lunes, 12 de mayo de 2014

Santos y Beatos: 12-18 mayo


                     12 de mayo       
                                          


Leopoldo Mandic de Castelnovo (1866-1942)

              Adeodato Juan Mandic Zarevic nace el 12 de mayo de 1866 en Herceg Novi (antes Castelnuovo.Montenegro) en el seno de una familia de hondas raíces cristianas. Sus padres se llaman Pedro Mandic y Carlota Zarevic. Ingresa a los 16 años en el seminario de Údine de los Capuchinos de la Provincia de Venecia. Recibe el nombre de Leopoldo de Castelnuovo, profesa en 1885 y se ordena de sacerdote el 20 de septiembre de 1890 en Venecia. Reside en Bassano del Grappa, Capodistria, Thiene (Vicenza), Nolla (durante la Primera Guerra Mundial), Fiume y Padua, donde ejerce el ministerio de la confesión hasta su muerte, acaecida el 30 de julio de 1942. Por sus enfermedades no puede realizar su sueño de contribuir a intensificar la relación entre las Iglesias de Oriente y Occidente. Entregado por entero a la vida de oración y penitencia, encuentra en el ministerio del Sacramento de la Penitencia su servicio a Dios y a la Orden. Defiende la familia y, sobre todo, a los niños enfermos y huérfanos. Como franciscano, vive y fomenta la devoción a la Virgen María. El papa Pablo VI lo beatifica el 2 de mayo de 1976 y Juan Pablo II lo canoniza el 16 de octubre de 1983.

Común de Pastores o Santos Varones

Oración. Oh Dios, caridad verdadera y suma unidad, que has adornado al presbítero San Leopoldo con la virtud de una insigne misericordia para con los pecadores y lo has colmado de celo por la unidad de los cristianos, concédenos por su intercesión que también nosotros, con el corazón y el espíritu renovados, extendamos a todos tu caridad y busquemos llenos de confianza la unidad de los creyentes. Por nuestro Señor Jesucristo.
                                                                                                                                                                                           Lecturas

           «Si Dios nos ha amado, también debemos amarnos los unos a los otros»

           La conclusión de la comunidad cristiana cuando ora, medita y enseña la vida de Jesucristo es que Dios, que le ha enviado, es Amor; es donación de sí al Hijo y del Hijo al Padre (cf. Lc 10,21-22). Dios no ha retenido para sí al Hijo. Él ha regalado lo más preciado de su vida para que el hombre tenga vida, sin mérito alguno por su parte. El hombre, al ser amado por Dios (cf. Rom 5,8-9), adquiere la capacidad para amar, porque Dios es el origen y la raíz de todo amor. Amar al prójimo y amar a la creación es expresión visible del amor a Dios; es el sacramento del encuentro con Él; no hay otra forma de demostrar que el amor a Dios es verdadero. Por otra parte, Jesús enseña la unión entre el amor a Dios y el amor al hermano (cf. Mc 12,28-34par).  
          
           Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan               4,7-16

          

           Salmo responsorial                                                   Sal 30,2-5.8-9.20

           La persona que abre su corazón a Dios y fundamenta su vida en su amor, se conduce en las relaciones con los demás con una paz interior inmensa. Dios, pues, aparece como la roca sobre la que se cimenta la casa de la vida, cuyos muros son fuertes para defenderse de cualquier enemigo que desee asaltar la nobleza del alma o hacer un hueco para penetrar en la conciencia de amor que modela la presencia de Dios en el interior de la persona.

           V. A ti, Señor, me acojo; no quede yo nunca defraudado.
           R. A ti, Señor, me acojo; no quede yo nunca defraudado.
          
           Aleluya                                                                      Jn 10,27

           Aleluya. Aleluya
           «Mis ovejas escuchan  mi voz
y yo las conozco, y ellas me siguen».
              Aleluya

             
Evangelio

                                  «Yo doy la vida por las ovejas»

           El Señor promete a Israel un mesías, que como pastor reunirá a sus ovejas (cf. Ez 34,1). Jesús reivindica este oficio, y al hacerlo, también se declara Mesías de Israel. Es el Pastor que da la vida por su pueblo, porque comprende a su rebaño con una relación de amor, y el amor empuja a la persona a una entrega sin límites. Él es el Pastor que conoce a sus ovejas, conocimiento que no proviene de la actividad conceptual de nuestro entendimiento, sino de la experiencia vital de ser y estar con su rebaño (cf. Jn 14,20; 17,21-22) también impulsada por la relación de amor que une al rebaño, a la comunidad cristiana, porque previamente se ha unido al Pastor (cf. 1Jn 1,3). Por último, las ovejas simbolizan a la humanidad. Jesús no reconduce a los pueblos a Israel, sino a todas las gentes al Padre, para darle la vida eterna.


Lectura del santo Evangelio según San Juan            10,11-16


Para meditar

«La nota peculiar de la heroicidad y de las virtudes carismáticas del beato Leopoldo […] fue el ministerio de escuchar las confesiones. […] Se santificó principalmente en el ejercicio del sacramento de la reconciliación. […] A nosotros no nos corresponde sino admirar y dar las gracias al Señor que ofrece hoy a la Iglesia una figura tan singular de ministro de la gracia sacramental de la penitencia; que, por una parte, invita de nuevo a los sacerdotes a un ministerio de tan capital importancia, de pedagogía tan actual, de tan incomparable espiritualidad; y que recuerda a los fieles, ya sean fervorosos, o tibios, o indiferentes, qué providencial e inefable servicio para ellos es todavía hoy,  o mejor dicho, hoy más que nunca, la confesión individual  y auricular, fuente de gracia y de paz, escuela de vida cristiana, consuelo incomparable en la peregrinación terrena hacia la eterna felicidad» (De la Homilía pronunciada por Pablo VI, papa, en la beatificación de san Leopoldo Mandic (Acta Apostolicae  Sedis, 68, 1976, 319-322).


                                                          13 de mayo



    Pedro Regalado (1390-1456)
          
San Pedro Regalado nace en Valladolid (España) el año 1390 e ingresa en la Orden Franciscana en el año 1403 en el convento de San Francisco, situado muy cerca de su casa. Acompaña a Fr. Pedro Villacreces en la fundación del convento de La Salceda en Tendilla (Guadalajara) y participa en la implantación de la estricta observancia en los Franciscanos Reformados de la Península Ibérica. Después llegan a La Aguilera (Burgos), donde San Pedro se entrega a remediar las necesidades de los pobres y cuidar a los enfermos, por los que sentía una especial predilección. Es ordenado sacerdote a la edad de 22 años. En 1415 viaja con el P. Villacreces a El Abrojo (Valladolid), lugar en el que implanta la reforma franciscana. Fallecido el P. Villacreces (año 1422 en Peñafiel [Valladolid]), se responsabiliza de dicha reforma de la estricta observancia dirigiendo las fraternidades que la formaban. Muere en La Aguilera el 30 de marzo del año 1456. El papa Benedicto XIV lo canoniza en 1746. Es patrono de Valladolid y de los toreros.

Común de Pastores o Santos Varones

Oración. Dios misericordioso, que concediste a tu siervo San Pedro Regalado los dones de la penitencia y la contemplación, concédenos, por su intercesión, el gozo de servirle en los pobres y contemplarte eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lecturas
«Dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien»

            Duro alegato del Profeta al pueblo que invoca a Dios al margen del amor (cf. Os 4,1-4; 10,12-13; Am 5,7-12.21-27; etc.). Y dicho alegato lo escenifica con la fuerte increpación que pronuncia el Señor contra Israel, infiel a la Alianza, infiel a la propuesta que siempre ha hecho para mantener viva la igualdad de dignidad de todos los miembros del pueblo y la defensa de los débiles. De ahí que los profetas revelen la voluntad de Dios del amor al prójimo, a los marginados, a los que padecen hambre y sed de justicia. Jesús participa de esta corriente profética que acentúa la misericordia y amor al prójimo más que los sacrificios (cf. Mt 9,13). Dios se hace el sordo y ciego a los hipócritas que machacan al débil y escenifican en el templo su vacía relación con Él.

              Lectura del Profeta Isaías                                              1,11-17
Salmo responsorial                                                              Sal 76,12-16.21
            El creyente reconoce el amor de Dios reflejado en la creación y en las obras que han hecho de Israel un pueblo protegido entre todos los pueblos de la tierra. En el fondo, lo que recuerda el salmista es la relación de amor que Dios ha mantenido a lo largo del tiempo para con su pueblo; un amor manifestado en su defensa, en comunicación de vida, en definitiva, en amor.

            V. Recuerdo las proezas del Señor.
            R. Recuerdo las proezas del Señor.

            Aleluya                                               Hech 16,14
            Aleluya. Aleluya.
            «Ábrenos el corazón, Señor,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo».
            Aleluya.

            Evangelio

                        «El que sabe mis mandamientos y los guarda, ése me ama»

            Jesús ha resucitado y ascendido a la gloria divina. Pero no se ha ido del todo. Permanece en las comunidades cristianas, en el creyente, si se guardan sus palabras, si se cumplen sus mandamientos, si se recuerda en la Eucaristía, si se ora en comunidad, si se ama, etc. Y mora con el Padre y el Espíritu en el corazón de cada creyente, en aquellos que, poseídos por el Espíritu de Jesús (cf. Jn 16,13), hace que su presencia sea, si cabe, más intensa, más verdadera que la de los discípulos con los que se relacionó en Palestina.

            Lectura del santo Evangelio según San Juan             14,21-26

           
                                              Para meditar

«El último y principal aviso sea que procuremos en este santo ejercicio juntar en uno la meditación con la contemplación, haciendo de la una escalón para subir a la otra, porque la meditación es considerar con estudio y atención las cosas divinas, discurriendo de unas en otras, para mover nuestro corazón a algún afecto y sentimiento de ellas; más la contemplación es haber hallado ese afecto y sentimiento que se buscaba y estar en reposo y silencio gozando de él, no con muchos discursos y especulaciones del entendimiento, sino una simple vista de la verdad. Por lo cual, dice un santo doctor que «la meditación discurre con trabajo y con fruto, y la contemplación sin trabajo y con fruto; la una busca, la otra halla; la una rumia el manjar, la otra lo gusta; la una discurre y hace consideraciones, la otra se contenta con una simple vista de las cosas, porque tiene ya el amor y el gusto de ellas; la una es como medio, la otra como fin; la una como camino y movimiento, y la otra como término de este camino y movimiento». (San Pedro de Alcántara, Tratado de la oración y meditación, en Vida y Escritos de San Pedro de Alcántara, Tratado II, Aviso 8, BAC, Madrid 1996, pp. 334-336)


          16 de mayo


          Margarita de Cortona (1247-1297)

Santa Margarita de Cortona nace en Laviano (Umbría. Italia) en 1247. Huérfana de madre a los 6 años, convive desde los 16 años en Montepulciano con Guillermo de Pécora, marqués del Monte, con señorío sobre Valiano y Palazzi, del que tiene un hijo. Asesinado su amante en 1273 y no recibida en la casa paterna, sola y con un hijo de 6 años es acogida por los Franciscanos, con los que comienza una vida de conversión en el seno de la Orden Franciscana Seglar desde 1276. El P. Bevegnati es su guía espiritual. Con la experiencia del perdón de Dios se entrega a las obras de caridad y a la oración, que la dirige a Cristo Crucificado y a su corazón traspasado por la lanza. Por eso es considerada como la creadora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Fruto de su entrega a los pobres es la creación del hospital Santa María del Perdón de Cortona, en el que se atiende a las personas enfermas desamparadas. Actualmente lo llevan las Hermanas Franciscanas Misioneras del Niño Jesús en Vidichiana y el hospital está dedicado a Santa Margarita. Muere en Cortona el 22 de febrero de 1297. El papa León X permite celebrar una fiesta en su honor. Urbano VIII extiende este permiso a la Orden Franciscana en 1623. Benedicto XIII la canoniza en 1728.


                       Común de Santas Mujeres

Oración. Señor de misericordia, que no deseas la muerte del pecador, sino que se convierta y viva; concédenos, te rogamos, que, así como a Santa Margarita de Cortona la llamaste a la vida de tu gracia mientras vivía en pecado, nosotros, libres de toda culpa, podamos servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.

                                              Lecturas         

   «Si el malvado se convierte de los pecados cometidos, vivirá y no morirá» 

   Dios no aplica la justicia al pecador y lo destruye o condena. Dios mira
 siempre a su criatura como un Padre. Desde la actitud paterna y materna
 espera la conversión para que, volviendo a la casa del amor, pueda de nuevo
 vivir plenamente al reconducir su vida. Dios es misericordioso y, en cuanto tal,
se arma de paciencia esperando la vuelta de sus hijos a su morada. Y cuando  regresan, se alegra por haber salvado una vida.

Lectura del Profeta Ezequiel      18,21-23.27-28

Salmo responsorial                                      Sal 102, 2-4.8.10-12

           El fiel judío alaba al Señor porque es curado de una grave enfermedad. Y reconoce la bondad divina, que se manifiesta en la misericordia, porque perdona los pecados y resuelve las dificultades de todo tipo que la vida presenta al hombre. Él está por encima de todo desde su soberanía amorosa.

           V. El Señor mes compasivo y misericordioso.
           R. El Señor mes compasivo y misericordioso.

          Aleluya                                                                       Lc 15,7

           Aleluya. Aleluya.
           «Habrá más alegría en el cielo
por un solo pecador que se convierta,
que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».
           Aleluya.


           Evangelio

           «La misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta»

           Las dos primeras parábolas del capítulo 15 del Evangelio de San Lucas refieren la salida de Dios de su gloria para buscar la oveja perdida. Es la Encarnación de su Palabra. El Verbo asume la vida humana y trata de atraer al hombre alejado de su relación de amor y perdido entre los mil amores que se le presentan en la historia fruto de su pecado. Y Dios no sólo sale de sí para buscar al hombre, sino que se alegra cuando lo encuentra, cuando lo recupera para darle la verdadera vida. Sucede lo mismo cuando la mujer convoca a sus vecinas al encontrar el dinero con el que alimenta a su familia.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas                      15,1-10

Para meditar

«Por fortuna, ¿el que tropieza y cae, no vuelve a levantarse? O el que marcha de viaje, ¿no retorna? […] Ha querido Dios librarte de la presente aflicción, y te promete además la luz esplendente, superadas las tinieblas del mundo actual. El Buen Pastor, abandonadas las restantes ovejas, te busca a ti. Si te dejas conducir, no dudará en llevarte cómodamente sobre sus hombres satisfecho, por haber hallado la oveja perdida. El Padre te espera, confiando en tu retorno. Vuelve pronto, te divisará desde lejos y saldrá a tu encuentro, te abrazará colmándote de caricias, al verte arrepentida y purificada por tu dolor. No contento aún, te adornará con la estola de la gracia, despojándote del hombre viejo y de sus obras, te colocará el anillo de la alianza en tus manos limpias ya de la sangre de la muerte, ciñendo tus pies con sandalias, para que no retornen tus pies por el camino de la perdición, y tomen el sendero de la paz evangélica. Anunciará a sus ángeles y hombres que es un día de alegría y de gozo, porque tu lama se ha salvado. Lo atestigua Cristo: Os digo que habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse» (San Basilio Magno, De una carta, en PG 32, 378-382).

          
          16.1 de mayo

                                                      
      Luis Orione (1872-1940)

            San Luis Orione, de la Orden Franciscana Seglar, nace en Pontecurone (Piamonte. Italia) el 23 de junio de 1872; hijo de Vittorio Orione y Carolina Feltri. Ingresa en el convento franciscano de Voghera (Pavía), que abandona por motivos de salud. Después entra en el Oratorio de Valdocco, de la congregación salesiana, en el que conoce a San Juan Bosco en 1886. Estudia en el seminario de Tortona (1889) y se or-dena sacerdote el 13 de abril de 1895. Se entrega por entero a los niños marginados para ayudarles en sus estudios. Ayuda a las víctimas del terremoto de Reggio y Messina en 1908 y el de Marsica en 1915. Es Vicario General de la Diócesis de Messina. Funda los «Eremitas de la Divina Providencia» en 1899 y la Congregación de las «Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad» en 1915. Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) edifica escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Crea los «Pequeños Cottolengos», situados en la periferia de las grandes ciudades como «nuevos púlpitos» desde los que habla de Cristo y de la Iglesia. Viaja en los años 1921 y 1934 a Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Funda en 1927 las «Hermanas Adoratrices Sacramentinas» no videntes y en 1931 levanta en Tortona el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia como centro de toda su obra. Muere en San Remo (Imperia. Italia) el 12 de marzo de 1940. El papa Juan Pablo II lo beatifica el 26 de octubre de 1980 y lo canoniza el 16 de mayo de 2004.

                                               Común de Pastores

           Oración. Oh Dios, que has concedido al sacerdote San Luis Orione
amar a Cristo, tu Hijo, en la persona de los pobres y formarlo en el corazón de los jóvenes; concédenos ejercitar como él las obras de misericordia, para hacer experimentar a los hermanos la ternura de tu Providencia y la maternidad de la Iglesia.  Por nuestro Señor Jesucristo.



                                                          Lecturas

           «La mayor parte de los hermanos tienen intrepidez en anunciar la palabra»
                                             
           Pablo mantiene su vocación de evangelizar a todos los pueblos, incluso cuando está impedido para hacerlo, como la situación que vive de prisión o encarcelamiento. El Apóstol mantiene vivo el espíritu que le llamó a proclamar la salvación de Jesús por todo el Imperio. Y permanece su tensión de dar a conocer a Jesucristo en sus seguidores. Él tiene la gracia de ver proseguir el anuncio del Evangelio, y no importa las actitudes que hay detrás de dicho anuncio; lo decisivo es que se conozca a Jesús, el mediador de la salvación definitiva que Dios ha ofrecido a todo el mundo (cf. Ef 3,1; Rom 1,5; Gál 2,9).


Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses          1,12-18

          
Salmo responsorial                                      Sal 97,1-3

           Dios es fiel a la Alianza con su pueblo. Y la fidelidad a su palabra la demuestra a lo largo del tiempo con hechos salvadores, que constituyen una muestra de lo que será la victoria final sobre el pecado y la muerte. Por eso el justo debe proclamar las maravillas que el Señor ha realizado y realiza con su creación; y que sus enemigos han salido derrotados.

           V. El Señor da a conocer su victoria.
           R. El Señor da a conocer su victoria.


           Aleluya                                               Jn 13,34

           Aleluya. Aleluya.
           «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros,
como yo os he amado» —dice el Señor.
           Aleluya.


           Evangelio

                       «Los discípulos salieron a predicar la conversión»

           La acción salvadora del Señor se prolonga en el espacio y en el tiempo por medio de sus discípulos. Éstos son los que forman una comunidad con él, no sólo en el régimen de vida y en el comportamiento, sino también en la misión. Echar demonios, curar enfermos, predicar la venida inminente del Señor, etc., forman parte de la misión de Jesús y también de sus discípulos. En Pascua se hará más hincapié en la Resurrección y, con ella, en el futuro de plenitud de vida para todos los bautizados en Jesucristo. Pero, a la vez, continúa la acción misionera de los discípulos desarrollando la bondad inscrita en la naturaleza y la gracia proveniente del Señor que les ha capacitado el Espíritu para mantener las primicias de la salvación en la historia.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos    6,7-13

Para meditar

           «En la segunda Carta a Timoteo se dice: Tú, en cambio, vigila, trabaja siempre, realiza la función de evangelizador (4,5). Porque mejor persuade la vida que la palabra, el ejemplo que la predicación, cualquiera que desee enseñar a los otros debe luchar contra la astucia del diablo, dominar la concupiscencia de la carne, despreciar la avaricia del mundo. Lo dice el Apóstol: Tu, sin embargo, vigila contra la astucia del diablo; estate siempre ocupado contra la debilidad de la carne; realiza la función de evangelizador contra la avaricia del mundo para cumplir con los hechos aquello que predicas con la boca: el Evangelio, en efecto, predica que se debe abandonar todo. Busquemos, por consiguiente, perseverar en aquel trabajo de propagar la ley con el ejemplo de San Pablo, de quien dicen los Hechos de los Apóstoles: Predicaba que hicieran penitencia y se convirtieran a Dios haciendo obras dignas (26,20). No sólo debemos dedicarnos al esfuerzo de promulgar la ley, sino también de hacer conocer la verdad, porque esto es más importante que el esfuerzo corporal, especialmente si se dirige a iluminar a los demás» (San Buenaventura, Sermones dominicales, 12,9).

                      
           17 de mayo



        Pascual Bailón (1540-1592)

            San Pascual nace en Torrehermosa (Zaragoza. España) el 16 de mayo del año 1540. A los 7 años se traslada a Alconchel de Ariza, ejerciendo el oficio de pastor. Más tarde se traslada a Monforte del Cid (Alicante). En la Ermita de la Aparición tiene una visión de Jesucristo en la Eucaristía. Ingresa en los Franciscanos de la Reforma Alcantarina en el convento de Nuestra Señora de Orito, en Orito, pedanía de Monforte del Cid. Recibe el hábito en 1564, en el convento de San José de Elche (Alicante). Se le encomienda el oficio de limosnero que desempeña en Elche, Novelda, Aspe, Játiva, Alicante. Además hace de portero, hortelano, cocinero y refitolero. La piedad eucarística y mariana la cultiva a lo largo de toda su vida religiosa. Muy sensible a la caridad fraterna, con los valores franciscanos de la humildad, sencillez y pobreza, cautiva al pueblo cristiano por su unión con Dios por medio de Cristo crucificado, presente en la Eucaristía, y su entrega a los hermanos. Fallece en Villarreal (Castellón. España) el 17 de mayo de 1592. El papa Pablo V lo declara beato el 29 de octubre del año 1618; Alejandro VIII lo canoniza el 16 octubre de 1690 y León XIII lo proclama patrono de los congresos eucarísticos el 26 de noviembre de 1897.


                                              Común de Santos Varones

Oración. Oh Dios que otorgaste a San Pascual Bailón un amor extraordinario a los misterios del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, concédenos la gracia de alcanzar las divinas riquezas que él alcanzó en este sagrado banquete que preparas a tus hijos. Por nuestro Señor Jesucristo.

        
                                                          Lecturas

                                  «Dios ha escogido lo débil del mundo»

           Dios ha dado muestras de escoger a personas no de alto rango social o muy perfectas para llevar a cabo su plan de salvación para los hombres (Moisés, que era tartamudo, o David, un joven pastor, etc.). Así sucede cuando Jesús proclama el Reinado en Palestina y Pablo en Corinto. Ellos señalan a las personas que le siguen o a los miembros de las asambleas como gente pequeña, insignificante a los ojos de la sociedad. Pero lo importante que poseen estas personas es que tienen un corazón abierto al Señor para que pueda concederles su fuerza amorosa al elegirles como sus hijos predilectos (cf. Jn 15,16).

           Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios              1,26-31

           Salmo responsorial               Sal 33,2-3.4-5.6-7.11

           El fiel manifiesta el gozo interior y la alegría externa de saberse querido y protegido por Dios. Por eso alaba al Señor e invita a toda la comunidad para que haga lo mismo. Aunque muchas veces permanezca en silencio cuando se le invoca, él siempre está ahí, junto a sus hijos y junto a quienes le reconocen como Señor y Guía.


           V. Bendigo al Señor en todo momento.
           R. Bendigo al Señor en todo momento.

           Aleluya                                                                      Mt 5,8

           Aleluya. Aleluya.
           «Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios».
           Aleluya.

           Evangelio

           «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré»

           Jesús reprocha a los pueblos de Cafarnaún, Corozaín y Betsaida que no hayan aceptado el mensaje de salvación que les ha transmitido con la predicación del Reino y los milagros que le acreditan (cf. Mt 11,24). Y la sabiduría se acredita, precisamente, por estas obras de salvación. Jesús desliga los contenidos de la revelación que explican los escribas y exigen cumplir los fariseos, y se los entrega a los sencillos y a los pequeños. Son aquellos que tienen el corazón abierto a Dios y son capaces de percibir que, a través de Jesús, se está dando y se está ofreciendo la salvación, largamente esperada por todos. De ahí que la elección divina recaiga sobre los predispuestos a recibirla, y no sobre aquellos que, usando la ciencia como poder, se busquen a sí mismos, antes que a Dios.

   Lectura del santo Evangelio según San Mateo     11,25-30

                                              Para meditar

«La oración de fray Pascual era de alta contemplación y se pasaba muchas horas de la noche ante el Santísimo Sacramento, adorando a su Dios y Señor y haciéndole compañía. Estando en Jumilla, un día, iba el santo por la huerta y el bosque del convento desahogando el fuego de su interior, hablando en voz alta, suspirando y cantando, loando a Dios, creyéndose solo. A veces, se arrodillaba; otras, elevaba los brazos al cielo o besaba los árboles por el entusiasmo y alegría de su espíritu. Ebrio de amor divino, expresaba sus sentimientos de mil maneras en aquella vasta soledad. Pero no se hallaba solo. Desde un lugar oculto, un fraile le espiaba. El santo finalmente lo descubrió. Fray Pascual, más bien corrido y con su acostumbrado gracejo y en son fingidamente mohíno, le dijo: “Perdido, ¿por qué me persigues?» (Antonio Panes, Vida del beato fray Pascual Baylón, Valencia, 1655, p, 123).
Si no estaba en su portería o refectorio, lo hallaban en el coro o en la iglesia, donde estaba hasta las nueve y algunas noches más. Estaba gran espacio de rodillas con los brazos en cruz. Otras veces, más de ordinario, puestas las manos juntas y levantadas sobre su rostro, quedando los dos en bajo y sin arrimo del cuerpo. Otras veces estaba postrado con el rostro y boca pegada al suelo y, después, tomada la bendición del Santísimo Sacramento, se iba de allí a reposar a su celda, lo poco que quedaba de la noche hasta Maitines» (Juan Ximénez, Chronica del bendito fray Pascual Baylón, Valencia, 1601, z, p. 162).

            18 de mayo



               Félix de Cantalicio (1513-1587)

            San Félix nace en Cantalice (Rieti. Italia) en 1513 en el seno de una familia perteneciente al campesinado y muy cristiana. Ejerce el oficio de pastor y agricultor, cultivando desde muy niño el amor a Cristo crucificado. Ingresa en los Franciscanos Capuchinos. Se le encomienda el oficio de limosnero en el convento de San Nicolás de Roma (en la actualidad Santa Cruz dei Lucchesi), oficio que desempeña durante 40 años, tanto para los religiosos como para los pobres. Lleva una vida de gran austeridad: anda descalzo, duerme pocas horas y lo hace sobre una tabla, come las sobras que quedan en el refectorio de la Fraternidad. Aconseja a todo el mundo (Felipe Neri, Carlos Borromeo, al franciscano Felipe Peretti, futuro papa con el nombre de Sixto V; etc.), dando continuamente gracias a Dios por los dones recibidos. Muere el 18 de mayo de 1587 a los 72 años. El papa Sixto V aprueba su culto y Clemente XI lo declara santo el 22 de mayo del año 1712.

                                              Común de Santos Varones

Oración. Oh Dios, que diste a tu Iglesia y a la Familia Franciscana un ejemplo vivo de candor y sencillez evangélica en San Félix de Cantalicio, concédenos, te rogamos, seguir sus huellas para buscar y amar intensamente a Cristo. Que vive y reina contigo.

                                                          Lecturas

           «Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada»

           La caridad es la experiencia fundamental por la que el hombre se siente nueva criatura en Cristo (cf. Rom 13,8-10). De ella brotan todas las virtudes, los valores que adornan la vida nueva que el cristiano adquiere en el bautismo, en el seguimiento de Jesús. De esta forma, el cristiano constituye la Iglesia e ilumina al mundo desde un amor vivido en comunidad, en fraternidad (cf. Ef 4,15-16; 1Cor 13,8-13), cuyas relaciones internas, fundadas en el amor, hacen posible la paz, el perdón y la armonía entre los bautizados (cf. Ef 2,14-22; Col 1,10). Se muestra así su relación fraterna por su filiación divina ante todo el mundo.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses        3,12-17

                    Salmo responsorial      Sal 130, 1.2.3

           El Señor se presenta como un Padre y una Madre que protegen y defienden la vida de sus hijos. El hombre debe ser consciente y reconocer esta actitud de Dios. Entonces el creyente inclina su vida hacia Él con la condición de hijo confiado en la bondad que está en la raíz de su vida, en la providencia que lo cuida y en la voluntad de salvación;  ciertamente Dios no dejará que su vida se pierda. De aquí proviene la auténtica paz y verdad de la vida, alejada de toda pretensión u orgullo que le enfrenta a Dios, o lo silencia en su existencia.

           V. Guarda mi alma en la paz.
           R. guarda mi alma en la paz.
          

           Aleluya                                                                                              Mt 5,3

           Aleluya. Aleluya.
           «Bienaventurados los pobres de Espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos».
           Aleluya.

           Evangelio

           «Buscad más bien el Reino de Dios, y lo demás se os dará por añadidura»

           La Providencia se inscribe en el mismo acto creador de Dios. Dios no se aísla en su gloria después de la creación; Él  procura que todos los seres cumplan con la finalidad para la que fueron creados, sobre todo la vida humana, culmen del acto creador. De ahí que no haya que preocuparse de aquellas cosas que son fundamentales para vivir, como el pan, el agua, los alimentos, el vestido. Dios se lo da a todos los seres en la medida que la creación contiene los bienes necesarios para ello. En el tiempo de Jesús, que se prolonga hasta la parusía, lo más urgente es proclamar la venida misericordiosa del Señor para salvar a la creación de los desequilibrios que ha creado el pecado del hombre.


Lectura del santo Evangelio según San Lucas          12,22-31

                                 
Para meditar

«Por eso pido en la caridad, que es Dios (cf. 1Jn 4,16) a todos mis frailes predicadores, oradores, trabajadores, tanto clérigos como laicos, que se esfuercen por humillarse en todas las cosas, por no gloriarse, ni gozarse en sí mismos, ni exaltarse interiormente de las palabras y obras buenas, hasta de ningún bien que Dios hace o dice y obra en ellos alguna vez y por medio de ellos, según lo que dice el Señor: Pero no os gocéis en esto, que los espíritus se os someten (Lc 10,20). Y sepamos firmemente que no nos pertenecen a nosotros sino los vicios y pecados. Y debemos gozarnos más cuando vayamos a dar en tentaciones diferentes (cf. Sant 1,2) y cuando sostengamos cualquier suerte de angustias o tribulaciones del alma o del cuerpo en este mundo por la vida eterna.
Guardémonos, pues, todos los frailes de toda soberbia y vanagloria; y custodiémonos de la sabiduría de este mundo y de la prudencia de la carne (Rom 8,6); pues el espíritu de la carne quiere y se esfuerza mucho por tener palabras, pero poco por las obras, y busca no la religión y santidad en el espíritu interior, sino que quiere y desea tener una religión y santidad que aparezca exteriormente a los hombres. Y éstos son de quienes dice el Señor: En verdad os digo, recibieron su recompensa (Mt 6,2). Pero el espíritu del Señor quiere que la carne sea mortificada y despreciada, vil y abyecta. Y se esfuerza por la humildad y la paciencia y la pura y simple y verdadera paz del espíritu.
Y siempre sobre todas las cosas desea el divino temor y la divina sabiduría y el divino amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y devolvamos todos los bienes al Señor Dios altísimo y sumo, y reconozcamos que todos los bienes son de Él y démosle gracias por todos a Él, del cual proceden todos los bienes. Y el mismo altísimo y sumo, el solo verdadero Dios, tenga y se le tributen y Él reciba todos los honores y reverencias, todas las alabanzas y bendiciones, todas las gracias y gloria, de quien es todo bien, el solo que es bueno (cf. Lc 18,19).  Y cuando nosotros vemos u oímos decir o hacer el mal o blasfemar contra Dios, nosotros bendigamos y hagamos bien y alabemos a Dios (cf. Rom 12,21), que es bendito por los siglos (Rom 1,25)»  (De la Regla no bulada, de San Francisco de Asís. 17, 5-19).



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