóricas como la viña, el lagar, etc.
Recordemos que, en
general, los símbolos más primitivos habían llevado consigo la necesaria
manifestación visual para que fuera posible su lectura, ya que adquirían el
valor de una metáfora representada de forma abstracta, y cuyo proceso final había
derivado, a la larga, de aquel proceso que se inició en “panteón sonoro” origen
de los lenguajes primitivos nacidos de los Lärm
und Namen, que convertía en nombres
los “ruidos” que el hombre primitivo apreciaba en la naturaleza; o sea, que
cuando empezó a hablar lo hubo de hacer metafóricamente mediante onomatopeyas.
Posteriormente el proceso sería a la inversa a modo de abstracción sintética:
los objetos derivados harían referencia a su causa, esos objetos simbólicos
serán las abstracciones comprimidas de unas ideas. Y si antes el relámpago creó
el bang, ahora la idea compleja quedó
sintetizada en un símbolo, en resumen, se siguió el axioma pars pro toto. Si se produjo ese “cambio de escala” no es raro que
el hombre buscara apropiarse de la fuerza mágica que posibilitaba ese
intercambio de analogías hasta transformarlas en identidades míticas, cada vez
más fuertemente corregidas por la lógica, y en esa mescolanza de lenguaje y
mito se entrecruzó una nueva forma, el arte, que procuraba convertir en
representables las ideas mágicas y las metáforas portadas en ellas buscando,
con frecuencia, efectos pedagógicos o de encandelamiento. Las imágenes
artísticas, que lo son de cosas concretas, no son conceptos simbólicos puros,
ni copias de la realidad, son elaboraciones intelectuales que la cultura las
hace compartir con otros seres humanos, a través de un proceso doble como el
descrito por Marsilio Ficino: por una parte, la limitación que cada uno tiene
respecto a la abstracción y, por otra, la agregación posterior que hace el
perceptor en su proceso reconstructivo.
2.- UNOS EJEMPLOS
SENCILLOS
Tras estas pocas líneas,
ya podemos entender un poco mejor, porque en Arquitectura, o con más precisión,
en las plantas de algunos edificios y, en particular, algunas iglesias (a las
que ahora nos vamos a referir) se utilizaron formas simbólicas que no son
fáciles de leer, es decir, que carecen de lo que hemos designado como una
manifestación visual directa que facilite su lectura. La planta se lee en los
planos, pero, salvo en los casos más sencillos, no es directamente apreciada al
visitar el edificio. Los ejemplos que se van a recordar son muy conocidos, pero
sirven bien como ejemplos de contener en sí, no sólo símbolos con pretensiones
mágicas, sino también, el tributar homenaje arcano, o propiciar el milagro o el
prodigio, con otro “cambio de escala” que pretende enlazar la metáfora con la
idea sintética que representa.
El fundamental, por su
evidente significado redentorista, está en la cruz, o stauros, en sus dos versiones con el stipes (palo vertical) y el patibulum
(palo horizontal), al que hay que sumar, figuradamente, o no, el titulus, lo que dio lugar a tres
“formas”: la más simple, la Tau (T), con el stipes
sobre el patibulum, la segunda, la
más habitual o cruz latina, con el stipes
cruzado en la parte alta por el patibulum
(de donde derivó también la cruz griega, o de cuatro brazos iguales, y hasta
como composición platónica como crux
immissa quadrata), y finalmente, la llamada cruz patriarcal o arzobispal,
en la que el titulus alcanzó tal
envergadura que simuló un segundo travesaño (o crucero), la nika, aunque más corto.
BASILICA DE CLUNY
A estas formas hay,
además, que asociarle otros significados añadidos:
La Tau, cuyo origen está
en las culturas más antiguas (egipcia, fenicia, etc.), es la última letra
del alfabeto hebreo y a la decimonovena del alfabeto griego y la
vigésima del romano, con frecuencia se la encuentra en varias referencias
bíblicas relativas a los justos y, que posteriormente fue utilizada como
símbolo de la orden de los Crucíferos (o eremitas de San Antonio Abad), por los
Valdenses y, antes, hasta por de Santa Tecla de Iconio. Sin embargo, su mayor
difusión se alcanzó con San Francisco de Asís cuando la asumió como su “firma”,
quizás conectando con el significado que le dio el profeta Ezequiel (9,3-6), el
Apocalipsis (7, 2-4) o su
popularización, hecha por el papa Inocencio III, cuando en 1215 emprendió la
cruzada contra los cátaros, o, por otra parte, con letra titular del Cánon de
la Misa “Te igitur”, etc. Este tema
es tan complejo, que estas pocas líneas sólo sirven para indicar el sentido
mistérico que siempre ha llevado consigo el signo de la T.
La cruz latina ha tenido
un significado más concreto, porque permanentemente se ha asociado a su uso
como lugar y símbolo del martirio de Cristo. Simbología que a su vez se ha
utilizado para entender las plantas de las iglesias como interpretaciones
antropomórficas, llevadas al extremo de que, a veces, la planta de templo se
convierte en el lugar, en el madero mismo, del sacrificio.
IGLESIA CRUCIFORME (P. CATTANEO (L. III, cap. 1,
p. 17)
Un buen ejemplo de planta
en cruz latina, tan habitual en el mundo cristiano occidental en las abadías benedictinas
románicas y en muchos de los templos posteriores, está en la planta de la
catedral de Santiago de Compostela.
CATEDRAL
DE DE SALISBURY
Variante de la cruz latina
fue la griega o de brazos iguales, cuyo ejemplo paradigmático fue la
desaparecida del Apostoleion de Constantinopla, en la que sus 12 caras internas
viene a estar en correspondencias con los Apóstoles y que fue además de un martyrium el panteón del emperador
Constantino.
Y como ejemplo de planta
con doble crucero, o sea, en cruz arzobispal, tenemos muchas de las catedrales
góticas inglesas, de las que aquí damos una sola planta, la de la catedral de
Salisbury.
En resumen,
representaciones directas de una forma con “significado fuerte”.
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