Es el momento
del cristianismo
Manuel Lázaro Pulido
Universidade Católica Portuguesa
Instituto Teológico de Cáceres
Los cristianos vivimos un cierto pesimismo, un
auto-aislacionismo que nos lleva a refugiarnos, a pensar que la situación del
cristianismo en el inicio del siglo XXI es mala, que estamos en crisis. Sobre
la palabra “crisis” ya hablamos en otras reflexiones. Y ya dijimos que “crisis”
no tiene porque ser algo negativo. Pero claro, cuando hablamos de la crisis del
cristianismo la sombra del pesimismo nos invade. Una sombra que muestra que
algo en nuestra forma de pensar y vivir la fe está en crisis, pero que quizás
no es precisamente el cristianismo.
Los agoreros de la crisis del cristianismo muchas veces
vienen de campos y disciplinas ajenas al quehacer pastoral y el pensamiento
teológico. Sociólogos, filósofos, periodistas y, en fin, portavoces de
propuestas políticas y tendencias sociales insisten en ensombrecer la actividad
alegre y luminosa de la Iglesia. Este ensombrecimiento afecta hacia dentro de
la comunidad cristiana, especialmente en el mundo Occidental, llevándole a caer
en cierta desesperanza o en un replegarse a lo que siempre ha sido un círculo
de seguridad en las tradiciones (religiosas, cultuales…).
![]() |
Glez. Faus |
La
lectura de esta teológica de la encarnación social de la Palabra de Dios
resulta, al menos, interesante porque intenta extraer elementos positivos de la
“crisis del cristianismo”. Pero yo me pregunto “¿está el cristianismo en crisis
o es un proyecto de construcción de la comunidad el que lo está? Cuando las
instituciones se preguntan por algo y quieren estudiar un tema, normalmente es
porque se tiene carencia del mismo y se necesita reforzar. El proyecto de
investigación de la Unión Europea Horizon 2020 (work programme 2014-2015)
dedica unos de sus programas relativos a la herencia cultural y las identidades
europeas, especialmente se pretende estudiar la emergencia y transmisión de la
herencia cultural europea y la europeización, de modo que se pueda comprender
en profundidad los aspectos axiológicos, lingüísticos, sociales y culturales
del multilingüismo (multiculturalismo) y de la trasmisión de la herencia
cultural a través de las generaciones y las fronteras compartidas. En
definitiva, la Unión Europea desconfía de sí misma, no sabe donde ubicarse. Lo
que la constituyó (una latinitas, una
identidad religiosa, un proyecto de realización política) no sirve, pero
negarlo es negarse a sí misma. Y en esta duda la Iglesia cristiana (y la
católica también) va de la mano porque fue la Iglesia, fue el cristianismo
quien ayudó a construir aquello que la Europa es, aquello en lo que no puede
renunciar, pero a la vez de una forma que ya no puede ser. Las Etimologías, la obra enciclopédica (la
enunciadora definitiva de la latinitas
cristiana y occidental) de san Isidoro de Sevilla
marca el inicio de esa época:
la cristiandad. El renacimiento
carolingio sellará el programa de estudios, la baja Edad Media la
institucionalizará, el renacimiento lo ampliará de la concordia a la
implantación del orbe católico del barroco, la ilustración la politizará en la
libertad del individuo, las grandes guerras y las utopías catastróficas de la
primera mitad del siglo XX la sellarán, sus últimas consecuencias las vivimos
hoy. El secularismo ha muerto, el post-secularismo no puede decir nada. Y aquí
aparece la crisis: Europa no puede ser eurocéntrica, pero no puede renunciar a
lo que es y a lo que ha significado y significa en el siglo XXI. Y el cristianismo
igual. Ya no puede, de la mano de Europa, ser lo que fue: cristiandad, pero no puede ni debe dejar de ser lo que es: cristianismo.
![]() |
San Isidoro |
La
esperanza nace de la Palabra de Dios, de la fuerza de decir algo en el momento.
Estamos cercanos a los misterios de la Semana Santa, la Cruz de Cristo es la
señal de los cristianos porque es el primer momento de la Resurrección. Es
necesario morir (cristiandad) para resucitar en Cristo (cristianismo). Los
teólogos de la encarnación social siempre han pensado que trasformar el
cristianismo era necesario, pero no veían (ni ven) que de lo que se trata es de
acompañar la muerte de la cristiandad. Por eso lo que se necesita es realizar
una teología para el siglo XXI que parta del cristianismo. El cristianismo no
está en crisis, muy al contrario es su momento porque lo íntimo del hombre
siempre anhela el bien y la vida y como rezaba san Francisco, el santo del
cristianismo: “Tu eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tu eres le bien, todo
bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero” (Alabanzas al Dios altísimo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario